que el diabético se puede llenar el estómago sin miedo a llevarse después un susto con el reflectómetro, aunque su riqueza calórica, su abundancia en grasa saturada, colesterol y sal hacen de este plato, como la mayoría de los placeres, algo reservado para ocasiones especiales. Desde aquí animo a probar los dos platos tanto a diabéticos como a no diabéticos.
Gonzalo Villar García