Hoy todos los criadores de ganado de registro tienen una plataforma de la cual recargarse para poder revalorar el esfuerzo que han venido haciendo, durante tres o cuatro generaciones de ganaderos, que están haciendo genética y que hoy la ciencia te da el respaldo para poder competir con cualquiera del mundo que sea tu par. Una de las diferencias que tenemos en México con algunos de los países desarrollados es el tema del crédito. En esta administración, FIRA, con el tema de repoblamiento, tiene uno de los mejores programas hoy en día. La combinación de este apoyo y la inversión en los créditos ha detonado un gran crecimiento para los productores y ganaderos para que se compren sementales y vacas, infraestructura y se adquiera tecnología. Es algo que no se veía desde hace mucho tiempo, quizá nunca, si somos justos en la manera de hacer las evaluaciones. El tamaño de la inversión que hoy va dirigida a la infraestructura, al equipamiento, a la adquisición de ganado y de material genético, pues es verdaderamente sin precedente. En solamente cuatro años tenemos que producir una cuarta parte más de la que se produce hoy; se espera producir 60 millones de toneladas en el 2022. Ésta es la razón por la cual la ganadería, en todas sus expresiones, es tan importante, porque es la fuente de proteína y es lo que nos hace crecer, pensar, no enfermarnos y tener un mejor sistema inmunológico para que las vacunas surtan efecto y tener una mayor expectativa de vida. El gran reto es que, en muy corto plazo, todas las formas de proteína, en todas sus versiones, estarán demandadas a ritmos nunca vistos anteriormente; por supuesto, requiere tecnología, requiere procesos, requiere inocuidad, medicina preventiva y canales de distribución lo suficientemente confiables para poder satisfacerla. El crecimiento de la población, que cada vez más va en aumento, con una agricultura y ganadería sin tanto para dónde crecer, va a requerir de una adopción de tecnología para poder ser más productivos y más competitivos. El fenómeno con el cual se inició esta administración en septiembre del 2012, la ganadería, al igual que en Estados Unidos, cayó dramáticamente y subieron los precios de los granos de manera ‘brutal’, más la presión para producir y de poder arrancar con nuevas políticas publicas junto con los ganaderos del país.
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Tuve la fortuna de las lluvias y eso facilitó la gestión enormemente. Y por otro lado, las estructuras productivas, sobre todo los engordadores, empezaron a tener una mayor eficiencia y mayor productividad. Y, distinto a la caída en el inventario, empezó a crecer la productividad en estos últimos cuatro o cinco años y hoy vemos animales un poco más pesados en el gancho; vemos algunas zonas de México en donde hay mejor fertilidad en donde hemos podido acompañar a las Uniones Ganaderas; unos grupos en donde han pasado de 40% de fertilidad a 63-67% de fertilidad, pero que no se ha generalizado. Y es una tarea pendiente, no solamente como parte cupular de la Confederación, sino también de las Uniones, y también de esa organización que le tiene que exigir a la autoridad el acompañamiento organizado para poder lograr mejores parámetros productivos.
Abril - Mayo 2018
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