Un bonsáiideal
se desarrolla principalmente en zonas sombrías y poco ventiladas, a cobijo de los cambios bruscos de temperatura. Como medida de prevención, se recomienda colocar los bonsáis en zonas con luz, expuestos a los rayos de sol y muy ventilados, y regar el follaje por la tarde: el agua elimina automáticamente los ácaros y favorece el espesamiento de la cutícula que frena la acción de los parásitos. Los cambios bruscos de temperatura en el follaje entre la noche y el día entorpecen el desarrollo de los ácaros. En caso de producirse una infestación intensa, es aconsejable utilizar productos acaricidas específicos, procurando administrar unas concentraciones más suaves que las indicadas en el envase. Si fuera necesario, repita la aplicación del producto en intervalos de ocho o diez días. El tamaño de los ácaros es microscópico; por eso, es difícil reparar en ellos y sólo se advierte su presencia cuando ya se ha producido la infestación. De ahí la importancia de las medidas preventivas mencionadas.
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