ASESINATO
Qué difícil es planear un asesinato. El lugar. La hora. El cuchillo. Sobre todo el cuchillo. ¿Por qué no eliges ése? No. Ése tiene mucho filo. ¿No es mejor? Claro que no. Sin filo, pero con quisquillosa punta: que entre, se atore y exija presionar… si no me exige, no tiene caso. Entonces dejó que escogiera el ecuánime cuchillo y fue al patio a dormitar su anticipada muerte.