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LAS DOS CARAS DE LA REPETICIÓN

Rosalba Gascón Investigadora en Mexicanos Primero Jalisco rgascon@mpj.org.mx

Cuando estaba estudiando la licenciatura de Ciencias de la Educación, tuve la oportunidad de observar y acompañar, durante un periodo escolar, el proceso de aprendizaje de Giovani, un alumno de quinto grado de una escuela primaria pública de Zapopan. A lo largo de ese semestre pude conocerlo y convivir de una manera cercana con él y me di cuenta de que era un niño que se caracterizaba por ser muy amigable, amable, creativo e inteligente. Giovani estaba repitiendo quinto grado de primaria y era compañero de su hermana, la cual era un año menor que él. ¿Cómo se imaginan que se sentía Giovani con esta situación?

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La repetición puede ser un fuerte detonante de emociones y situaciones. Si empezamos por las evaluaciones de aprendizaje, seguramente muchos de nosotros en diversas ocasiones nos hemos puesto nerviosos al responder un examen, no hemos querido que los maestros anunciaran las calificaciones en voz alta en frente de todo el salón, o muy probablemente hemos odiado el momento en el que nuestros padres se enteran de nuestros resultados.

A través de varias investigaciones, como la de García (1992), se ha identificado que los alumnos repetidores son mayormente rechazados por sus compañeros de clase. Esto, a su vez, puede afectar tanto su bienestar socioemocional al ser estigmatizados y sentirse frustrados, como su desarrollo cognitivo y construcción de aprendizaje; desencadenando una serie de muchos otros factores y problemas.

¿Cuál es el sentido de que un alumno o alumna repita un grado escolar? Si el estudiante vuelve a cursar un grado en el que se utilizan las mismas estrategias o en el que no se identifican los factores que pueden estar detonando un aprendizaje insuficiente conforme al esperado, muy probablemente se obtendrán los mismos resultados. Sin embargo, como lo mencionamos en nuestro micrositio (www.diagnosticoeducativojalisco.org), también es importante destacar que un aspecto positivo de que los alumnos estén repitiendo es que, como tal, el indicador de repetición refleja que los alumnos no están abandonando la escuela, sino que permanecen en ella y se esfuerzan por continuar sus estudios.

Por otro lado, como ha ocurrido en los últimos dos ciclos escolares, si a los estudiantes no se les permite reprobar, incluso cuando no han adquirido los aprendizajes esperados, y, por lo tanto, no repiten el año, también pueden existir afectaciones derivadas del hecho de no contar con los aprendizajes esperados. Por ejemplo, en una evaluación de la Secretaría de Educación Jalisco (2020), 7 de cada 10 estudiantes de primaria alta dijeron sentirse preocupados por pasar al siguiente grado o nivel sin haber aprendido lo suficiente.

Evitemos que la evaluación, la reprobación y la repetición detonen emociones que afecten la salud socioemocional, el aprendizaje y la permanencia en la escuela de las niñas, niños y adolescentes. Estas situaciones no son algo que sólo les corresponde a los estudiantes, ya que se pueden deber a diversos factores de su entorno que hay que identificar en el caso particular de cada alumno, por ejemplo, el que los padres de familia le den poca importancia a la educación sus hijos, la situación familiar y socioeconómica en casa, la didáctica y acompañamiento de un profesor a sus estudiantes, cuestiones psicológicas del alumno, entre muchas otras. Asimismo, dejemos de estigmatizar la repetición y reprobación; todas las personas tenemos procesos distintos, nos enfrentamos con diferentes obstáculos y a veces es necesario que hagamos ajustes, lo cual es parte del crecimiento, aprendizaje y desarrollo humano.

Para disminuir el fenómeno de reprobación y repetición es importante crear estrategias específicas para su prevención y atención como, por ejemplo, el acompañamiento de tutores, el trabajo con las familias, la enseñanza diferenciada, los sistemas de alerta temprana, la creación de grupos de estudio, la canalización psicopedagógica, etc.

No debe ser un repetir por repetir o, en su caso, un impedir la reprobación por impedir la reprobación; no basta con eso. Se deben identificar todos los factores, trabajar entre todos los actores involucrados para apoyar el proceso educativo de las niñas, niños o adolescente y crear estrategias sólidas e integrales que les permitan caminar hacia su máximo logro de aprendizajes.

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