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EDUCACIÓN
«Pensemos en abrir las puertas a la innovación y a la educación que hoy se necesita: una que combine lo emocional con lo académico y creativo»
L
uego de más de seiscientos días y casi dos años sin clases, el retorno a las escuelas está cada día más cerca. En algunas partes del Perú este proceso se viene dando, poco a poco, hace ya algún tiempo en las escuelas privadas, y en los colegios públicos recién se está comenzando lentamente. Esto es una excelente noticia porque nuestro abandonado sistema educativo está empezando a renacer paulatinamente. Tenemos un sistema estancado tanto a nivel físico (instalaciones descuidadas y abandonadoa) como a nivel académico (un sistema tradicional arcaico), pero el retorno a clases parece, al menos, una luz al final del túnel. Decimos que la pandemia destrozó a nuestra educación y la golpeó terriblemente, y creo lo mismo. Pero, ¿acaso no presentaba signos e índices alarmantes desde antes? ¿Cuántas personas que me están leyendo han visitado un colegio público alejado por montañas en los Andes? ¿Cuántas lo han hecho en las ciudades amazónicas o en el Altiplano? ¿Cuántas han conversado con aquellos estudiantes y docentes? Echarle la culpa a la pandemia del colapso educativo peruano es la forma más fácil de analizar nuestra realidad. Nuestras brechas educativas son realmente elocuentes. De acuerdo a los índices de la prueba PISA, por ejemplo, muchos de nuestros niños no entienden lo que leen ni han desarrollado un pensamiento matemático solvente. Somos uno de los países con más corrupción y falta de liderazgo en Latinoamérica. Lo que me lleva a pensar
que nuestros niños y niñas tampoco tienen una base concreta de valores. Entonces, ¿realmente la pandemia rompió nuestro sistema educativo? Lo que creo es que la pandemia puso en evidencia una forma de educar obsoleta y ensanchó las brechas sociales, educativas y tecnológicas en el Perú. Así que echarle la culpa a este gobierno o al anterior es querer ver solo la punta del iceberg de un problema más grande. Luego de más de seiscientos días y casi dos años sin clases, por supuesto que sí es una excelente noticia que el retorno a las escuelas sea una realidad, pero, ¿queremos volver a lo mismo? ¿Queremos realmente tener las mismas aulas, la misma pedagogía, el mismo trato masivo y estandarizado, donde lo emocional y lo académico no se trabajan en conjunto? Porque si la respuesta a estas preguntas es afirmativa, yo personalmente prefiero que mis hijos se queden en mi casa. Tenemos la oportunidad ideal para regresar distinto, para regresar a un colegio más humano que forme mejores personas. Tenemos la oportunidad de generar espacios de combinación entre lo presencial y lo tecnológico. Tenemos la oportunidad de fomentar aulas creativas donde ocurra la innovación, la reflexión y la interacción sana entre los diferentes actores educativos. Hay que pensar entonces no solo en abrir aulas, sino también en abrir mentes y oportunidades. Pensemos en abrir las puertas a la innovación y a la educación que hoy se necesita: una que combine lo emocional con lo académico y creativo.
Una que forme mejores ciudadanos para así comenzar a construir un mejor país donde tengamos líderes que sean ejemplos a seguir y que busquen lo mejor para el Perú entero. Una educación que asegure que todos nuestros niños reciban un integral crecimiento humano. Hay que pensar en capacitar a los docentes para que estén a la altura de este gran reto. Pensemos en motivarlos y en darles herramientas para recibir distinto a los estudiantes. Para que tengan la fortaleza y los recursos de motivar a las familias para que quieran mandar a sus hijos a los colegios. Aún hay mucho temor y no hay que ser ajeno. Hay que verlo y trabajarlo. Hay que ser muy cuidadosos porque el virus no se ha ido, y, por ende, hay que pensar en un retorno seguro, con políticas de sanidad claras y viables. Y lo más importante: hay que pensar en que sea un retorno que no nos lleve al mismo lugar en el que nos quedamos hace casi dos años. No retrocedamos, por favor. Avancemos. Evolucionemos. Rompamos con ese sistema tradicional que tanto daño nos ha hecho. Démosles a todos los estudiantes la oportunidad de volar alto a través de una educación segura e integral que nos empuje como país a cerrar brechas sociales y a construir un Perú más humano.