Por definición, la prospectiva es libertad y es poder (Gabiño, 1998), de ahí que sea inherente a la política. La prospectiva busca una forma de reflexión colectiva, “de una movilización de las mentalidades frente a los cambios del entorno estratégico” (Godet, 1996).
La prospectiva nos ayuda a explicar los problemas complejos que están entretejidos en las telarañas de las estructuras sistémicas, a descifrar los niveles del análisis, deslindar lenguajes simbólicos, traducir códigos, llegar a los significados profundos para saber lo que realmente dicen los discursos y las estra- tegias del poder.
Sumergirse en las estructuras visibles para captar las no visi- bles y saber dónde están las invisibles es una tarea que le compete al pensamiento prospectivo.