Revista AA03

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El lunes 24 de junio de 1935, a las 15:10 horas, Gardel se despedía, y en serio. Palacios también, el círculo se había cerrado, Gardel y el Tango ya eran uno solo, no había diferencia y uno no podía sustraerse de uno sin dejar al otro rengo, porque como una tríada masónica o una trinidad cristiana; Gardel, Tango y Buenos Aires marcarán el inicio de un camino sin retorno. Gardel canta por última vez un tango en Bogotá, a través del programa radial «La voz de Victor», ese tan bello, TOMO Y OBLIGO y se despide. Esta relación Tango-Gardel se originó hace muchos años (1917) en parte en Chile, donde inicia este camino sin retorno y ahora un chileno lo lleva a Medellín para completar el círculo. El destino siempre es implacable. Tomo y obligo, ¡mándese un trago! que hoy necesito el recuerdo matar; sin un amigo, lejos del pago, quiero en su pecho mi pena volcar. Beba conmigo, y si se empaña de vez en cuando mi voz al cantar, no es que la llore porque me engaña, ¡yo sé que un hombre no debe llorar!

En ese momento el Polaco se detuvo en su relato. ¿Eso fue todo –dije? - No morocho, hay mucho más que contar, pero no queda más ginebra. 21


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