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formas.

Cuando se es adolescente hay que dejar que en determinadas ocasiones la decisión recaiga sobre él. Ejemplo: si la familia tiene pensado hacer alguna actividad que vaya a generar un gasto, que de forma razonable sea él quien tome la decisión acerca de los parámetros qué, cuándo, cómo y cuánto. Las actividades pueden ser desde ir al cine hasta hacer la compra o elegir su propia ropa.

Tomar decisiones y saber justificarlas con oratoria delante de los demás para convencer era un ejercicio muy utilizado en las escuelas griegas y no sería mala idea rescatarlo en casa. Una degustación de comida y el precio que debería de valer cada plato si decido ser propietario de un restaurante puede ser un buen ejercicio para hacer en familia. La base es que el adolescente sepa rebatir con juicio los argumentos y acepte las criticas para investigarlas, y no las tome como un ataque a su persona.