Es evidente que el mundo sofisticado del automovilismo deportivo se va poblando en el día a día con jóvenes que comienzan sus carreras cada vez más temprano. Entonces no es difícil encontrar niños que a los 5 o 6 años de edad, ya transitan el kartismo como escuela elemental del futuro.
Estos pequeños bólidos - a los que no pocos suponen como un juguete - suelen alcanzar con facilidad inusitada, velocidades que llegan a las 130 MPH (unos 200 KPH). En otras palabras; desarrollan en los chicos, facultades realmente asombrosas, entre ellas, una prematura educación vial de valor inconmensurable a llegar a la adolescencia. En la misma medida, al alcanzar esta etapa, les era muy difícil encontrar la transición adecuada entre el karting y el automovilismo mayor, período en el que o bien dejaban de competir o se diluían inexorablemente sus habilidades conductivas producto del obligado paréntesis. Hoy, con la aparición de la AMF Series (Fórmula BMW), se agita un condimento diferente, que además propone el segmento tal vez más importante para los pequeños talentos del volante con pretenciones de convertirse en pilotos profesionales de las categorías mayores...
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