mansiella radicata (453 citas), Rebozuelo (Cantharellus cibarius) (367 citas) y Amanita rubescens (364 citas). Estos bosques albergan 22 especies (33% del total) propuestas como amenazadas por el Grupo hispano-luso de conservación de los hongos.Algunas de estas especies son muy abundantes en los hayedos y robledales de Navarra; sin embargo en el resto de la Península llegan a ser escasas. Es el caso de Cortinarius caperatus y Tricholoma columbetta, dos especies vinculadas a los hayedos acidófilos (ver Anexo 3).
PINARES Aquí se incluyen los pinares de pino silvestre y pino laricio, ya que micológicamente no presentan grandes diferencias.
Hongo saprofito.
tal. La micorrización es el fenómeno de asociación simbiótica entre la raíz de una planta y un hongo. En la naturaleza, esta simbiosis se produce espontáneamente. Se estima que entre el 90 y el 95% de las plantas superiores presentan esta unión. Hongos parásitos. Son los que se nutren de la savia de plantas y árboles sin que exista ningún intercambio. Los árboles o plantas atacados son los ejemplares más viejos o menos adaptados. La Armillaria mellea es un ejemplo de este tipo de nutrición. Conocer estos tres tipos de estrategias nutricionales en los hongos es fundamental para saber que existe un equilibrio de estos tres tipos de hongos en un bosque. Todos los hongos son necesarios pero en una proporción o equilibrio. Según un estudio de los ecosistemas extremeños1, se consideran como porcentajes adecuados: un 47% de hongos micorrícicos, un 51% de hongos saprofitos y un 2% de hongos parásitos. Si estos porcentajes se mantienen, puede ser un bioindicador de la salud de un bosque, lo cual garantiza su pervivencia en el futuro1.
Algunos datos de riqueza micológica en Navarra Los datos aportados en este capítulo provienen de la base de datos micológicos de la Sociedad de Ciencias Naturales Gorosti. En esta base de datos, con más de 50.000 citas desde 1973 a 2010, se han listado 2.033 especies fúngicas diferentes. Las especies más citadas fueron: Mycena pura (565 citas), Oudemansiella radicata (543 citas) y Clitocybe nebularis ó Ilarraka/Pardilla (493 citas). Si se analiza el número de especies según el tipo de bosque, se obtienen los siguientes resultados:
BOSQUES CADUCIFOLIOS Se incluyen los hayedos y robledales (Quercus robur, pyrenaica y petraea): Nº especies citadas: 1.280 de 31.063 citas. Especies más citadas: Oude-
Nº especies citadas: 823 especies citadas (de 6.630 citas). Especies más citadas: Robellón/Níscalo (Lactarius deliciosus), 149 citas; Seta de pino/Negrilla (Tricholoma terreum), 135 citas; Ojo de perdiz (Chroogomphus rutilus), 126.
CARRASCALES Estos bosques albergan especies propuestas como amenazadas por el Grupo hispano-luso de conservación de los hongos. Nº especies citadas: 856 especies citadas (de 8.460 citas). Especies más citadas: Hebeloma sinapizans (131 citas), Hygrophorus russula (126 citas) y Clitocybe nebularis (116 citas). Hay 464 especies que son comunes a estas tres comunidades forestales; lo cual quiere decir que son especies ubicuas, extendidas por todo tipo de bosques. Hay que señalar que estas tres comunidades forestales no fueron muestreadas con la misma intensidad, por lo tanto existe un sesgo que hay que tener en cuenta. Es posible que si hubiese el mismo número de citas en pinares y carrascales, respecto a los bosques ca-
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