Blanco, Negro y Magenta - La Revista nº 1

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inequívoco del rojo fluir y de la esencia de la feminidad. Lo que debía consagrarse se estigmatiza y el rojo se transforma en ropaje de una de las bailarinas a la que se venera y detesta. La gestualidad sin pudor unida a los cuerpos encorvados y recluidos en un círculo explicita el miedo de las mujeres, el miedo de un cuerpo al que han arrebatado su voz. Un cuerpo que ya en los relatos mito-poéticos es supliciado, torturado y desmembrado. El paroxismo de los movimientos corporales coreografiados por Pina Bausch recuerda al principio de tensión-relajación de Mary Wigman y revela el origen del silencio de la mujer y la claudicación de su cuerpo. Mary Wigman, presente en la genealogía coreográfica Pina Bausch, es también una de las primeras coreógrafas atentas a la recuperación de una voz corporal genuina ajena al orden patriarcal. No hay ejemplo más explícito, a mi modo de entender, que la danza de “La Bruja” presentada ya en 1926. Basta danzar un poco para que la mujer recupere su fuerza primitiva, basta danzar un poco para que su cuerpo se convierta en instrumento de subversión. “Revolución”, una de las piezas realizadas por Isadora Duncan durante su estancia en Rusia, es otro ejemplo más del paso del cuerpo callado al grito, de la afonía a la exclamación, del sometimiento a la insurrección. Situada en los márgenes de la gramática de la Academia, Isadora dará paso a un cuerpo que desgarra y revela una voz insumisa, un cuerpo dispuesto hacia la revolución. “Hacia la Revolución” es, precisamente, el título de una serie obras que la artista norteamericana Nancy Spero comienza en 1983. La propia Spero dice haberse inspirado en la coreografía de la Duncan para dar paso a una nueva representación de la mujer como activadora y del cuerpo femenino como lugar desde el que se articula su voz.

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Los análisis estructuralistas y postmodernos permiten dar una vuelta de tuerca mas a la reflexión sobre el cuerpo femenino y su movimiento: éste ya no es sólo vehículo de un lenguaje infinitamente expresivo sino portador de un lenguaje original y primigenio, un lenguaje anterior al orden de lo simbólico. Ritmo, respiración, movimiento son “Mary Wigman es elementos preverbales que proceden del una de las primeras cuerpo y, superando el tejido gramatical, coreógrafas atentas se trasladan a la voz. Hélène Cixous parte de la distinción derrideana entre a la recuperación voz y escritura, sustrato de su crítica de una voz corporal al logocentrismo occidental, para a genuina ajena al continuación afirmar que la escritura femenina supera dicha separación. En orden patriarcal” ella se enlazan y tejen, “hay una continuidad entre escritura/ritmo de la voz, se cortan el aliento, hacen jadear el texto “La Bruja”. o lo componen Mary Wigman. mediante


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