EDICION DE PLATICA

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UN WEY QUE CASI AHOGA ACCIDENTALMENTE A UNA CHICA CON EL PIERCING DE SU VERGA por Chris Nieratko

Vice: ¿Cuál es tu historia, Patrick? Patrick Melcher: Vivo felizmente en Los Ángeles con mi novia, pero esto pasó en Chicago cuando tenía 18 y era joven y pendejo. Como yo era muy punk rock, creía que un piercing en la verga era algo muy cool, así que me conseguí el mejor que hay. Se llama ampallang y va de lado a lado en todo el pito, a través de la uretra y todo eso. Cuando te lo pones, orinas sangre unos cuantos días. El dolor es... no mames. No estaba listo para esa clase de dolor. ¿Sabes? Esta es una historia de tres partes.

EL WEY QUE HACE MIS BURRITOS por Chris Nieratko Vice: ¿Cómo es que los mejores burritos de los Estados Unidos están en Nuevo Brunswick, Nueva Jersey? César de Tijuana Burrito: Hacemos los mejores burritos porque los preparamos como si fueran caseros. Nos esforzamos por hacer todo fresco todos los días. Nos gusta que a la gente le gusten.

Okey, cuéntame la primera. Salía con una chica, y estábamos cogiendo, ¿y sí sabes que a veces falla la puntería y te doblas el pito y te duele por un momentito y después le sigues? Hice eso, y cambiamos de posición unos minutos, y después había sangre en todas las sábanas. Pensé que yo estaba sangrando. Corrí a la regadera para quitarme la sangre y busqué y busqué y me di cuenta de que yo no estaba sangrando. Tenía que ser ella. Así que empezamos a buscar, y, sí, la corté justo dentro de los labios. Era una cortada de unos ocho centímetros. Me sentí supermal. Esa es la parte uno. Espero que la parte dos levante. Sí, lo hace. La parte dos sucedió mientras vivía con mi hermano y él estaba saliendo con una chica e hizo algo muy reojete para encabronarme, así que un día, cuando llegó la chica con la que estaba saliendo, le dije: “La neta, es un pendejo”, y dejé que me la chupara. Tenía una boquita pequeña, y, para que entiendas lo que es un piercing ampallang, este atraviesa horizontalmente la cabeza del pito. Bueno, pues, me la estaba mamando, y después se detiene y me ve con unos ojitos raros, y siento como que trata de quitarse. Después me di cuenta de que mi verga había quedado atrapada en su garganta. Empecé a sacudirme y a entrar en pánico, y ella estaba jalando, hasta que abrió la boca lo más que pudo y metió el dedo meñique y lo movió. Mi pito se liberó, y ella escupió un chingo de baba y arruinó la ocasión. Creo que fue el pago por tratar de cogerme a la novia de mi hermano. Esa es la parte dos. Buena. Ahora haz de la parte tres la peor. Okey. La parte tres fue unas semanas después con esta chica que me estaba chupando el pito: me sucedió lo mismo. Sentí el jalón y dije: “No mames. No otra vez”. Le dije que metiera su dedo y lo liberara. Me reí porque ya habíamos pasado por eso. Le dije: “Está atorado, ¿no?”, y me estaba viendo con los ojos grandotes, llenos de lágrimas. Intentó liberarlo, pero no funcionó, y, mientras más intentaba, más jaloneaba mi pito. Pasaron quince segundos. Se puso raro. Estábamos atorados en la cama. No me podía mover para alcanzar algo, aunque, de todos modos, 102

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VICE

Esta foto y la del chico de los burritos son de Chris Nieratko. Ah, y la del tipo con nueve dedos, también.

MI AMIGA DEVON, QUIEN PERDIÓ SU MEÑIQUE por Chris Nieratko

¿No te encabrona que sea lo único que pida? No, me alegra que te guste el pollo a la parrilla. No me molesta, pero sí me gustaría que probaras otras cosas.

Vice: ¿Qué pasó? Devon: En 1996, mientras manejaba de regreso de California, el Jeep en el que iba se volcó diez o quince veces. Mi cinturón de seguridad se rompió, y el Jeep cayó sobre mi mano y mi brazo.

Dibujo, por Chris Nieratko.

no sé qué hubiera agarrado. ¿Un lápiz para meterlo y liberar mi pito, tal vez? Ella empezó a entrar en pánico, y creo que estaba picoteando y rasgando su garganta. Cada movimiento que hacía me jalaba más la cabeza del pito. La chica estaba sudando y llorando y corrían mocos de su nariz. Debieron haber pasado unos cuarenta y cinco segundos, y ya no podía respirar y tenía un montón mocos saliéndole de la nariz. Cada vez que se movía, parecía que iba a vomitar. Y empecé a pensar: “No mames, va a vomitar, y el vómito no va a salir: va a regresarse por la tráquea, y la chava se va a ahogar con su vómito mientras me chupa la verga”. Se estaba poniendo de miedo. Le gritaba: “¡Tienes que hacer algo! ¡Sólo arráncalo!”. Estaba a punto de jalar y perder toda la cabeza de mi pito, porque, si ella moría, que era lo que estaba pensando, tendría una muerta pegada a la verga. ¿Qué iban a hacer los bomberos? ¿Cortarle la cabeza? ¿Quebrarle la quijada? Todas estas pendejadas pasaban por mi cabeza. Ni siquiera pude marcar al 911. Sentí que habían pasado cinco minutos, pero creo que sólo fueron treinta segundos. Finalmente, quedé flácido, y ella pudo mover su cuerpo hasta quedar en la

posición del 69, y después algo se soltó. Levantó su cabeza, y salió un chingo de sangre de su boca. Le había estado cortando la garganta. La mitad de la sangre era mía porque me había rasgado el pito. La vieja estuvo muy cerca de morir. Yo me quedé así de: “A la verga. Pásame unas pinzas: me voy a quitar el piercing en este momento. Estoy harto. Fue una idea muy estúpida ponérmelo”. Y ella: “No, no te lo quites. Sólo adviértele a las personas de ahora en adelante”. Esa es una gran historia, Patrick. Gracias. Finalmente, llegué a salir con estas dos chicas al mismo tiempo, y nunca me quitaba el piercing ni lo limpiaba, y se estaba acumulando suciedad que circulaba entre los tres, lo cual no estaba nada bien. Una noche desperté porque el pito me dolía tanto que creí que alguien me lo estaba cortando. Toda la cabeza de la verga estaba roja e inflamada. Cuando pasó eso dije: “A la chingada con esto”. Me quité el piercing, pero fue un año después del primer incidente con la sangre. No le sugeriría a nadie que se pusiera esta madre. Cualquier tipo de piercing genital es estúpido. No vale la pena. Me siento mal por tu pito. No mames. Tengo cicatrices.

¿Como qué? Deberías probar el burrito de bistec: está muy bueno. O el ranchero de pollo: es el mejor. Es como guisado de pollo. Está rico.

¿Estabas drogada? No, pero probablemente el novio de mi amiga, quien iba manejando, estaba tomando o fumando mota. Su reporte de toxicología dio positivo, pero estuvo en coma por seis meses después y, cuando despertó, casi no tuvo recuerdos de lo que pasó. No recuerdo verlo tomando. Todos éramos menores de edad. Es difícil decir. Todos en el accidente tuvieron daño cerebral o murieron, así que no hay un testigo definitivo de lo que pasó. ¿Perdiste todo el dedo o quedó colgando? De hecho, perdí tres de mis dedos. De la orilla externa de la mano hasta el nudillo de en medio. Me pusieron los tres dedos, pero, como estaba en un hospital de quinta en medio del desierto, no pusieron mi mano en hielo. Me trasladaron en helicóptero de California a Arizona y no me operaron hasta esa noche. Para ese punto, mi meñique había muerto por la falta de sangre. Me lo pusieron, pero días después me lo amputaron. ¿Así que no tuviste que andar buscando tus dedos perdidos? No. Se quedaron colgando de la piel. Estaba en shock y sólo me paré y empecé a caminar por la carretera y alguien se detuvo. Recuerdo que el tipo se quitó la camisa y envolvió mi mano. No sentía dolor. No estaba consciente de nada. Me corté los pies caminando en vidrios; mis rodillas estaban raspadas por haber sido aventada del carro;

¿Sabes cuál es el burrito que he pedido durante año y medio? Burrito de pollo a la parrilla sin crema agria y con guacamole en lugar de salsa picante. Es lo único que comes.

¿Cuál es tu favorito? Mi favorito es el burrito de bistec. Es el que me gusta más. La carne siempre es nueva. No utilizamos bistec regular; utilizamos solomillo, que es muy suave. Comeré ese la próxima vez. Claro que no. Vas a pedir el de pollo a la parrilla otra vez. Lo sé.

mis manos, mis brazos y mi cara tenían lesiones; se colapsó parcialmente uno de mis pulmones, y me lastimé el hígado, pero no sentía nada. No dolió hasta que estuve en el hospital unos días, y después sufrí dolores insoportables durante año y medio. ¿Tienes sentimientos fantasmas de tu meñique? Siempre siento un meñique fantasma. Nunca recuerdo que no lo tengo hasta que no lo veo ahí. Extraño usar guantes. Estoy cansada de cortarles el meñique y coserlos. Viví en Chicago por cuatro años, y los guantes no están de moda. Tampoco puedo hacer cuernitos metaleros, y extraño también eso. Digo, puedo hacer uno, pero a veces el momento te pide dos cuernos metaleros y, la neta, no puedo hacerlo. Está de la verga. Eso sí: hace que mis promesas de meñique valgan más que las de los demás porque sólo tengo uno.

UN CONOCIDO QUE TIENE SÓLO NUEVE DEDOS EN LOS PIES por Chris Nieratko Vice: Así que sólo tienes nueve dedos en los pies. Joe: Sí. Chingón. Sí. VICE

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