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Cultura

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EL CAMALEÓN PERIPATÉTICO LUIS MIGUEL AGUILAR

Una terrible belleza SIEMPRE QUE OIGO la palabra “Pascua” le añado como reflejo automático el número 1916, o incluso el “de”. Claro: “Pascua de 1916” es en español “Easter 1916”, el poema del irlandés William Butler Yeats

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POR: XAVIER QUIRARTE

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or una de esas conexiones del disco duro mental —le digo al camaleón peripatético en el cuarto donde escribo—, siempre que oigo la palabra “Pascua” le añado como reflejo automático el número 1916, o incluso el “de”. —Claro: “Pascua de 1916” es en español “Easter 1916”, el poema del irlandés William Butler Yeats. —Cada vez que lo recuerdo vuelve a sorprenderme ese cruce de la vida pública con la vida privada, de la historia de un país con la historia de un individuo, de los hechos exteriores con los hechos íntimos, de un yo poético con un nosotros/ ustedes nacional. —El poema se refiere al Alzamiento de Pascua —que ese año de 1916 cayó tarde— el lunes 24 de abril, de unos mil 600 nacionalistas irlandeses contra el gobierno inglés. La rebelión empezó cuando los líderes tomaron la Oficina General de Correos en Dublín para declarar la independencia de la República de Irlanda. Cinco días después se rindieron ante el ejército británico respaldado por la artillería y un barco cañonero sobre el río Liffey. Los primeros en morir fusilados luego de la condena de una corte marcial fueron los conocidos de Yeats que aparecen en el poema. —Antes aparece otra conocida de Yeats, camaleón, Constance Markievicz; la condenaron a cadena perpetua y luego le rebajaron los años de cárcel. Yeats deploró siempre que se hubiera dedicado a la política nacionalista radical; que desperdiciara sus días,

como dice en el poema, “en la ignorancia bien intencionada”, y que su dulce voz se volviera un chillido por la discusión y la arenga políticas. —Pero deploraba más que la realidad hubiera involucrado a otra mujer. —Es que entre los líderes que acabaron fusilados estaba John MacBride, quien era el esposo de Maud Gonne, la musa y amor imposible o rechazado de Yeats durante largos años. —En el poema Yeats dice de él que es “A drunken, vainglorious lout”, literalmente: “un borracho, vanaglorioso patán”. El poeta español Daniel Aguirre tradujo (2005): un “jactancioso, sin maneras y borracho”; años antes (1977) el escritor mexicano Juan Tovar tradujo, creo que de mejor modo: “un gañán borracho y presuntuoso”. —Pues cómo no si en los dos años, a partir de 1903, en que estuvo casado con Maud Gonne antes de que se separaran, MacBride trató de violar a su hijastra de diez años, Iseult, y violó a Eileen Wilson, una adolescente media hermana de la misma Maud Gonne. —“Aun así lo incluyo en la canción”, dice Yeats en su poema. —Sí, lo incluye junto con el maestro de escuela y poeta que pugnaba por restaurar el idioma gaélico en Irlanda, Patrick Pearse, el primer fusilado luego de los juicios y la Pascua en la madrugada del 3 de mayo; y con el ayudante y amigo de Pearse, Thomas

ESPECIAL

E

n sus manos, gigantescas, el contrabajo semeja un violonchelo cuyo brazo es recorrido con una elegancia distintiva por sus dedos sumamente delgados. Desde los años sesenta ha fungido como acompañante, y como líder de sus propios grupos, en más de dos mil 500 grabaciones, muchas fundamentales en la historia del jazz. A punto de cumplir 75 años, el 4 de mayo, Ron Carter no piensa en el retiro. En una entrevista para The Hartford Courant de New Haven, el contrabajista declaró: “Todavía estoy tratando de ingresar a la clase de los retirados, pero la clase está llena, así que todavía estoy en lo mismo”. Muestra de ello, es su disco más reciente, Ron Carter’s Great Big Band (Crazy Scot Records), primera grabación como líder de una big band. Uno de sus grandes logros es haber sido integrante, junto con Wayne Shorter, Herbie Hancock y Tony Williams, del llamado segundo quinteto de Miles Davis, mérito suficiente para formar parte de las enciclopedias del jazz. Pero hay que hablar también de sus estancias en los grupos

MacDonagh, fusilado ese mismo día más entrada la mañana. Y Yeats menciona al líder obrero James Connolly, a quien por cierto le pospusieron su ejecución hasta el 12 de mayo porque lo habían herido durante las refriegas contra el ejército inglés en la Oficina de Correos. Al final, como no se recuperaba de una herida de bala en el tobillo, lo fusilaron amarrado a una silla. —¿Escribió Yeats su poema “Pascua de 1916” al botepronto? —Sabemos que lo acabó hasta septiembre de 1916 aunque lo publicó hasta 1921. Antes, en julio de aquel 16, le había propuesto matrimonio por quinta vez en su vida a Maud Gonne, quien otras veces había declinado la proposición por estar aún casada en enlace católico con MacBride, aunque separada de él. Maud Gonne volvió a rechazar la propuesta de Yeats y se dedicó a ser la viuda del mártir MacBride. “Ahora será mi esposo hasta el fin”, le dijo a Yeats. Por cierto, a Maud Gonne no le gustó nada “Pascua de 1916”. Quizá por el pasaje donde el poeta se pregunta si esas muertes no fueron “inútiles” al pensar que tal vez Inglaterra habría cumplido con la firma del acta para un gobierno autónomo de Irlanda que el parlamento inglés había pasado en 1913 (firma que interrumpió la Guerra Mundial del 14); quizá por juzgarlo poco amable con MacBride, sin reparar en que Yeats había grabado para siempre su transformación, junto con la de los otros, en el estribillo del poema que sella memorablemente los hechos de aquella Pascua: “Todo cambió, cambió por completo:/Una terrible belleza ha nacido”. m

Cumplirá 75 años el 4 de mayo.

de Chico Hamilton, Cannonball Adderley, Coleman Hawkins, Sam Rivers, Gato Barbieri, Eric Dolphy Jacki Byard y muchos otros, así como su papel protagónico en numerosas sesiones de grabación para Milestone Records y CTI Records. Y hay que recordar esa etapa desafiante en la que con el piccolo bass al frente inventaba una nueva forma de hacer jazz —como pudimos constatarlo en su concierto en la Sala Nezahualcóyotl—, sin olvidar sus grabaciones con violonchelo, su primer instrumento.

Sumamente delgado y alto, su figura elegante pareciera una extensión de su instrumento. Con los ojos cerrados abraza su instrumento y se deja llevar por la pasión. El resto de los músicos sabe que están en buenas manos, que Carter, indefectiblemente, con su tono profundo los llevará a buen puerto. Su legado, afirmó en la citada entrevista, “sería que con quien quiera que haya tocado, sintiera que, como bajista, traté de hacerlos sonar mejor”. Carter adelantó la celebración de su cumpleaños con un concierto especial el 27 de marzo en el Salón Alice Tuddy del Lincoln Center con invitados como Benny Golson, Hubert Laws y Christian McBride. Y luego ha seguido adelante con sus conciertos. Dice que su nivel de energía se debe a que mantiene una dieta adecuada, no bebe ni toma drogas. “Trato de ser agradable con todos… excepto con los bateristas”, dice en tono de broma. El proceso de aprendizaje continúa. Así me lo dijo la única vez que he tenido la oportunidad de charlar con él: “El jazz me ha brindado cosas maravillosas, pero aún hoy trato de tocar algo diferente todos los días”. m


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