...Viviencias en Febrero...

Page 5

Una casa totalmente nueva, fría (como las casas adosadas que se construyen casi modularmente y de manera compulsiva. FIG.2 y 3), o una habitación totalmente ordenada no sugiere ese sentimiento de intimidad, de calor de hogar. Mientras que con dichos inmuebles abandonados asimilamos lo que entendemos como intimidad perdida, algo que no podemos poseer y reconocemos por haberlo sentido directamente. 2 La privacidad, en cambio, se percibe poseyendo algo. Cuando un tabique es derrumbado la privacidad se convierte en un espectáculo de vistas de estructuras y armazones que nos lleva a darnos cuenta de que lo más íntimo de una casa es su estructura. Y que una casa no es un lugar definitivo como para considerarlo Nuestro hogar (como sí lo tienen, en cambio, los ríos o los animales salvajes) y es la intimidad la que nos hace sentir como necesario e imprescindible tener una casa donde refugiarnos. 3 Como define José Luis Pardo en su artículo “Vivienda, intimidad y calidad”: Lejos de ser algo “interior” o “interno”, la intimidad es tan externa y exterior como la ruina: es el mayor grado de exposición y riesgo al que podemos llegar, el modo más cabal de estar afuera, de salir, no solamente de casa, sino incluso de uno mismo, en una suerte de entrega incondicional, de derrumbe de todas las barreras defensivas que es lo más próximo a lo que podríamos llamar “nuestro hogar” o “el lugar al que pertenecemos” (y que, obviamente, no es lugar alguno, puesto que como ya se ha dicho y es ocioso repetir, los mortales no pertenecemos a ningún sitio.) Teniendo clara esa diferencia entre privacidad e intimidad pretendo reocupar reinterpretando aquellos espacios urbanos que han sido despojados de su piel protectora, que constituía un espacio interior para revalorizar la nueva creación: un espacio íntimo pero sin ser privado, pudiendo ser observado por millones de ojos a lo largo del día, conviviendo con nosotros públicamente. (FIG.4 y 5) Transportar acciones cotidianas al espacio público permite dar otra oportunidad a dichas construcciones (o destrucciones) para que cumplan una misión distinta que para la que fueron creados, la de habitabilidad (FIG.6). Con el añadido de intentar hacer recapacitar al público de que eso mismo podría ocurrir con nuestro habitáculo, dejándonos en 2

Referencia que formula José Luis Pardo en su artículo “Vivienda, intimidad y calidad” al inicio del mismo. 3 Lo define como una condición radical, de la que no podemos alejarnos los mortales en el mismo artículo anteriormente citado: “Vivienda, intimidad y calidad.”

5


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.