Nàutic, revista anual del Reial Club Nàutic Port de Pollença

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NÀUTIC RCNPP 2019

REPORTAJE 29

Los alumnos de windsurf en uno de sus entrenos por la bahía de Pollença. Foto: Albert Cabrer.

El RCNPP estudia crear un equipo de windsurf Por ahora son unos 22 alumnos los que se han interesado en esta modalidad de vela C.R.

El windsurf se ha implantado en el Reial Club Nàutic Port de Pollença (RCNPP). Tanto es así que cara al año que viene se estudia crear un equipo de regatas. Así lo aseguran los monitores de esta modalidad, Albert Cabrer y Joan Andreu Pizà, éste último también coordinador de la Escuela de Vela. Los alumnos ya están preparados para formar un equipo de regatas. De hecho, cuando dispongan del material adecuado para poder competir empezarán con las primeras pruebas. Y es que, en estos momentos, ya se conocen todas las maniobras y las tácticas de la regata. “Saben encontrar estabilidad, ir en línea recta, virar y trasluchar. Estamos en el punto de la preparación pre regata, donde tendrán que empezar a remar y tener en cuenta las normas de preferencia, así como mirar temas de estrategia y táctica”, comenta Pizà. Albert confiesa estar orgulloso de la evolución de sus alumnos, y también está “muy sorprendido porque no esperaba este progreso tan grande”. Y es que el adiestramiento en windsurf no es fácil porque está muy ligado a las condiciones meteorológicas. El entrenador asegura que algunas de las clases que tenía preparadas las ha tenido que cambiar al momento a causa del mal tiempo. Aunque sí que ha intentado seguir una línea coherente: “los primeros meses aprendimos a hacer maniobras y

a ganar confianza sobre la tabla y con el paso del tiempo hemos hecho circuitos para practicar salidas y recorridos”. Ambos entrenadores consideran que a nivel cognitivo el windsurf cuenta con unas características que no tienen otros deportes. “El hecho de estar solo en el mar te obliga a solucionar problemas, a pensar dónde quieres ir, cómo puedes hacerlo, de dónde viene el viento y si canalizará bien por la montaña, pero también tienes que tener en cuenta el reglamento, entre otras cosas”, aclara Pizà. A pesar del esfuerzo táctico que se debe hacer en windsurf, de lo que no hay duda es de las emociones que hace sentir este deporte. “La sensación que te da la velocidad, pasar las olas y

planear es muy liberadora”, apuntan. La bahía de Pollença es el lugar perfecto para practicar windsurf porque es cerrada y durante todo el invierno han sido alrededor de 10 alumnos los que cada fin de semana iban a mejorar su técnica en windsurf. No obstante, con la entrada de la primavera se han apuntado más y actualmente hay alrededor de 22. La mejor edad para iniciarse en este deporte es a los 8 años y durante todo el periodo de aprendizaje, el Club proporciona material a todos los interesados. Una vez que los alumnos pasan a competir, ellos mismos deben comprarse el material para las regatas y dejar libres los equipos para los principiantes en windsurf.

De izq. a dcha. Los alumnos de windsurf Miquel Palou, Martí Ribes, Bàrbara Ensenyat, Maria Bou, Silvia Bou, Joan Riusech y Tommy Cabrer. Foto: Albert Cabrer.


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