Revista Mundo Nuevo ed. 67 sep/oct 2009

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Por Satish Kumar

La idea, prevaleciente en la economía moderna, de que nosotros los humanos poseemos la naturaleza y por tanto podemos tratarla como nos da la gana está fundamentalmente equivocada.

Si queremos realizar una transformación en el funcionamiento de nuestra sociedad y en nuestras actitudes hacia los otros seres vivientes sobre la tierra, tenemos que diferenciar entre el problema y sus síntomas. Por ejemplo, en estos momentos todo el mundo habla sobre el calentamiento global, pero éste no es el problema, es un síntoma del problema. ¿Cómo hemos alcanzado el punto en el cual estamos talando la rama del árbol sobre el que estamos sentados? La respuesta es que nos hemos casado con la religión del materialismo. En los últimos cientos de años un número de filósofos occidentales y científicos tales como Descartes y Newton consideraron la tierra como un objeto de dominación humana. Hemos llegado a creer que los humanos son la raza superior, la “súper” especie encargada de la tierra. Al cabo de los años hemos intentado librarnos de muchos de los ‘ismos’, tales como el imperialismo, nacionalismo y sexismo, pero ahora estamos en un mundo de especie-ismo donde pensamos que la especie humana es especial y los humanos están a cargo de todo. Solíamos poseer esclavos pero ahora poseemos a la Naturaleza; la naturaleza no tiene derechos y podemos hacernos dueños de cosas naturales donde quiera y cuando queramos. Pero en el momento en que tenemos una visión del mundo diferente y vemos la Naturaleza no como materia muerta sino algo vivo, de repente estamos en una profunda relación con el mundo natural. Entonces reconocemos que los derechos de la Naturaleza son iguales a los derechos humanos. Somos parte de la naturaleza y no propietarios de la naturaleza; no poseemos los árboles, la tierra y los ríos; tenemos una relación con ellos. La idea, prevaleciente en la economía moderna, de que nosotros los humanos poseemos la naturaleza y por tanto podemos tratarla como nos da la gana está fundamentalmente equivocada. A menos que podamos cambiar esta idea y hagamos un giro fundamental desde la posesión de la naturaleza hacia una relación con la naturaleza, el calentamiento global no acabará. Incluso si dejamos de quemar combustibles fósiles y generamos energía de otras maneras —tanto si es eólica, solar, nuclear o utilizando agrocombustibleslo único que hacemos es tratar los síntomas. Si creemos que podemos controlar los ríos, los animales y los bosques basándonos en las ideas de separación y posesión de la naturaleza, entonces todos nuestros esfuerzos por la sostenibilidad son sencillamente una ilusión. Las soluciones tecnológicas tienen que estar equilibradas por la transformación psicológica.

Amor a la Vida Tenemos que aceptar el valor intrínseco de toda la vida. La vida humana y cualquier otra que no sea humana. La comunidad humana es parte de la 28


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