Febrero_2008

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sociedad

Esta es la reivindicación tanto de asociaciones de discapacitados como de las voces individuales, crear ciudades que permitan caminar y moverse en silla de ruedas en igualdad de condiciones.

pasos de peatones, se están pintando de amarillo las esquinas para prohibir el estacionamiento y construir así itinerarios transitables para las personas de movilidad reducida”.

La fundación Design For All, dedicada a fomentar la construcción accesible, ha entregado a la capital palmesana la “Bandera de Pueblos y Ciudades para Todos”. Un reconocimiento al esfuerzo continuado de los ayuntamientos para mejorar la calidad de sus entornos y servicios.

Denunciar es el único modo de garantizar que la normativa se cumpla

Ciutat sigue siendo intransitable para gran parte de sus ciudadanos

Mientras que la EMT se ha adaptado a la normativa, el Metro no es accesible, a pesar de haber nacido bajo el amparo de la Ley en vigor. Numerosas irregularidades que ASPAYM ha denunciado a Govern y Consell, quienes les dieron un vago “tenemos previsto arreglarlo” por respuesta.

Y es que la alcaldesa Aina Calvo firmó el pasado diciembre un convenio con la fundación en el que se comprometía a dedicar el 2% del presupuesto anual del Ajuntament para la supresión de barreras, un porcentaje que podría alcanzar el 5% en los próximos años.

Ciudadanos de segunda Una lucha constante por poder disfrutar de la ciudad como cualquier ciudadano es el leitmotiv de los discapacitados. “Pagamos impuestos como todos y por ello exigimos tener los mismos derechos”, afirma Matías Bosch.

“Desde que entró el nuevo equipo de gobierno en el Consistorio la sensibilización es más alta. Ahora participamos en el Consejo de Gerencia de Urbanismo, gracias al cual nuestras peticiones llegan directamente a la dirección municipal”, sostiene Bosch.

Guillem Fullana, técnico de accesibilidad y miembro de APSAYM, va más allá, asegurando que “hemos de dejar de ser ciudadanos de segunda, queremos pasar de ser ciudadanos de primera un día al año a serlo los 365”. Un sentimiento común provocado por las “barreras psicológicas”, un muro social que impide a la ciudadanía y los poderes públicos dejar de considerar al discapacitado una carga para comenzar a verlo como un colectivo humano al que asistir.

A pesar de esta voluntad positiva, todavía quedan mejoras que hacer en las competencias públicas. Un transporte totalmente accesible es una de las reivindicaciones del colectivo de discapacitados. “Palma cuenta con una flota de autobuses totalmente adaptada, sin embargo las paradas no lo están, por lo que las modificaciones son inservibles”, aseguran desde ASPAYM. Joaquín Rodríguez, regidor de Mobilitat del Ajuntament de Palma, ha explicado a más magazine los nuevos proyectos. “Vamos a aumentar el número de paradas con plataformas que facilitan el ascenso y descenso de discapacitados. Además, en barrios como el de Santa Catalina, con pocos

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más

Más magazine acompañó a Matías Bosch y Guillem Sullana, miembros de ASPAYM, en un recorrido por el centro de Palma en el que se pudieron comprobar los obstáculos constantes a los que día a día se enfrentan los discapacitados físicos.

Una dura visión de la sociedad que no se aleja de la realidad. “La barrera arquitectónica más grande que tiene Palma son los ciudadanos. La gente no nos respeta, aparca en las zonas reservadas, estaciona frente a las paradas o en los pasos de peatones”, asegura Matías Bosch, quien opina que donde más trabajo queda por hacer “es en materia de sensibilidad ciudadana”. ■


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