Contemplar una obra de arte acabada genera la admiración de lo "perfecto", lo concluido, que se da por valida y aceptada. Desde ese momento se produce una alineación en el alma del creador/a, que solo podría ser compensado con la posible explicación de su obra y el porque de su creación. Y ese es, realmente, el momento más importante de una pieza artística, nada más lejos de su insercción en el mercado del arte. Los procesos creativos son brotes de magia jugando con el/la artista, en los que mente y cuerpo realmente conectan para individualizarse, abstraerse temporalmente del exterior y dar forma física a una idea. Si se añade a todo esto un ritmo poético en el que el/la artista no sólo crea, sino que deposita su ser en él, nace un arte objeto único y excepcional.
El arte no sirve, no es nada, solo observar y, en algunos casos, sentir. ¿Pero realmente tenemos que seguir lo establecido? ¿Por qué no poder visualizar arte también con el tacto y el olfato? Sostenerlas en las manos, descubrir, echar un rato y reflexionar, es la propuesta para esta exposición de arte objeto, con una selección de obras exquisitamente delicadas en todos los aspectos, en la ejecución y desarrollo, en su conceptualización y en su manejo, con historias por contar. Dar la oportunidad de sostener arte, de aprender a ver arte y a sentirnos parte de él, para acercarnos a la obra y a su creador/a.
Natalia Vear Comisaria de Máximo Calibre
6