Hacia una ética de participación y esperanza

Page 50

de los puestos de trabajo en un sector de la población genera un “progresivo desgaste del ‘capital social’, es decir, del conjunto de relaciones de confianza, fiabilidad y respeto de las normas, que son indispensables en toda convivencia civil”27. Por eso, Francisco avisa: “dejar de invertir en las personas para obtener un mayor rédito inmediato es muy mal negocio para la sociedad”28. Por el contrario, si se toma en cuenta otra lógica distinta a la del mercado, una lógica que promueva el reconocimiento de la dignidad del trabajador, es probable que ese valor inculturado obligue moralmente a lo político a no pasar por alto, como dice Francisco, el estado de abandono y olvido que sufren muchos trabajadores, privados de los recursos necesarios, quienes son “reducidos a situaciones de esclavitud, sin derechos ni expectativas de una vida más digna”29, ya que: Una libertad económica solo declamada, pero donde las condiciones reales impiden que muchos puedan acceder realmente a ella, y donde se deteriora el acceso al trabajo, se convierte en un discurso contradictorio que deshonra a la política […] la creación de puestos de trabajo es parte ineludible de su servicio al bien común.30

La desocupación mata ¿Qué significa hoy, en una economía de mercado, el mandamiento judeo-cristiano de “no matar”? En un mundo donde se teme la muerte violenta en presencia de una nueva modalidad de guerra, caracterizada por atentados “espectaculares”, casi nadie se detiene a practicar una hermenéutica de ese mandamiento fuera de atentados genocidas o de casos de muerte violenta, como los feminicidios —por cierto, ambos repudiables—, pero hay otros modos de matar. Según Francisco, “Así como el mandamiento de ‘no matar’ pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir ‘no a una economía de la exclusión y la inequidad’. Esa economía mata”31. Al margen de condenar las consecuencias de un sistema que no puede garantizar la paz, y lejos de ser obnubilado por atentados espectaculares y, mucho menos, dominado por el miedo al caer en un pedido desesperado de seguridad, el papa latinoamericano sorprende, porque se ha vuelto el profeta contra el imperio internacional del dinero y denuncia las causas que conducen a una catástrofe. De esta manera, pone en evidencia que:

27 28 29 30 31

50

Ver papa Francisco, Laudato si (2015), n.° 128. Ver papa Francisco, Laudato si (2015), n.° 128. Ver papa Francisco, Laudato si (2015), n.° 154. Ver papa Francisco, Evangelii Gaudium (2013), n.° 129. Ver papa Francisco, Evangelii Gaudium (2013), n.° 53.

hacia una ética de participación y esperanza. congreso latinoamericano de ética teológica


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.