La Plena Inmortal

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ritmo y autoctonía. En esta muestra el creador no se olvida de las cimas obtenidas en las instalaciones, el performance y el arte público durante los últimos años. Recoge la plena que sus maestros hicieron propia en el portafolio Plenas, pero lo hace con diferentes énfasis. Primero debe constar que el verso es de su autoría, y que por ahora, no hay otra música en estas plenas que el movimiento que imparte la palabra y la imagen. Un nuevo ritual que no hace sino celebrar la vida, pero que es memento mori para levantar el tono, para dejar evidencia de esa otra cara de la muerte: la vida reflexiva. También una manera de ilustrarse a sí mismo luego de muchos años de ilustrar a los demás. La plena de Martorell es inmortal por saber de ese humor que no es bilioso o resentido. Se trata de buscar la risa, de provocar la búsqueda de una respuesta tentativa, como en las adivinanzas que llevan a sorprendentes encuentros. Eso lo provoca las múltiples imágenes súper-impuestas: palimpsestos contemporáneos; caretas; transparencias; ruedas que parecen dar vuelta como lo hicieron en otros tiempos las picas de las fiestas patronales. Inacabables sugerencias y recovecos hacen inmortal este seudo mosaico con cariz de acertijo y rompecabezas.

Miremos por aquello de oír, de bailar o de fantasear algunos de sus versos sin música- por ahora- pero con el ritmo de la vida lúcida. El cirujano plástico nos deja el mensaje de su inútil destreza: “Tu batalla está perdida/ contra el tiempo no se puede/ corta, estira y alza pliegues/ que yo opero sin que duele”. La muerte se venga del insistente recogido del cutis para intentar hacerlo terso. Y así les advierte a los diversos personajes del mundo social actual, desde el humilde piragüero hasta el encumbrado Papa de Roma, desde la carne de cañón del soldado hasta el mascarero, desde el embalsamador hasta el chofer de taxi. Martorell, se advierte a sí mismo y a todos los que escriben sobre esta muerte tan demoledora: “Escribe tu testamento/que soy tu mejor lectora/ te queda muy poco tiempo/ mientras bailamos ahora”. Una inmortal danza de la muerte, plena de sugerencias sin lugar a dudas.

Antonio T. Díaz-Royo Esta serie de grabados poligráficos se realizó en la Universidad de Puerto Rico en Cayey, en el Taller de la Playa de Ponce y en Hostos Community College en el Bronx en Nueva York donde una edición de la misma está en exposición permanente y bajo cuyo auspicio y participación estudiantil se comenzó su producción. 7


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