SERVICIO CRISTIANO EFICAZ

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Cristo: "Id por todo el mundo; predicad el Evangelio a toda criatura." ¿Son menos culpables que la iglesia judía? (Testimonies, tomo 8, pág. 119.) 232 La Obra Caritativa Cristiana Siguiendo las huellas divinas Muchos piensan que sería un gran privilegio visitar el escenario de la vida de Cristo en la tierra, andar donde él anduvo, mirar el lago en cuya orilla se deleitaba en enseñar y las colinas y valles en los cuales sus ojos con tanta frecuencia reposaron. Pero no necesitamos ir a Nazaret, Capernaum y Betania para andar en las pisadas de Jesús. Hallaremos sus huellas al lado del lecho del enfermo, en los tugurios de los pobres, en las atestadas callejuelas de la gran ciudad, y en todo lugar donde haya corazones humanos que necesiten consuelo. Al hacer como Jesús hizo cuando estaba en la tierra, andaremos en sus pisadas. (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 579.) Jesús obraba para aliviar todo caso de sufrimiento que viese. Tenía poco dinero que dar, pero con frecuencia se privaba de alimento a fin de aliviar a aquellos que parecían más necesitados que él. Sus hermanos sentían que la influencia de él contrarrestaba fuertemente la suya. Poseía un tacto que ninguno de ellos tenía ni deseaba tener. Cuando ellos hablaban duramente a los pobres seres degradados, Jesús buscaba a estas mismas personas y les dirigía palabras de aliento. Daba un vaso de agua fría a los menesterosos, y ponía quedamente su propia comida en sus manos. Y mientras aliviaba sus sufrimientos, asociaba con sus actos de misericordia las verdades que enseñaba, y así quedaban grabadas en la memoria. (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 70.) Un respaldo práctico Los seguidores de Cristo han de trabajar como él obró. Hemos de alimentar a los hambrientos, vestir a los desnudos, y consolar a los dolientes y afligidos. 233 Hemos de ministrar a los que desesperan, e inspirar esperanza a los descorazonados. Y para nosotros se cumplirá también la promesa: "Irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia." (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 303.) Los que han estado ocupados en esta obra de ayuda cristiana han estado haciendo lo que el Señor desea que se haga, y él ha aceptado sus labores. Lo que se ha hecho en este ramo de trabajo es la obra con la cual todo adventista debe simpatizar de todo corazón y darle su respaldo práctico, uniéndose a ella con todo fervor. Al descuidar esta labor que se halla a nuestro alcance, al rehusar llevar estas cargas, la iglesia sufre una gran pérdida. Si ella hubiera emprendido el trabajo como debiera haberlo hecho, los hermanos habrían sido los medios de salvar a muchas almas. (Testimonies, tomo 6, pág. 295.) Todos estos dones han de ser empleados en beneficiar a la humanidad, en aliviar a los dolientes y menesterosos. Debemos alimentar a los hambrientos, vestir a los desnudos, cuidar de la viuda y los huérfanos, servir a los angustiados y oprimidos. Dios no quiso nunca que existiese la extensa miseria que hay en el mundo. Nunca quiso que un hombre tuviese abundancia de los lujos de la vida mientras que los hijos de otros llorasen por pan. Los recursos que superan las necesidades reales de la vida, son confiados al hombre para hacer bien, para beneficiar a la humanidad. El Señor dice: "Vended lo que poseéis y dad limosna." Sed "dadivosos", comunicad "con facilidad". "Cuando haces banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos, los ciegos." "Desatar las ligaduras de impiedad", "deshacer los haces de opresión", "dejar ir libres a los quebrantados", "que rompáis todo yugo". "Que partas tu pan con el hambriento", que "a los pobres errantes metas en casa". "Cuando vieres al desnudo, lo cubras." Que sacies "el alma afligida". "Id por todo el mundo; 234 predicad el Evangelio a toda criatura." Estas son las órdenes del Señor. ¿Está haciendo esta obra el conjunto de los que profesan ser cristianos? (Lecciones Prácticas del Gran Maestro, págs. 338, 339.) Las buenas obras son el fruto que Cristo quiere que llevemos; las palabras bondadosas, los hechos de benevolencia, de tierna consideración para con el pobre, el necesitado, el afligido. Cuando los corazones simpatizan con otros corazones agobiados por el desánimo y el pesar, cuando la mano se extiende para ayudar al necesitado, cuando se viste a los desnudos, y el forastero recibe la bienvenida a vuestra casa y a vuestro corazón, los ángeles llegan muy cerca, y semejante acción halla respuesta en el cielo. Todo acto de justicia, misericordia y benevolencia, produce melodía en el cielo. El Padre desde su trono contempla a los que realizan estos actos de misericordia, y los cuenta entre sus más preciados tesoros, "Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día que yo tengo de hacer." Todo acto de misericordia hacia los necesitados. los que sufren, es considerado como hecho a Jesús. Cuando socorréis al pobre, simpatizáis con el afligido y el oprimido, y amparáis al huérfano, os colocáis en una relación más estrecha con Jesús. (Testimonies, tomo 2, pág. 25.) La obra de reunir a los menesterosos, los oprimidos, los dolientes, los indigentes, es la obra que cada iglesia que cree


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