Sistematización I Congreso Internacional Sobre Justicia Restaurativa y Sistema Penal Adolescentes

SISTEMATIZACIÓN I CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE JUSTICIA RESTAURATIVA Y SISTEMA PENAL PARA ADOLESCENTES

ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA MINISTERIO DE JUSTICIA Y TRANSPARENCIA INSTITUCIONAL VICEMINISTERIO DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADES DIRECCIÓN GENERAL DE NIÑEZ Y PERSONAS ADULTAS MAYORES AGENCIA ITALIANA PARA LA COOPERACIÓN AL DESARROLLO PROGETTOMONDO MLAL SISTEMATIZACIÓN I CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE JUSTICIA RESTAURATIVA Y SISTEMA PENAL PARA ADOLESCENTES “Esta publicación fue realizada con el financiamiento de la Agencia Italiana para la Cooperación al Desarrollo, pero no necesariamente representa el punto de vista de la Agencia” EQUIPO DE SISTEMATIZACIÓN: Ana Bazán, María de los Ángeles Centellas San Román, Libertad Martínez Hidalgo, Luis Henry Salinas Lafuente.

EQUIPO DE REVISIÓN Y VALIDACIÓN: Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional Claudia Bertha Benavides Salmón, Karen Isabel Villarroel Carranza, Ana Cecilia Guevara.

Agencia Italiana para la Cooperación al Desarrollo Serena Bernardini, Karem Frida Céspedes Montaño, Paolo Gallizioli.

Progettomondo.Mlal – Fundación Tutator - CVCS Micaela Román, Abraham Colque, Cecilia Bolívar, Yana Rojas, Adrián Piejko, Lidia Machaca.

Diseño y Diagramación Roman Orellana Bolivia, 2021

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MINISTERIO DE JUSTICIA Y TRANSPARENCIA INSTITUCIONAL DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA AUTORIDADES NACIONALES Dr. lván Manolo Lima Magne MINISTRO DE JUSTICIA Y TRANSPARENCIA INSTITUCIONAL Lic. Miriam Julieta Huacani VICEMINISTRA DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADES Msc. Ninoska Durán Burgoa DIRECTORA GENERAL DE LA NIÑEZ Y PERSONAS ADULTAS MAYORES

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AGENCIA ITALIANA PARA LA COOPERACIÓN AL DESARROLLO Francesco Tafuri Embajador de Italia Angelo Benincasa Director Agencia Italiana para la Cooperación al Desarrollo Serena Bernardini Coordinadora a.i.

Proyecto “Fortalecimiento a la instancia técnica del Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional y al Sistema Penal para Adolescentes”

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Tabla de contenido PRESENTACIÓN........................................................................................................................... 6 INTRODUCCIÓN.......................................................................................................................... 7 1. ANTECEDENTES....................................................................................................................... 8 2. SITUACIÓN DE LA POBLACIÓN ADOLESCENTE Y DEL SISTEMA PENAL PARA ADOLESCENTES... 9 2.1. Situación de la población adolescente.................................................................................... 9 2.2. Situación de adolescentes en conflicto con la ley................................................................. 10 2.3. Situación del Sistema Penal para Adolescentes con enfoque de Justicia Restaurativa........ 10 3. CONGRESO INTERNACIONAL DE JUSTICIA RESTAURATIVA Y SISTEMA PENAL PARA ADOLESCENTES.................................................................................................................12 3.1. Objetivos................................................................................................................................ 12 Objetivos específicos........................................................................................................................ 13 3.2. Discursos inaugurales............................................................................................................ 13 3.3. Conferencias Magistrales...................................................................................................... 17 3.3.1. “Contexto internacional y reflexión teórica sobre el Sistema Penal para Adolescentes”............................................................................................. 17 3.3.2. “Prácticas restaurativas, persona y cultura institucional en la prevención de la violencia y el delito”.............................................................................................. 22 3.3.3. “El rol del Estado y sociedad para la reintegración social de adolescentes”................. 29 3.4. Conversatorios....................................................................................................................... 37 3.4.1. Aplicación de la remisión fiscal con prácticas restaurativas.......................................... 37 3.4.2. Familia, violencia y delito en adolescentes.................................................................... 38 3.4.3. La participación de la víctima en los procesos restaurativos......................................... 40 3.4.4. La atención a víctimas en el Sistema Penal.................................................................... 41 3.4.5. Medidas socioeducativas en libertad............................................................................ 41 3.4.6. Reintegración social y post seguimiento........................................................................ 43 3.4.7. Comunicar para transformar.......................................................................................... 44 4. CONCLUSIONES......................................................................................................................45 5. DESAFÍOS...............................................................................................................................46

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Presentación El Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional como ente rector del Sistema Penal para Adolescentes tiene el compromiso de identificar las necesidades de las y los operadores del Sistema Penal para Adolescentes e implementar las acciones necesarias para su efectivo funcionamiento.

Actualmente, a través del Decreto Supremo N° 4508 del 19 de mayo de 2021 se modifica el Parágrafo III del Artículo 3 del Decreto Supremo N° 2377 de 27 de mayo de 2015, Reglamento a la Ley N° 548, Código Niña, Niño y Adolescente, estableciendo que el Viceministerio de Igualdad de Oportunidades, dependiente del Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional, se constituye en la instancia técnica del Sistema Penal para Adolescentes(…).

El Artículo 262 del Código Niña, Niño y Adolescente, en obediencia estricta a los estándares internacionales, reconoce a favor de las y los adolescentes como uno de sus derechos y garantías, la especialidad, la cual debe ser impartida y tramitada a través de un sistema penal diferenciado, mediante proceso y asistencia integral de personal especializado, en observancia de su condición como personas en proceso de desarrollo físico, mental, emocional, espiritual, moral y social.

Esta Cartera de Estado, se complace en presentar la “Sistematización del Primer Congreso Internacional sobre Justicia Restaurativa y Sistema Penal para Adolescentes, realizado el 2019, en el marco de la alianza entre el Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional con la Agencia Italiana para la Cooperación al Desarrollo y la organización no gubernamental Progettomondo.mlal y Fundación Tutator.

Este evento internacional, generó oportunidades de diálogo e intercambio con expertos internacionales y especialistas de seis países que contribuyeron a fortalecer el enfoque de Justicia Restaurativa, así como a reconocer la importancia de contar con estrategias y políticas de prevención de la violencia y el delito.

Además, se realizó un conversatorio con periodistas para sensibilizar sobre la importancia de reflejar la problemática de adolescentes vinculados con la comisión de delitos y reducir la estigmatización de esta población.

Viceministra Miriam Huacani Zapana Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional

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Introducción El Congreso Internacional sobre Justicia Restaurativa y Sistema Penal para

Adolescentes “Adolescentes que Cambian” fue un evento de suma importancia, que permitió analizar, debatir e intercambiar conocimientos y experiencias sobre Justicia Restaurativa, para ampliar nuestra mirada de la y el adolescente como un sujeto de derechos, que además necesita una atención integral.

En esa perspectiva, hemos querido contribuir en este evento, que permitió generar aprendizajes que fortalezcan los procesos de reintegración social de adolescentes con la aplicación de una efectiva justicia restaurativa.

Desde el año 2014 el Gobierno de Italia viene apoyando a Bolivia con el financiamiento de proyectos de justicia. Nuestro aporte-- y compromiso se tradujo en proyectos como el referido al “Fortalecimiento a la instancia técnica del Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional y al Sistema Penal para Adolescentes” que desde 2018 brinda asistencia técnica a los integrantes del Sistema; así como el apoyo a la ONG Progettomondo.mlal para implementar modelos innovadores de justicia juvenil y la difusión de Justicia Restaurativa; cuya experiencia pionera en Bolivia fue el centro Qalauma que apoyamos desde 2011 y; por último, nuestro financiamiento en la implementación del Sistema de Información Penitenciaria Boliviana mediante la entrega de equipamiento.

Esta relación entre ambos países data de mucho tiempo, por ello es importante reconocer el esfuerzo del Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional, que posibilitaron la coordinación con todas las instituciones públicas y privadas que forman parte del Sistema Penal para Adolescentes y abogan por el enfoque de Justicia Restaurativa.

Italia incorporó la justicia juvenil en sus políticas públicas desde los años ‘90 y estamos felices de ponerla a disposición de las instituciones bolivianas que trabajan con esta población, en especial porque ello refuerza los lazos entre dos países hermanos comprometidos a trabajar por una nueva visión de los adolescentes involucrados en la comisión de delitos, no desde los errores cometidos, sino desde las oportunidades que generemos para su reintegración.

S.E. Francesco Tafuri Embajador de Italia

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1. ANTECEDENTES

El Congreso Internacional: Justicia Restaurativa y Sistema Penal para Adolescentes “Adolescentes que cambian” buscó establecer una sinergia entre profesionales internacionales que compartan sus buenas prácticas y experiencia en la temática de justicia penal para adolescentes, y profesionales bolivianos que aporten con diversos insumos sobre la realidad local para articular a los actores institucionales en torno a una visión compartida de justicia.

Esta construcción de redes fue fortalecida por eventos de formación que se llevaron a cabo a nivel nacional y departamental entre 2018 y 2019, así como por investigaciones que generaron debate y conexión interprofesional, entre los que podemos citar:

• Diagnóstico 2012 - 2013 “Adolescentes esperando una nueva oportunidad”, referido a la situación jurídica de adolescentes en conflicto con la ley, y la condición en la que se encontraba el sistema de justicia para esta población antes de la promulgación de la Ley Nº 548.

• “Actualización del diagnóstico situacional del funcionamiento sobre el Sistema Penal para Adolescentes en el periodo 2015 - 2016”.

• “Estudio comparativo de la eficacia, eficiencia, gastos y costos entre las medidas de privación de libertad y las medidas alternativas a la privación de libertad para adolescentes con responsabilidad penal en Bolivia”, realizado el año 2016.

• Investigación “Factores protectores y de riesgo para prevenir la violencia y conductas antisociales en la población adolescente urbana de Bolivia”, realizada entre 2017 y 2018.

• Primer Encuentro Nacional de Evaluación del Sistema Penal para Adolescentes “Pasos que dejan huellas desde la Justicia Restaurativa” realizado en Cochabamba en junio de 2019 que contó con la participación de más de 90 integrantes del Sistema Penal para Adolescentes a nivel nacional.

• Encuentro Nacional de Centros de Reintegración Social y de Orientación del Sistema Penal para Adolescentes “Avances y desafíos en la ejecución de las medidas socioeducativas y aplicación de los mecanismos de Justicia Restaurativa en el Sistema Penal para Adolescentes”, realizado en mayo de 2018.

Ello demuestra el esfuerzo, interés y compromiso de Bolivia para avanzar hacia un enfoque innovador que rebate los conceptos y prácticas de la justicia retributiva, para plantear soluciones estructurales en cuanto a justicia penal juvenil se refiere.

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2. SITUACIÓN DE LA POBLACIÓN ADOLESCENTE Y DEL SISTEMA PENAL PARA ADOLESCENTES

2.1. SITUACIÓN DE LA POBLACIÓN ADOLESCENTE Bolivia está considerada como un país joven por su composición demográfica: el 41% de la población tiene entre 0 a 19 años; de este porcentaje el 31.6% corresponde a personas de 0 a 14 y el 9.9% de 15 a 19 años. Estos datos demuestran la importancia de trabajar en la implementación y profundización de medidas que atiendan las necesidades, problemáticas y potencialidades de este grupo poblacional para el fortalecimiento de la sociedad1.

A partir de los hallazgos de la investigación “Factores protectores y de riesgo para prevenir la violencia y conductas antisociales en la población adolescente urbana de Bolivia” publicada el 2019, se analizaron conductas antisociales y delictivas en adolescentes del área urbana de Bolivia, habiéndose registrado un 9% de adolescentes con conductas antisociales y delictivas reiteradas, entre las que un 4% presentó conflictos con padres o tutores, un 11% fue derivado a la Dirección de la Unidad Educativa por mala conducta dos o más veces al año, y un 19% tuvo peleas fuertes el año anterior.

En ese contexto, dentro del porcentaje de estas conductas reiteradas (9%), se identificó que un 8% consumía alcohol una vez o más por semana; y que un 8% consumía drogas dos o más veces cada tres meses. De igual forma, se identifica que un 8% habría cometido robo o daño a bienes el año 2018 y un 5% fue llevado ante la Policía o la Defensoría de la Niñez y Adolescencia como agresor en la misma gestión.

La investigación también reconoce que la familia caracterizada por la violencia, constituye un elemento común entre la población adolescente en riesgo. Se conoce que el derecho a la integridad personal y protección contra la violencia es vulnerado en los diferentes ámbitos en los que se desenvuelven niñas, niños y adolescentes. Las investigaciones indican que el 83% de esta población es castigada física y psicológicamente. Tres de cada diez niños, son víctimas de maltrato psicológico, seis de cada diez de maltrato físico y 4 de violencia sexual.

Muchos casos quedan sin ser denunciados2.

Una persona adolescente con una socialización primaria defectuosa (en la familia) tiende a desarrollar conductas antisociales en la escuela: bajo rendimiento escolar, conflictos con otros estudiantes y docentes y, finalmente, su estigmatización como “niño problema”.

En tal sentido, un potencial comportamiento delictivo se genera y refuerza a partir de las relaciones sociales de niñas, niños y adolescentes con sus grupos primarios de referencia: estructura familiar, núcleo escolar, grupos de pares, comunidad y, en algunas situaciones, el ámbito laboral3.

1 Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional y Progettomondo.mlal, “Boletín de investigación; Factores protectores y de riesgo para prevenir la violencia y conductas antisociales en la población adolescente urbana de Bolivia”, La Paz-Bolivia, 2018, p. 3.

2 UNICEF 2008 - Informe Mundial de la Infancia.

3 Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional y Progettomondo.mlal, boletín de investigación “Factores protectores y de riesgo para prevenir la violencia y conductas antisociales en la población adolescente urbana de Bolivia”, La Paz-Bolivia, 2018.

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En tal sentido, las niñas, niños y adolescentes vinculados a situaciones de maltrato, abuso sexual, abandono, orfandad y/o desestructuración familiar, sufren vulneración de sus derechos, lo que, sumado a procesos de institucionalización o de privación de libertad, se convierten en factores en extremo dañinos para su formación y desarrollo integral.

2.2. SITUACIÓN DE ADOLESCENTES EN CONFLICTO CON LA LEY El diagnóstico sobre adolescentes en conflicto con la ley en Bolivia “Adolescentes a la espera de una nueva oportunidad”4 realizado en 2012 y 2013; refiere que las y los adolescentes en las edades comprendidas entre 11 a 17 años, cometieron principalmente delitos contra la propiedad, tales como el robo agravado con un 31%, robo con un 20% y hurto con un 8%, que constituyen el 59% del total. Es así que en ese período de vigencia de la Ley 2026, las y los adolescentes de 12 a 15 años de edad fueron privados de libertad en centros especiales, y las personas adolescentes de 16 a 18 años, internadas en centros penitenciarios para adultos.

Situación similar se presenta el año 2016, misma que se evidencia en el “Estudio comparativo de la eficacia, eficiencia, gastos y costos entre las medidas de privación de libertad y las medidas alternativas a la privación de libertad para adolescentes con responsabilidad penal en Bolivia”5 que refiere, que el 50% de las y los adolescentes en conflicto con la ley, privados de libertad en los centros, habían cometido delitos que no ameritaban esta medida. Es decir que esta población debería cumplir medidas alternativas, que además habrían supuesto para el Estado boliviano, un ahorro presupuestario promedio del 78%.

Además de la situación legal referida en ese estudio, se visibiliza que, si bien el derecho a la protección de la identidad e intimidad de la o el adolescente vinculado con el delito, tiene sustento en la normativa nacional e internacional, la difusión de su identidad es uno de los derechos más vulnerados, en especial por los medios de comunicación que no consideran el enfoque de derechos de la niñez y adolescencia, contribuyendo a la estigmatización de estas personas.

Los diagnósticos y estudios realizados hasta la fecha proporcionan información que permite visibilizar las características de la problemática de personas adolescentes vinculadas con el delito, los contextos y factores que la determinan.

2.3. SITUACIÓN DEL SISTEMA PENAL PARA ADOLESCENTES CON ENFOQUE DE JUSTICIA RESTAURATIVA Con la aprobación de la Ley Nº 548 Código Niña, Niño y Adolescente, se implementó el Sistema Penal para Adolescentes con enfoque de Justicia Restaurativa, que se caracteriza por ser especial y especializado, es decir que la persona adolescente vinculada al delito, responderá por el hecho de forma diferenciada al adulto, asumiendo una responsabilidad penal atenuada, a través de la asistencia integral de personal especializado, que garantice el ejercicio de sus derechos.

4 Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional y UNICEF, diagnóstico de las y los adolescentes en conflicto con la ley en Bolivia “Adolescentes a la espera de una nueva oportunidad”, estudio realizado en vigencia de la Ley Nº2026, La Paz – Bolivia, 2013, p. 122 y 123.

5 Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional y Unicef, “Estudio comparativo de la eficacia, eficiencia, gastos y costos entre las medidas de privación de libertad y las medidas alternativas a la privación de libertad para adolescentes con responsabilidad penal en Bolivia”, La Paz – Bolivia, 2016.

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En este contexto, a partir de la implementación de la Ley Nº 548, se tiene los siguientes avances: a. Apertura y funcionamiento de centros de orientación y de reintegración social en los nueve departamentos de Bolivia. b. Desarrollo e implementación de lineamientos, protocolos, manuales y guías para orientar la actuación de los integrantes del Sistema Penal de Adolescentes. c. Disminución de la detención preventiva y de la medida socio - educativa de privación de libertad. d. Elaboración y desarrollo de planes individuales de ejecución de medidas. e. Implementación de mecanismos de Justicia Restaurativa que posibilitan encuentros entre adolescentes y víctimas, acompañando la aplicación de la remisión, las salidas alternativas y las medidas socioeducativas. f. Conformación y funcionamiento de Mesas Departamentales de Justicia Penal para Adolescentes que posibilitaron la articulación de los integrantes del Sistema Penal. g. Concluida la primera fase del Módulo del Sistema Penal para Adolescentes (MOSPA) que permitirá trabajar de forma integral con el Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional, Instancia Técnica Departamental de Política Social, centros especializados y red comunitaria.

En este escenario, se presentaron también importantes retos asumidos por el Estado, que se detallan a continuación: a. Involucrar a las instituciones de la sociedad civil mediante redes comunitarias a fin de facilitar la implementación de las medidas en libertad y post seguimiento de las y los adolescentes, para contar con apoyo en su formación, capacitación y acceso a una fuente de trabajo, entre otros. b. Construir indicadores para los procesos de reintegración social y de prevención de la reincidencia para evaluar con mayor propiedad la eficacia del Sistema. c. Consolidación de programas socioeducativos para el cumplimiento de medidas no privativas de libertad. d. Aplicar la detención preventiva como último recurso. e. Involucrar y potenciar la participación de las defensorías de la Niñez y Adolescencia, principalmente en las provincias para fortalecer el Sistema Penal para Adolescentes en todas las regiones del país. f. Continuar fortaleciendo la coordinación y articulación interinstitucional en base a la “interacción cooperativa” en las Mesas Departamentales de Justicia Penal para Adolescentes. g. Ampliar la capacitación de los operadores del sistema penal a las provincias. h. Fortalecer las acciones de acompañamiento a adolescentes y sus familias como parte de los planes individuales de ejecución de medidas y programas post egreso. i. Implementar el MOSPA en su primera fase, lo cual supone la capacitación de los actores involucrados y la migración de datos. A mediano plazo se continuará con la segunda fase que incorpore a todos los actores del Sistema. j. Mejorar las condiciones materiales de trabajo, especialmente la infraestructura de los centros especializados.

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k. Promover la estabilidad laboral de los integrantes del Sistema Penal para Adolescentes e incrementar profesionales especializados a un número suficiente para la atención requerida. l. Fortalecer la coordinación interinstitucional y la sinergia del Sistema.

3. CONGRESO

INTERNACIONAL DE JUSTICIA RESTAURATIVA Y SISTEMA PENAL PARA ADOLESCENTES

El Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional (MJTI), como ente rector del Sistema Penal para Adolescentes, la Agencia Italiana para la Cooperación al Desarrollo, la ONG Progettomondo.mlal y con el apoyo de la Fundación Tutator, organizaron el Congreso “Adolescentes que cambian”: Justicia Restaurativa y Sistema Penal para Adolescentes, en septiembre de 2019 en la ciudad de La Paz. El desarrollo del evento respondió a las necesidades de formación y actualización de los operadores del Sistema Penal para Adolescentes y a uno de los resultados del proyecto “Fortalecimiento a la Instancia Técnica del Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional y del Sistema Penal para Adolescentes”, propiciando el intercambio de conocimientos mediante la participación de los siguientes expertos:

• José Atilio Álvarez (Argentina), secretario general de la Asociación Interamericana de Defensores Públicos.

• Terry O’Connel (Australia), ex director de Real Justice Australia; desarrolló el modelo de Reunión Restaurativa del Real Justice, utilizada en todo el mundo.

• Jean Schmitz (Bélgica), magíster en prácticas restaurativas y experto formador de profesionales nacionales e internacionales.

• Emilio Daniel Cunjama López (México), profesor investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales y consultor externo de Políticas de prevención del delito.

• Rita Figueroa (Perú), fiscal superior de la Segunda Fiscalía Superior de Familia y coordinadora nacional de “Justicia Juvenil Restaurativa” del Ministerio Público de Perú.

• Sarahí García (México), directora nacional de Justicia Juvenil Internacional.

• Silvana Paz (Argentina), directora Fundación Acción Restaurativa.

• Mauricio Sánchez Cea (Chile), investigador del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana.

El monto total invertido para la realización del Congreso Internacional ascendió a la suma de 23.436 euros, por lo que la Agencia Italiana para la Cooperación al Desarrollo contribuyó con la financiación de 17.000 euros y Progettomondo.mlal con 6.436 euros.

3.1. OBJETIVOS El Congreso internacional de Justicia Restaurativa y Sistema Penal para Adolescentes “Adolescentes que cambian” tuvo el objetivo de generar aprendizajes que fortalezcan los

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procesos de reintegración social de adolescentes, a partir del intercambio de experiencias y conocimientos en la implementación de la justicia penal para adolescentes con enfoque restaurativo, en los contextos boliviano e internacional.

Objetivos específicos • Socializar las experiencias y las buenas prácticas nacionales en la implementación del Sistema Penal para Adolescentes.

• Conocer experiencias internacionales para la aplicación de la justicia penal juvenil con enfoque restaurativo.

• Desarrollar conocimientos que fortalezcan los roles y atribuciones de los integrantes del Sistema Penal para Adolescentes a partir del intercambio con expertos internacionales.

• Incidir en medios de comunicación y periodistas para la comprensión de la temática del Sistema Penal para Adolescentes con enfoque de Justicia Restaurativa.

Para cumplir estos objetivos, se contempló la participación de especialistas nacionales e internacionales, que compartieron sus conocimientos y experiencias con los integrantes del Sistema Penal para Adolescentes y representantes de instituciones de la sociedad civil, bajo dos modalidades: conferencias magistrales y conversatorios.

Las conferencias buscaron difundir e intercambiar ideas o conocimientos de expertos internacionales en la temática. Los conversatorios fueron un espacio de reflexión colectiva sobre diferentes temas, en los que se buscó garantizar el diálogo e intercambio de opiniones para conocer perspectivas y experiencias de las y los participantes.

Durante la primera jornada se llevaron a cabo conferencias y en la segunda conversatorios, de manera que las personas participantes contaron con información amplia y desarrollada durante el primer día y en la segunda jornada participaron de acuerdo a su especialidad e interés en determinados temas. Ambas jornadas se tradujeron en 24 horas académicas de intercambio de conocimientos y aprendizajes entre 300 profesionales aproximadamente.

3.2. DISCURSOS INAUGURALES Directora General de Niñez y Personas Adultas Mayores del Viceministerio de Igualdad de Oportunidades, Msc. Ninoska Durán Burgoa Vemos con bastante alegría la convocatoria que tuvo este Congreso Internacional, más de 300 personas en la preinscripción denota que estos espacios son importantes para mirar el Sistema Penal para Adolescentes con enfoque de Justicia Restaurativa como una norma de avanzada, incorporada en nuestra normativa por los legisladores bolivianos, apropiando la protección integral establecida en la Convención sobre los derechos del Niño ratificada por el Estado Plurinacional en el marco del bloque de constitucionalidad de derechos humanos.

Convocar desde el Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional a jueces, juezas de Niñez y Adolescencia, y a todos los integrantes del Sistema Penal para Adolescentes, es relevante

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porque fortalece las capacidades institucionales y nos lleva a pensar en este concepto de la Justicia Restaurativa como una justicia más humana, mirar al adolescente como un sujeto de derechos, como sujeto de una Justicia Restaurativa. Restaurar significa reintegrar, mirar al adolescente desde su individualidad, desde una historia de vida que muchas veces no elige vivir y es que, muchas veces, su conducta tiene que ver con estas historias, ausencia de sus familias o entornos sociales y comunitarios hostiles.

Es una satisfacción darles la bienvenida, quiero expresar mi profundo agradecimiento a todos los asistentes, nuestras autoridades nacionales, departamentales, expertos internacionales que con su gran trayectoria van a nutrir estos espacios, y también a nuestros expertos nacionales que consideramos importantes al momento de implementar el Sistema Penal desde un marco legislativo adecuado a Bolivia.

Me complace mucho que estemos presentes no solamente desde la academia, expertos o equipos, sino que esté presente el Ministerio Gobierno a través de Régimen Penitenciario, el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía General del Estado, del Servicio de Defensa Pública, porque eso nos permite mostrar también esta institucionalidad de Justicia al momento de hablar de un tema tan importante como es el Sistema Penal para Adolescentes.

Espero que estas jornadas puedan ser fructíferas para nuestro trabajo y reflexión, desde nuestra posición de defensores de la niñez y adolescencia y podamos constituirnos en voceros de lo que aprendamos, para que nuestros equipos de profesionales, donde vayan puedan hablar de los adolescentes como sujetos de derechos y con la potencialidad de lo que significa aplicar la Justicia Restaurativa en nuestro sistema jurisdiccional especializado.

Palabras de circunstancia a cargo del Fiscal Departamental de La Paz, Dr. William Alave Laura.

Este tipo de eventos son sin duda muy importantes porque, comparando realidades en Latinoamérica, vemos la necesidad de tener una aplicación sistemática y coordinada institucionalmente para implementar la Justicia Restaurativa. Ya han transcurrido más de cuatro años de aplicación del Código Niña, Niño y Adolescente y ello supone conjuncionar esfuerzos para plasmar este enfoque.

Sin duda la justicia penal restaurativa tiene otra filosofía frente al Derecho Penal punitivo, pues busca rescatar al adolescente para que se reintegre y se reconduzca en la sociedad, reinsertándose de una manera adecuada. Nuestra Constitución ya establece que la sanción tenga un enfoque restaurativo y, por ello, estos eventos llegan a fortalecer estas formas de administración de justicia, promoviendo salidas alternativas por citar un ejemplo.

La Fiscalía General del Estado, a través de sus nueve fiscales, estuvo en Argentina y ha visto cómo en ese país se plasmaba este enfoque, existía una experiencia donde se confrontaban grupos multidisciplinarios que trabajaban con adolescentes infractores, nosotros queremos seguir ese camino, del que seguro los expertos internacionales nos darán mayores herramientas para implementar lo que establece el Código Niña, Niño y

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Adolescente. Sin embargo, también debemos reconocer que en este tiempo hemos podido generar protocolos que están posibilitando un mejor tratamiento de lo que entendemos como Justicia Restaurativa.

Nuestra Constitución Política del Estado ha implementado la desjudicialización de algunos procesos y del conflicto, que corresponde con la Justicia Restaurativa y la filosofía que nuestro Estado ha asumido, pues la finalidad del Estado es vivir en armonía y paz social y, sin duda, es algo que todos tendemos a buscar.

Deseo muchos éxitos y que, en estos dos días de evento, rescatemos lo mejor para aplicarlo en nuestro trabajo.

Palabras de inauguración a cargo del Viceministro de Justicia y Derechos Fundamentales, Dr. Javier Moncada Cevallos Nuestro Estado tuvo cambios profundos y muy importantes, quizá para enfocar correctamente lo que es esta línea de actuación en justicia penal para adolescentes también sea bueno remontarnos a lo que fue el proceso refundacional constituyente que se llevó a cabo en Bolivia y entró en vigencia en febrero de 2009, fecha desde la que se cuenta con una nueva Constitución Política del Estado.

Este cambio trajo un gran catálogo de derechos fundamentales que hace que nuestra Constitución Política del Estado sea reconocida a nivel internacional como una de las constituciones de mayor desarrollo y progreso que establece derechos fundamentales que se aplican incluso por encima de la Constitución Política del Estado; asimismo se desarrollaron normas como el Código Niña, Niño y Adolescente que tiene normas de avanzada, que cambió algunas perspectivas. Por poner un ejemplo, nuestro Código Civil establece que el nacimiento de una persona es el momento donde se señala también el nacimiento de sus derechos, en cambio nuestra Constitución Política del Estado ha superado esa lógica, pues ahora entendemos que los derechos empiezan desde la concepción y así se abre una gama de protección de derechos fundamentales y llegamos al acápite de protección a los adolescentes. En resumen, lo que hizo Bolivia a través de su marco normativo, es reconocer que debe producirse la reintegración con un enfoque restaurativo.

Y en ese sentido, el Viceministerio de Justicia y Derechos Fundamentales, a la cabeza del Ministro de Justicia y Transparencia Institucional, desarrollaron una serie de instrumentos, por lo tanto en este Congreso Internacional se espera que podamos intercambiar esos aprendizajes, las mejores prácticas, los mejores enfoques normativos que se dieron en nuestros países hermanos, porque compartimos la misma problemática, por eso tener la presencia de representantes de varios países nos abre la posibilidad de conocer esos aprendizajes, de recoger lo más avanzado que exista en el tema y con seguridad nuestras autoridades, en especial del Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional, sabrán recoger todo eso como parte de las conclusiones de este Congreso Internacional.

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Con este y otros temas, yo creo que una parte en lo que estamos avanzando en Bolivia es en la humanización de la justicia, sólo como un ejemplo tenemos la reforma procesal penal con la Ley 1173 que incorpora un conjunto de medidas de protección especial de los derechos de niños, niñas, adolescentes y mujeres; resultado de un profundo trabajo de coordinación institucional entre el Órgano Ejecutivo, Órgano Judicial y Órgano Legislativo para llevar adelante una profunda transformación de la justicia y estamos dando pasos importantes y me alegra que haya aquí una buena concurrencia para discutir estas temáticas importantes.

Partimos de la certeza de que estamos hablando de los adolescentes como sujetos de derechos que enfrentan una problemática y que no deben ser tratados bajo el enfoque punitivo, sino que deben ser tratados en otra lógica por su condición y su naturaleza, que los hace vulnerables y el rol de toda la institucionalidad es que esas personas tengan una oportunidad con la Justicia Restaurativa.

No debemos olvidar que lo que están pasando los adolescentes es un reflejo y resultado de la interacción de la sociedad, nosotros somos los llamados a orientar con un enfoque de prevención, no sólo centrarnos en una idea punitiva; pues los adolescentes son personas en desarrollo, en crecimiento. Desde su primera infancia hay que enseñarles lo que es amor, respeto, afabilidad, porque de qué manera los adultos podríamos exigir que actúen con esos valores esenciales si no los promovemos; por ello la familia es el escenario principal donde debemos trabajar.

Yo creo que estar acá hablando de un enfoque de Justicia Restaurativa es un compromiso para continuar emitiendo normas en beneficio de niñas, niños y adolescentes y mujeres, por lo tanto todos juntos podemos dar luces claras en prevención de la violencia y el conflicto; y debemos fortalecer más la coordinación y cooperación interinstitucional y ser firmes en trabajar un enfoque no punitivo, sino humanizado en lo que es la justicia penal para adolescentes.

Quiero comentarles que hace unos días hemos realizado un importante trabajo interinstitucional como fue el censo carcelario que recogió importantes datos y casos muy sensibles, pero que servirá a Bolivia para tener la información necesaria como material de prevención.

Así que me alegro mucho por este evento y doy por inaugurado este Congreso Internacional bajo ese lema tan bonito, que ojalá podamos contribuir a que se materialice, “Adolescentes que cambian”, pero no esperemos que cambien solos, les demos todo el apoyo con nuestras capacidades y posibilidades institucionales.

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3.3. CONFERENCIAS MAGISTRALES Conforme al programa previsto en la primera jornada se realizaron tres conferencias magistrales: 3.3.1. “Contexto internacional y reflexión teórica sobre el Sistema Penal para Adolescentes” desarrollada por el Dr. Atilio Álvarez, secretario general de la Asociación Interamericana de Defensores Públicos (Argentina).

Por José Atilio Álvarez Tenemos mucha expectativa en el ejemplo que puede dar Bolivia en avanzar en una visión de Justicia Restaurativa en el marco de una política social. Y en ese sentido, se debe tener claridad sobre las experiencias que deben promoverse, explicando el contexto en que se dan esas modificaciones. Miramos con mucha esperanza a Bolivia porque advertimos una coherencia entre la política social y respuesta judicial a las infracciones de las y los adolescentes que son el grueso de la población y la esperanza de nuestras patrias.

Y es que hay que considerar que el que desconfía de niños o adolescentes y los considera un peligro, una carga o una desgracia, terminará haciendo programas para pueblos vacíos.

Bolivia es una República que fue puntal en la formación de América del Sur, muchos personajes llegaban a Chuquisaca a aprender. Nuestro primer defensor de pobres del Cabildo de la Independencia de 1810 había aprendido en Chuquisaca, por ello es importante hablar en una República que tiene un alto concepto de lo jurídico y lo no jurídico.

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Voy a presentarles una aproximación al concepto de Justicia Restaurativa que se construyó en base a más de cien ideas, cuando hace 12 años en Bogotá en un evento regional, sesionamos dos días para elaborar esta aproximación.

Ahora, hay un movimiento complejo con elementos distintos que abarca lo reparador, lo restaurativo, pero nos falta una vuelta de reflexión para acordar realmente qué queremos decir cuando hablamos de Justicia Restaurativa y aquí lanzo desafíos: ¿es un modelo de intervención social o es una práctica? Un modelo implica métodos propios, finalidades propias, sistemas propios; yo creo que la Justicia Restaurativa lo es, aunque admito que algunos rebajan la idea y dicen que son enfoques dentro de otros modelos.

Una cosa es admitir la coexistencia de elementos jurídicos y otra cosa es admitir la prevalencia absoluta de elementos contrarios, porque si no, termino haciendo micro experiencias que justifican el discurso y la macro acción represiva.

Se debe ser justo, pero no se debe ser cruel. Justicia y crueldad no son lo mismo, lo restaurativo implica un modelo principal que coexiste con formas procesales clásicas, por así decirlo, entonces la coexistencia de lo restaurativo con otras formas es admitida, pero no debe ser una perlita decorativa por un par de casos.

Hay que comenzar sobre los casos más pequeños de los niños para avanzar y aprender nosotros como operadores, para que el cuerpo jurídico se tranquilice, para que la sociedad también se serene, pero para que nuestro corazón empiece a avanzar y a profundizar.

Voy a dar el ejemplo del caso que estoy atendiendo de una muchacha de Paraguay, de 17 años, que fue prostituida. Esta chica fue contratada por un señor, éste fue acogotado y asfixiado con un torniquete porque la agredió. La chica que no tenía experiencia en eso, lo hizo. Entonces yo tengo una chica prostituida por la víctima, llevada a juicio por homicidio con alevosía, una chica que además estaba embarazada. La lucha mía va a ser conservar el vínculo con su beba recién nacida, porque mi intención reparadora en la vida tristísima de esa muchacha, parte del vínculo con su hija. Ahí tenemos la reparación de una vida desgraciada que se cruza con una muerte.

Hay que comenzar desde los casos más pequeños, en interacción social, porque quienes creen que la Justicia Restaurativa es un modelo jurídico se equivocan, si lo fuera, vamos al fracaso.

Estos temas son demasiado graves para que se hagan cargo sólo los abogados, éste es un modelo de intervención social donde aparece la comunidad, todas las disciplinas, todas las interdisciplinas, no solamente los profesionales que tenemos formación, sino todos.

Y la experiencia es una muestra de ello. La mejor operadora de Justicia Restaurativa que conocí era una señora a la que nunca le pregunté si sabía leer y escribir, pero que sabía todo de las familias, sabía más que los abogados.

Lo que estoy proclamando acá es que defenestremos a su majestad el proceso, si no nos animamos a decir que no todo se soluciona con el proceso, seguiremos triturando criaturas, porque lo que estigmatiza a la persona no es la condena, sino el proceso.

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Si el colegio expulsa al chico por mala conducta, otras instituciones más lo van a expulsar, si yo proceso siempre, lo que hago es fortalecer la exclusión, dejarlo fuera de todo al que ya está afuera, porque el que roba para comer ya está afuera de muchos derechos humanos.

Si nosotros mismos no podemos asegurar nuestro día de mañana, cómo podemos asegurar respuestas a las y los adolescentes donde existen montón de situaciones sociales, familiares y un misterio profundo que es la libertad personal, habiendo hecho todo lo que técnicamente corresponde, a veces todo sale mal. Y justamente la Justicia Restaurativa trabaja con la libertad del muchacho, pero no es sólo trabajar con el chico, sino también con las condiciones de las que proviene.

Debemos tener cuidado con las explicaciones mecanicistas, por ello la Justicia Restaurativa no es una justicia sólo del individuo, del sujeto de derechos, sino amplía la óptica a las familias, la víctimas y la comunidad y procura que se integren en relaciones positivas, que ahí donde hubo una relación negativa por el delito, se transforme en algo positivo, es una justicia que no busca curar un mal con otro mal, intenta transformar el mal en bien, no es fácil decirlo y menos hacerlo, pero hay que intentarlo porque es el único modo de cortar el círculo vicioso del delito y la espiral de violencia.

El nivel de abstracción de nuestras legislaciones es tan grande que la gente sólo llega a comprender lo concreto. Un caso que quiero contarles es de un joven que robó a su abuela, que lo había cuidado de niño, le robó un equipo de música, pero qué es lo que comprende él de todo esto. Comprende que le hizo mal a alguien que le hizo mucho bien, eso sí lo entiende. La posibilidad de reparar como se pueda, darse cuenta de que hizo algo mal a alguien, eso sí lo comprende, pero no sabe que violó el artículo “x” de una ley “y”, si no comprende, es difícil que se responsabilice por lo que hizo.

Un sistema que a mí me pone entre ser un buen defensor, pero ser una mala persona, no es un buen sistema. La reparación del daño causado nos lleva a preguntar si la indemnización realmente lo hace. Preguntémonos qué va a hacer devolviendo un pobre muchacho que no tiene ni para comer, lo que robó. Y fundamentalmente si eso le ayuda a comprender lo mal que hizo a alguien, no al delito, sino a la persona a la que le causó el daño.

Es una Justicia Restaurativa si intenta todo a través de métodos distintos a los del proceso penal, dónde conseguimos apartar a un chiquillo del delito o dónde decidimos hundirlo en él. Dónde volvemos a hacer que un chico recupere su vida, su familia, sus relaciones con el barrio, porque es un chico al que se le cerrarán todas las puertas, menos una: la de su banda. Porque seguro ese chico pasó por el proceso y no delató a nadie, ahí empezamos a convertirlo en un aspirante a jefe de banda.

Nadie busca un sistema nuevo si está satisfecho con el anterior, como con el sistema retribucionista de origen, aunque siempre tuvo un grado de atenuación con los menores, no funcionó como se esperaba.

En general, los sistemas históricos que llegaron de España a América tenían cierto grado de atenuación para las criaturas, pero que no funcionaba del todo. Un ejemplo de ello fue lo que ocurrió con un caso en el sistema inglés que, por un delito cometido por niños de 10 años, los pusieron en juicio público, niños cegados por los flashes de los periodistas, sentados en un banquito, mientras adecuaban el proceso. No digo que no se cometió el

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delito, pero los condenaron como adultos, usando el régimen de adultos, ¿me pregunto esa es la adecuación?

Y otro ejemplo de los intentos por adecuar la justicia cuando estén involucrados niños o adolescentes lo tenemos todavía más atrás. Voy a contarles el juicio de Tupac Amaru, condenando a pena de muerte junto a sus cinco hijos, el mayor tenía 20 años y el que le seguía tenía 10 años. Nombraron un defensor al que le dan una noche para hacer la defensa, aunque la sentencia estaba hecha. El defensor dice que no se puede aplicar la pena de muerte a menores de 25 años, aunque no había ley que lo prohíba. Esta persona defendió a los cinco chicos, pero sólo logró sacar libres a tres. Al nene de 10 años lo desterraron a África y al mayor le dieron una muerte atroz. En honor a la historia de la defensa pública de mi continente, creo que si leyes bárbaras permiten el tormento procesal para investigar la verdad, no funcionan.

Pero debemos reflexionar, porque si estamos contentos con el sistema tradicional, no perdamos tiempo ni gastemos recursos. Y claro, imagínense que a veces añoramos la etapa tutelarista que nació en Estados Unidos e Inglaterra, siendo que este tipo de sistema entró en crisis. En América lo copiamos y resulta que años después nos dimos cuenta de que lo que copiamos estaba mal desde su origen.

Entonces si estamos de acuerdo con lo tutelar, lo punitivo, lo retribucionista, no perdamos tiempo aquí. Pero si sentimos el sabor amargo del fracaso, si gente buena y trabajadora no logró nada con el anterior sistema, entonces busquemos una alternativa.

Nosotros los latinoamericanos debemos saber si queremos un modelo pre - estatal o el modelo de un Estado justo. Debemos tener una visión mucho más alta, donde haya una conciencia vívida como la australiana o la de Nueva Zelanda. Aunque tenemos también conciencias de nuestra justicia tradicional, debemos fijarnos muy bien si respecto a los niños y adolescentes, nuestros modelos de conciencia tradicional son acordes a determinadas cuestiones actuales.

Todo esto es válido, pero viene de corrientes diferentes y hay que saber reconocerlas, por ejemplo, la victimología viene de los exterminios europeos, ahí empezamos a hacer victimología, desde el empoderamiento de la víctima contra el victimario hasta el lugar de la víctima en una posibilidad de acuerdos y soluciones.

En términos de Justicia Restaurativa, el Derecho Penal debe ser mínimo, aplicarlo solamente al núcleo más fuerte y más grande de las transgresiones sociales, eso implica una reducción de la omnipotencia del Derecho Penal sobre el derecho y también sobre la sociedad, porque si todo va a ser delito eso significaría destruir una sociedad.

Esto es ciencia, así como el Derecho Penal liberal de la teoría del delito y de la pena, así como el derecho penal de dos vías, así aparece una tercera vía que a nosotros nos llega tarde porque pensamos que nuestros chicos son el peligro público número uno y que sólo con amenaza penal los detenemos. Hay una tercera línea frente al hecho penal que está en pañales, lo nuestro se enmarca en esta línea y que está por hacerse. Tenemos nuestra propia historia y América marcó siempre la diferenciación con el punitivismo penal. Un ejemplo es la creación del Artículo 55 del Pacto de San José el año 1969, que no eran tiempos fáciles para nuestras repúblicas.

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Fueron años muy duros y, sin embargo, la gente se junta y hace un artículo sobre cuándo los menores pueden ser procesados, de la separación de la justicia para adultos y un sistema especializado para su tratamiento. Este documento habla sobre la diferenciación de adolescentes y niños para su tratamiento.

Varias normativas explicaron que los sudamericanos mejoramos la norma universal. El Artículo 40 de la Convención de los Derechos del Niño dice que hay que fijar una edad siempre que sea apropiada, indica además que se debe utilizar procedimientos distintos.

Se tiene una deuda pendiente desde hace mucho tiempo, es por eso que pónganse las pilas y empiecen a hacerlo, porque llevamos décadas de hacerle decir a la Convención de los Derechos del Niño, lo que no dijo nunca, la Convención no dijo nunca que había que bajar penas, nunca dijo que bajen la edad, la Convención de los Derechos del Niño no dijo que había que universalizar el proceso penal a toda transgresión juvenil; entonces en nombre de la Convención de los Derechos del Niño, el mayor de los éxitos para Bolivia, para que sean cabeza en el movimiento restaurativo.

Debemos regionalizar nuestras respuestas, hay que hacerlo con confianza porque representamos un movimiento criminológico que no retrocede hacia nada, no es ni un neotutelarismo ni neoretribucionismo, es el movimiento que quiere ser el futuro, porque es el movimiento acorde a nuestros pueblos; por eso los ojos puestos en Bolivia, porque también existe una política social integral que no tendría nada que ver con el retribucionismo hacia nuestros niños y adolescentes, entonces tienen ese campo arado para sembrar la Justicia Restaurativa.

Sigan cultivando porque esto da los mejores frutos para nuestros niños y para nuestros pueblos.

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3.3.2. “Prácticas restaurativas, persona y cultura institucional en la prevención de la violencia y el delito”, conferencia desarrollada por Terry O´Connell, ex director del Instituto Internacional de Prácticas Restaurativas (Australia).

Por Terry O´Connell Hoy, lo que realmente quiero es llevarles por un viaje hacia el por qué están aquí. ¿Por qué vinieron a este Congreso? ¿Qué les motiva a hacer el trabajo que hacen? ¿Qué piensan al respecto? ¿Qué es lo que necesitan para realizar su práctica? ¿Justicia o práctica? ¿Qué no está funcionando con su práctica y por qué? ¿Qué están haciendo que no está funcionando?

Tal vez, sea porque lo que estamos haciendo es burocrático y no es el propósito para el cual estamos trabajando. ¿Qué es lo que quieren llevarse de esta experiencia? El anterior expositor nos dijo claramente que necesitamos enfocarnos en lo que está ocurriendo en Bolivia y no debemos preocuparnos en modelos fuera de ella. Entonces yo me pregunto, ¿qué es lo que significa ser boliviano? ¿Qué hace distinto a un boliviano? ¿Qué es lo que hay en la cultura boliviana que se está distorsionando? Ahora tengo dudas de que sus indígenas hayan estado usando círculos restaurativos desde tiempos antiguos. Tal vez el foco debería estar en cómo todo esto se aplicó al resto de nosotros. ¿Qué impacto quieren tener en los adolescentes? ¿Qué es lo que ustedes quieren que ellos obtengan de esa experiencia? Queremos aquello que llamamos restaurativo. Mi experiencia dice que si vemos lo restaurativo como una intervención, como una moralidad y se convierte en un accesorio de lo que estamos haciendo en nuestras instituciones, no cambiará gran cosa. Así que uno de los retos que les lanzo es: “¿Cuál es tu visión para trabajar con lo restaurativo en Bolivia? Yo he estado trabajando en 2.000 escuelas en todo el mundo

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aproximadamente y, a principios de 1990, comencé a desarrollar un programa que concibe a los jóvenes que cometieron delitos en víctimas de sus familias y rápidamente me di cuenta de que esto tenía un mayor impacto, porque se trataba de relaciones y me pregunté por qué diferentes prácticas evolucionaron durante las últimas décadas. Y es que una sociedad sana, una comunidad sana, es aquella que está realmente comprometida en conversaciones para acercar a los demás, en vez de alejarlos.

Entonces, ¿por qué me enfoqué en las escuelas? Porque desarrollamos una práctica de una manera explosiva, donde ofrecemos el lenguaje de la práctica a los jóvenes para que ellos puedan intencionalmente construir y mantener relaciones. Así que el día de hoy yo espero comunicar de manera muy enfática que, todos ustedes aquí presentes, tienen una oportunidad para trabajar con lo restaurativo de dos maneras: en sus vidas personales y en sus vidas profesionales.

Y si yo les digo que, pese a que se tiene la idea de que lo restaurativo comienza con las víctimas y sus familias, en realidad se trata de relaciones que no tienen nada que ver con la víctima ni sus familias. Así que lo que escuché esta mañana, me convence que ustedes van por buen camino. Lo que quisiera es que ustedes estén conscientes de la idea que esto no se limita a una institución, sino que se convierte en una forma de vida, una forma de ser, para que nosotros, ustedes y yo, seamos mucho mejores en construir relaciones sostenibles.

Vivimos en un mundo que cada vez está más desconectando. Necesitamos de nuevas historias; pero nuevas historias únicamente surgen de conversaciones diferentes. El proceso restaurativo comenzó hace mucho tiempo atrás, antes de que la palabra restaurativo haya sido inventada. Si miramos hacia atrás, cuando la gente se relacionaba, tenía un enfoque restaurativo, porque la gente mantenía esas relaciones o se conocía a través de historias.

Para comprender mejor lo restaurativo, debemos hacer una distinción entre la Justicia Restaurativa y la práctica restaurativa, aunque el rol y el objetivo están bajo el mismo paraguas, una es mucho más efectiva en tratar con efectos y emociones que la otra. Yo fui un oficial de Policía en Australia, conocido después como el policía de “wagga wagga” que es un nombre indígena que significa ‘tierra de muchos cuervos’, y quiero contarles mi primer encuentro restaurativo.

Como oficial de Policía me di cuenta de que muchas de las cosas que estábamos haciendo, no tenían sentido; y cuándo me preguntaba, ¿por qué estamos haciendo esto?, la respuesta era: “porque es eso lo que siempre hemos hecho”. Así que hice un esfuerzo por entender mejor qué es lo que hay que hacer y cómo hacerlo de forma diferente.

Voy a contarles una pequeña historia, se trata de cómo conocí a Gary, un joven de 14 años de edad, en junio de 1973. Como policía me llamaron para que vaya a un baile donde se suscitaba una pelea y, cuando llegué al lugar, vi a un joven que estaba lanzando puñetes. Fui detrás de él y lo sujeté. Le susurré en el oído y le dije: “Cálmate, podemos resolverlo. ¿Cuál es tu nombre? “Gary, respondió”. “Te sacaré del salón”. Con cuidado lo saqué y fuimos afuera y él se calmó. Lo solté. Posteriormente, giré para ver a mi alrededor y repentinamente sentí un golpe en mi ojo derecho y caí al suelo. Me incorporé y lo sujeté. Mi camarada fue a traer las esposas y yo le dije “no necesitamos esposas aquí”. Mi camarada dijo algo interesante, “Ahora irá a prisión”. Yo le dije, “¿qué quieres decir? “Él ya tiene un cargo por agresión. Sólo estaba afuera por buen comportamiento y ahora tendrá dos cargos y se le dará una condena

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de 12 meses”. Y mi respuesta fue: “¿Eso funcionará?”. Así que lo que hice fue interesante.

Tomé la decisión de llevar a Gary a casa y acordé con su mamá que llevara a Gary a la estación de Policía al día siguiente por la tarde. Al otro día mi ojo seguía cerrado. Cuando llegaron a mi oficina, su mamá se veía muy angustiada y Gary estaba muy avergonzado y apenado. Le dije a su mamá que me contara un poco acerca de Gary. Yo quería saber qué es lo que estaba desencadenando su comportamiento. En otras palabras, el por qué. Su mamá me dijo: “Él es uno de mis dos hijos, lo amo mucho, pero se ha convertido en un joven enojado”. Y mientras seguíamos conversando, ella dijo: “Lo único que se me ocurre que pudo afectarlo ocurrió hace cuatro meses… el papá de Gary murió en un accidente de auto. En ese momento Gary comenzó a llorar. Yo le dije a Gary: “Cuéntame acerca de tu padre”. Y hablamos y me quedó claro que Gary era un joven de 14 años luchando para superar el trauma de la muerte de su padre. No sabía cómo lidiar con todas las emociones dolorosas, estaba abrumado, se sentía sin fuerzas y la única forma que tenía para manejar eso era dando puñetes, era golpeando.

Quince años más tarde en el mismo salón, me encontraba en una reunión de fútbol y sentí que alguien me jaló la camisa. Me di la vuelta y ahí se encontraba Gary con 29 años. Gary dijo, “Se acuerda de mí”. Yo dije, “por supuesto que me acuerdo de ti. Me golpeaste en el ojo.” Él dijo: “Ese fue el comienzo de un capítulo completamente diferente en mi vida. Nunca más me metí en problemas. Estoy casado, tengo dos hijos y la vida es buena”.

Lo que realmente quería es que ustedes piensen acerca de los factores que influyeron en la vida de Gary. ¿Qué consideras que lo afectó y lo llevó a esa situación? ¿Cuál era mi objetivo aquí para hablarles acerca de ese hombre? ¿Qué hizo la diferencia? ¿Saben por qué les hice esas preguntas? ¿Se acuerdan cuando les hice todas esas preguntas acerca de qué les llevó a realizar el trabajo que hacen? Mi desafío para todos ustedes es que esté muy claro lo que están haciendo y por qué lo están haciendo. Y qué es lo que funciona en lo que hacen. Así que ahora tenemos una oportunidad para trabajar y la experiencia nos demuestra que no importa dónde te encuentres en el mundo, cuando las personas son tratadas con respeto y con justicia, es probable que hagan lo correcto. Nuestro objetivo era generar una oportunidad para que Gary tuviera una experiencia respetuosa y justa, y cuando tuvo la oportunidad de hablar, pudo comprenderse mejor a sí mismo.

De todas las cosas que aprendí y facilité, como la investigación de casos de crímenes violentos y de los más horrorosos, contándolos en muchos documentales de televisión, descubrí que en todos ellos parecía repetirse el mismo proceso. Me di cuenta, que las personas con las que trabajaba, sin ninguna excepción, estaban desconectadas de sí mismas y, como resultado, estaban desconectadas de los demás. Si no lo estuvieran, podrían ellas mismas manejar sus traumas. Esto significa que los medios por los que atravesamos y la visión que tenemos son importantes.

Cuando nos enfocamos en el por qué, tomando como ejemplo el caso de Gary y analizamos lo que estaba haciendo, podíamos decir que: “Él estaba tomando decisiones imprudentes, lo que estaba haciendo era una verdadera violación, él fue reactivo y tenía una mirada hacia el pasado”. Una de las suposiciones que teníamos era castigar a los padres, donde si intentamos mirar el “por qué”, que era lo que yo estaba haciendo, qué le estaba ocurriendo a Gary, era un desborde emocional, una falta de entendimiento sobre lo que estaba sucediendo.

Saben que todos los jóvenes con los que estamos tratando están en una etapa de maduración, desarrollo, crecimiento emocional: mientras lidian con todo esto; nosotros creemos que ellos comprenden y pueden manejar este proceso; sin embargo, tenemos que ayudarlos

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para que sigan adelante. Lo que aprendí, basado en mi experiencia, es la fortaleza de las relaciones.

Volviendo al caso de Gary me pregunté: “¿Qué hizo la diferencia? Él contestó, “cuando mi mamá comenzó a compartir su dolor”. Así que entendí cómo empezar a trabajar sobre las relaciones. Cualquier cosa que impacte en las relaciones, posibilita desarrollar la capacidad de crecer y aprender. ¿Por qué no pensamos acerca de ello? La próxima vez que traten con algo similar, piensen acerca de los impedimentos dentro de sus relaciones. Como sociedad, cuando alguien hace lo incorrecto, ¿cuál es nuestra respuesta usual? Ya saben, es el castigo. ¿Cuál debería ser la pregunta correcta cuando alguien hace lo incorrecto? Por supuesto, debemos preguntarnos “por qué” cuando estamos lidiando con un asunto como éste.

Pero además de preguntarnos por qué, es también importante, preguntarnos ¿cómo es el castigo? Porque esa percepción es algo que ciega nuestra capacidad para aprender. ¿Vieron alguna vez un animal de estos en Bolivia? (Muestra la imagen de un puerco espín) ¿Saben lo que es esto? Es muy extraño. Es un equidna. Así es como luce. Tiene púas. Ahora, qué es lo que hace. Se enrolla como una pelota para protegerse. Nosotros somos como los equidnas. Nos gustaría enrollarnos como una pelota para protegernos, cuando nos sentimos vulnerables. Así que imagínense que esto es un equidna, hace 20 años atrás yo vi esto en un colegio, en una caja de juguetes y la siguiente semana estaba trabajando con este juguete, con 181 niños de 6 años. Y cuando mostraba esta imagen, les dije, me gustaría enrollarme como una pelota cuando estoy asustado o atemorizado, o cuando alguien es malo conmigo.

Si ustedes hicieron algo y se sienten muy apenados, ¿qué es lo que necesitarían hacer para ayudar a resolverlo? Uno de los chicos levantó la mano y dijo: “Tendrías que hablar acerca de eso”. Y dijo: “¿Puedo compartir algo? Yo dije: “¿Cuál es tu nombre? Él me respondió: “Donny Craig”. Yo le dije: “Claro, ven aquí Donny”. Él dijo, “cuando me encierro en mí mismo, solamente hay campo para mí, pero cuando puedo expresarme, me abro y hay campo para otros”.

Ven, cada uno de ustedes está lidiando con personas que están atrapadas, que son vulnerables.

Así que pensemos por un minuto, ¿qué es lo que se incluyó acerca de relaciones? Si miran esto aquí, están lidiando con vulnerabilidad, ¿qué es vulnerabilidad? ¿Cómo lidiamos con nuestros problemas? ¿Qué es lo que desencadena nuestra vulnerabilidad?

Hace muchos años atrás me di cuenta de que lo que desencadena la vulnerabilidad es lo que llamamos un efecto de vergüenza. Y cuando comprendemos el rol que juega la vergüenza en nuestras vidas, comenzamos a comprender lo que nos mantiene atrapados. Así que, ¿qué es vergüenza? ¿Qué propósito útil cumple? ¿Qué ocurriría si sintiéramos vergüenza?

La respuesta es muy simple. Sin vergüenza no sabríamos cuando estamos haciendo algo incorrecto porque no tendríamos nada que nos detenga. No tendríamos una brújula de moral, seríamos sociópatas. Y su función es muy interesante. Nos ayuda a observar y sentir nuestra mente. Y esas son funciones buenas, establece nuestros parámetros sociales y nos guía cómo interactuar con los demás. Define nuestro propio ego, proporciona un cierto peso cuando hicimos algún tipo de daño a los demás y a nosotros mismos. ¿Cuál es realmente la respuesta positiva a la vergüenza? Yo tengo nueve hermanos. Mi mamá nunca levantaba la voz, sólo nos miraba. Sabías cuando te miraba. ‘Oh no, no la mirada de mamá’. Horrible, lo que sucedía, experimentaba la sensación de vergüenza y sentía la sensación de vergüenza mientras mi estómago se revolvía, mi corazón latía, mi

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presión arterial subía a los cielos, me sentía tenso, no podía sentir mis músculos, y no hay nada que puedas hacer y simplemente bajas la cabeza; pero ¿adivinen qué? Yo aprendí más allá de esa mirada, aprendí que mi mamá me amaba. Eso lo sabía, pero no quería decirlo. Así que llegó a ser una oportunidad para aprender y mejorar.

Pero aquí está el dilema, la mayoría de las personas con las que lidiamos no saben cómo manejar la vergüenza de una manera positiva debido a muchas razones. Y cuando miré a Gary, comencé a pensar cómo Gary lidió con su vergüenza, con su impotencia, me di cuenta que él estaría en un largo periodo de evasión, cuando lo arresté, estaba intoxicado. Le dije: “Has caído y parece que tomaste un sedativo”. Él dijo: “No importa, tengo que sobrevivir otro día”. Y atacando a otros, atacándose a sí mismo. Saben que la vergüenza es el efecto constante de la vida diaria. Y eso es algo que necesitamos para mantener nuestras relaciones.

Y eso depende de nuestra capacidad para manejar la rabia y para lidiar con los demás. No se imaginen que esto sólo le pasa a Gary. Así que lo que yo quería es que entendieran las dificultades que tienen las personas para relacionarse. Comprendí que las personas que se relacionan con nosotros al sentir vergüenza, crean las condiciones que les que permiten dejar atrás sus problemas, así que esto les ayuda a descubrir sus vulnerabilidades y a estar abiertas para una conversación más simple. Así que esto fue importante. Yo necesitaba entender el porqué de lo que estaba haciendo. Si es que no comprendemos el “porqué” de lo que estamos haciendo, se limita nuestro potencial. Si les dijera, ¿qué es lo que quisieran para cada persona con las que trabajan, en cada intervención, para aprender? ¿Qué es lo que quisieran que ellos saquen de la experiencia? No tiene nada que ver con felicidad. No importa con quién yo trate, si creo la oportunidad para que ellos tengan una mejor percepción de quiénes son, para tener un sentido de sí mismos, que es en realidad el propósito.

Se necesita un lugar que permita a las personas aprender acerca de sus vulnerabilidades y aprender de sus diferentes experiencias, mi rol es crear las condiciones para que la persona sea capaz de descubrir el sentido de su vida y seguir adelante para que así pueda resolver lo que es importante y así cambie lo que hicieron.

Y esto lleva a más cambios internos y, en realidad, más importantes; pues les ayudaría a mantener relaciones más hermosas y sostenibles, así que el sentido de uno mismo creará mejores condiciones para que puedan aprender a lidiar con sus cosas, pues sabrían lo que necesitan. Entenderían lo que es importante y trabajarían hacia lo que se necesita para cambiar.

Ahora, ¿Por qué esto se convierte en algo tan importante? ¿Si les diría que las experiencias restaurativas exitosas, por lo general, no tienen nada que ver con quienes cometieron delitos? Una experiencia exitosa restaurativa para la víctima generalmente no tiene nada que ver con los agresores. Porque, en realidad, lo que busco es que se vuelvan a conectar con ellos mismos; sean conscientes de que si pensamos en la víctima y el delincuente, limitamos el poder de la víctima más de lo que se debería.

Hace cuatro años hice a varios profesionales de todo el mundo una cantidad de preguntas sobre lo restaurativo. ¿Qué los atrajo a la historia? ¿Qué ha cambiado en la práctica? ¿Cómo definiría una historia? Escuché interesantes respuestas y aprendí acerca de las respuestas que escuché de personas que cometieron delitos. Una persona que conocí, que es director de un centro de salud mental en Canadá, dijo: “ lo restaurativo es una forma de pensar

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acerca de los factores que crean espacios seguros” Es decir, que se trata de mejorar las relaciones como un medio para restaurar comunidades.

En la última década, hubo una exponencial demanda por lo restaurativo entre muchas profesiones. ¿Saben por qué? Debido a la práctica de relación especial, porque cualquier práctica que funcione, lo hace por la fuerza de una relación. Esto involucra a cualquier joven con el que trabajen. Entonces, ¿por qué lo restaurativo es bueno? ¿De qué trata el trabajo que ustedes hacen, que atrae a muchas personas en el mismo espacio?

Aquí es donde la teoría restaurativa entra en juego y si no tienen una teoría se hace difícil el trabajo. Esto reúne las principales ideas de muchas otras teorías. Fui muy afortunado de haber conocido a Bill Matheson en 1994, en Pennsylvania, ya había escuchado acerca de él 10 años antes. Es un psiquiatra que tomó diferentes problemas de las personas y varios elementos, y desarrolló formas para lidiar con ellos y establecer relaciones. Él dice: “que las relaciones son básicamente una forma de vivir compartiendo con los demás nuestras emociones”. Estos son los principios de su trabajo de Psicología. Para mí, compartir es lo que construye nuestras relaciones y para eso necesitamos enriquecer nuestra historia. Ello ayuda a construir nuestra comprensión, y cualquier cosa que hacemos. Así que en 1991, como oficial de Policía, desarrollé un guión para facilitar el proceso de un joven que cometió delitos, pero que fue víctima también de ciertas circunstancias y, en la parte central del guión estaban los elementos de lo que yo llamo las preguntas restaurativas. Ahora, qué es lo interesante acerca de las preguntas restaurativas, muchos de ustedes estarán familiarizados con ellas. Les dejaré a cada uno de ustedes una tarjeta, la cual presenta dos caras, una de ellas dice: “Conceptos centrales” y estas son las preguntas: ¿Qué estabas pensando en ese momento? ¿Qué piensas desde entonces? ¿Quién salió afectado por lo que hiciste? ¿Qué crees que fue lo más importante que sucedió hasta ahora?

Ahora, lo que discuto es que cuando tomas la tarjeta, eres responsable por todo lo que haces. Con gran éxito, porque ¿adivinen qué? Esa tarjeta, esas preguntas son parte de un guión en el que confío y que me ayuda a construir una comunidad. En otras palabras, abajo juegan los efectos negativos y arriba los positivos. Crea un espacio para que las personas lidien con sus relaciones. ¿Notan que son las mismas cinco preguntas? Nunca hago ninguna otra pregunta. Me preguntan ¿por qué?, bueno, les diré la razón. Si preguntan a alguien, ¿qué dirías que sentiste? Es posible que les den la respuesta equivocada. Esto podría ser horrible o impactante. Depende del estado emocional en que se encuentren en el momento, pero, cuándo se pregunta a alguien lo que están pensando, ellos comienzan a analizar cosas más apropiadamente y llega a ser una historia más completa, y esta es una historia que evoluciona, ellos pueden contar y están mucho más emotivos y explican lo que realmente estaba pasando con ellos. Muchas personas me dijeron, ‘Oye Terry, no entendí mucho la tarjeta. No puedo entender a la víctima y al delincuente como la misma persona. Y yo digo: “Está bien, porque hay un segundo set de preguntas” el segundo set es para la persona que fue lastimada: ¿qué es lo que estabas pensando antes que esto ocurriera? ¿Qué impacto tuvo en ti? ¿Qué fue lo más difícil? ¿Qué es lo que crees que necesita pasar para asegurar que no vuelva a pasar? Sólo preguntas simples y directas. Si estoy allá, necesito entender a la persona que está causando el daño.

Ahora déjenme volver con el equidna. Muchas víctimas, estoy hablando de abuso sexual traumático, de muchas historias reales que están encerradas en una lucha emocional interna, de la cual no pueden salir por sí mismas. Y no se puede hacer nada por la persona

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que cometió el delito para empezar de nuevo. Si miran la tercera pregunta, ¿qué fue lo más difícil para ti? Esta pregunta es muy fundamental aquí. Lo que ocurre cuando preguntan esto es que las personas comienzan a descubrirse a sí mismas. Pueden evaluar sus propias experiencias, pero lo más importante, si permitimos a otros comprender ciertos procesos, tendremos todos más posibilidades de aprender.

Un criminólogo australiano que escribió un libro en 1999 llamado “Formas comunes de vergüenza en Criminología”, investigó muchas culturas de todo el mundo y vio que aquellas que tienen un sólido sentido dimensional de la vergüenza tienden a tener índices de criminalidad más bajos. ¿Qué creen que necesita suceder para tener procesos donde prime el respeto? Me gustaría preguntarles: ¿Qué significa ser respetuoso? Me gustaría mucho que me digan lo que significa.

El investigador del que les comentaba sostiene además que “Cuando se confronta, se desafía a una persona sin apoyo ni respeto”. “necesitamos entender a través del dialogo la forma en la que podríamos interpretar el comportamiento de la persona”.

El hecho es imputable, pero qué hacemos con la persona. Así que el problema, cuando yo era policía, no ha cambiado, pues se sigue creyendo que ‘el que comete un crimen es un criminal’, así que hay una relación estigmatizada. La idea es muy interna, pero podemos tener una comprensión apropiada de la historia, lo que es fundamental, pues nos permite crear dos respuestas muy distintas, una basada en la inclusión dentro de la relación y la otra acerca de la empatía.

Quiero ahondar en la idea de este proceso escrito en un libro del Ejército sobre la idea que no podemos confiar cuando no estamos incluidos dentro del sistema, cuando se analiza el proceso, pensamos, ¿por qué es más probable que algunas personas cometan delitos y otras no? Y si yo les dijera, que piensen sobre cualquier experiencia en la que tuvieron miedo de verdad, ¿Qué faltó? ¿Qué estuvo dentro de ustedes que les llevó a tener esa experiencia?

Podría decirles exactamente qué dirían.

Esto se trata de una conexión emocional, la explicación de esto es aprendiendo con este problema y la expectativa que viene con él. Quiero que se detengan por un minuto e imaginen que ustedes son profesionales y que crearon esta práctica y ahora que creen en esto, la pueden compartir con otras personas. Ahora quiero que expresen justamente el punto que expresaría la práctica que esto involucra. ¿Qué palabra creen que es la mejor para construir relaciones? A ver, probemos con la palabra “justo”. Cuando se comprende esa palabra, se puede comprender exactamente dónde estaban parados. Si basamos todo en nuestras experiencias y trabajamos con justicia, sería mejor.

En otras palabras, la pendiente está entre lo que necesitamos que se diga y lo que sentimos que es justo decir, nuestra práctica debería ser más inclusiva para colaborar más con los demás.

Para incrementar la capacidad de resolver problemas es necesario entender que las relaciones no pueden basarse en suposiciones. Por ello lo restaurativo es siempre una opción valiosa y el proceso de involucramiento lo es también. Existe una simple manera de entender esto. Si estas premisas están centradas en todo lo que hacen, su trabajo debería tratar siempre de fortalecer relaciones.

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3.3.3. “El rol del Estado y sociedad para la reintegración social de adolescentes”, conferencia desarrollada por Emilio Daniel Cunjama López, investigador y profesor de post grado de la Universidad Nacional de México.

Por Emilio Daniel Cunjama La reintegración de los jóvenes es también un tipo de prevención y la Justicia Restaurativa debe ser considerada como un elemento de prevención, no mirarla de una manera aislada, ese es uno de los grandes problemas para generar política pública, que vemos procesos aislados sin que ello nos permita tener una visión integral de la violencia y la criminalidad que nos permita avanzar.

En este momento quiero preguntarles ¿qué debemos entender por reintegración social?

Podemos decir que la reintegración es volver a integrar a la persona en relación con sus diferentes actores. Esto nos lleva a una segunda pregunta ¿cómo entender la violencia y la criminalidad? Eso es importante incluso para implementar los esquemas en Justicia Restaurativa y conocer cuál es el uso que se debe dar al castigo, entendiendo al castigo como una especie de ortopedia social, es decir dirigido a aquellas personas que necesitamos moldear para que puedan tener un funcionamiento, por lo menos social.

La literatura ha sido vasta para discutir esto, tenemos casi 300 años discutiendo por qué las personas transgreden la ley o ejercitan la violencia, hemos ubicado diferentes posiciones que dieron sus explicaciones particulares: Un análisis individual, donde el centro y recurso más potente que influyó es el positivismo, una lógica de entender que la violencia y criminalidad le pertenecen al sujeto, pero no solamente a través de las raíces biológicas como lo pretendía esta corriente, sino a través

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de todos aquellos elementos neurobiológicos que pudieran darle respuesta a la conducta criminal. Hoy pareciera que esto no ha muerto con Lombroso que en 1875 publicó “El tratado del hombre delincuente”, sino ahora tenemos un renacer con la Neurocriminología para darle entendimiento a la conducta criminal a través de un concepto central que es la psicopatía, que es un elemento muy discutido en los ámbitos psicológicos, sociológicos y criminológicos.

En ese sentido, esta posición quiere mirar la responsabilidad de la conducta en elementos individuales que están relacionados con su biografía, con su psicología e incluso con su psique, dependiendo de las posturas teóricas que nosotros adoptemos, pero también tenemos otras expresiones individuales que nos hacen comprender la conducta criminal como una elección, como si la persona pudiera decidir de una manera libre si tiene o no una conducta, estas llamadas teorías de la inmersión racional. ¿Por qué cuento esto? Porque dependiendo de cómo nosotros entendamos a la persona que transgrede la ley, que ejercita la violencia, en esa medida generaremos soluciones para que esa persona no los cometa, si nosotros pensamos entonces que el tema tiene que ver con un elemento psicopático, es decir una falta de correspondencia entre las emociones y los sentimientos, entonces tanto la psicología como la psiquiatría tendrán mucho que decir.

Las teorías de la elección racional son las que están al centro de la discusión, invocamos la superación personal, la resiliencia, invocamos los valores y todos aquellos elementos que hacen que una persona tome una decisión en ciertas circunstancias y en esa medida generaremos alternativas y elementos para que eso no vuelva ocurrir.

Por otro lado, tenemos visiones globales que no se centran en el sujeto, sino en las estructuras sociales, decimos que son la pobreza, las condiciones económicas o el Estado, los culpables para que la persona se vincule con la violencia y la criminalidad, entonces ¿cuál es el origen del delito?

El origen del delito es el proceso legislativo, si no existe una prohibición normativa, entonces no hay un delito y eso se llama proceso de criminalización, y ese es un gran tema porque ante la incapacidad que tuvieron las posiciones críticas para resolver la violencia y la criminalidad, el populismo punitivo se incrementó, pensamos que, incrementando las penas, generando nuevos tipos penales, vamos a resolver la violencia y la criminalidad. Por lo menos en México, esto demostró que no es así e incluso las medidas reactivas no sólo no ayudaron, sino las empeoraron.

Cuando nosotros desontologizamos el delito y entendemos que es una construcción socio jurídica y que es un elemento que posee una persona y no un proceso de criminalización que hace el Estado, vamos a entender de una forma distinta a las personas que transgreden la norma penal.

Pensemos por ejemplo en el adulterio, pensemos en México, donde el adulterio es un delito, pero puede ser que, en un Estado, un adúltero es un delincuente y en otro Estado no lo es. Pasa lo mismo con el aborto, la conducta en sí misma no es nada, la que la hace una prohibición es la norma social o la norma penal. Cuando nosotros tenemos una claridad en este sentido, los elementos para los tratamientos de las personas que transgreden, se complejizan y, en temas de Justicia Restaurativa y de prevención primaria, terciaria y secundaria; las cosas cambian.

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Nosotros sabemos que tratamos sobre condiciones culturales y cuando queremos tratar el delito, tratamos también con visiones culturales. Necesitamos un cambio social para modificar esos patrones culturales y eso no ofrece el sistema, es complicado en ciudades y países donde la violencia se naturalizó, donde se convirtió en una forma de vida, en un factor de éxito, en un valor; en ese punto entonces decimos ¿reintegramos o desintegramos con la prisión?

Cuando una persona está completamente habituada y la violencia le permitió sobrevivir, generar prestigio, dinero o reconocimiento; es decir cuando le permitió todo aquello que el mundo de la legalidad no le pudo dar, entonces lo metemos a prisión desintegrándolo de su medio y pensamos que allí, ese hombre malo se va a volver un hombre bueno. Pero, hoy en día, quién piensa que la prisión puede ser útil para la reincorporación, si el mismo elemento de privación de libertad encierra problemas en sí mismo, el uso desmedido de la prisión genera más problemas de los que resuelve; abogamos entonces por un derecho penal mínimo que nos oriente a una deflación penal, a despenalizar la conducta.

Esto no quiere decir que el conflicto que deviene de esa conducta sea pasado por alto, habrá que atenderlo por otros tipos de Derecho, pero no por el Derecho Penal que es el último derecho del Derecho y, del Derecho Penal, la prisión la última ratio; pero qué sucede, que es la primera ratio, entonces los ministerios públicos, los fiscales todo quieren consignar, y es que ante la presión social que tiene una percepción del delito y un temor terribles; les cuesta trabajo llegar a estos esquemas de mediación porque no quieren justicia, quieren venganza, y esos patrones culturales son los que hay que derribar para implementar una Justicia Restaurativa eficaz.

Después del 2008, por la reforma de justicia penal que se implementaba en México, se emplearon estos mecanismos alternos, especialmente los de Justicia Restaurativa y mediación. Sin embargo, en ciudad Juárez, la gente no quería y le decía al Ministerio Público que ellos no querían trabajar, no aceptaban las mediaciones; entonces también nos enfrentamos a estructuras culturales mediadas por el miedo, el temor y la venganza, pues tenemos todavía una visión carcelocéntrica y queremos resolver todo con la prisión, como si la prisión lo resolviera.

Entonces podemos visibilizar cuáles son aquellas explicaciones que se dieron para entender la transgresión y la violencia, a partir de donde está la Justicia Restaurativa, a partir de donde está el uso de la prisión, dónde está el Derecho Penal de tercera vía; es decir la política criminal y los que hacen la política criminal también parten de una concepción de la transgresión porque en esa razón se van a generar estos temas de política.

Una de las maneras es pensar en que no se trata de un divorcio entre lo individual y lo estructural, por el contrario hay una mediación, una dialéctica, donde los elementos individuales están jugando con los elementos estructurales y viceversa, y esto nos va a complejizar para generar una política criminal de una manera íntegra, de una manera relacional que nos permita reconocer que la conducta del ser humano tiene una base biológica, pero que también está detonada o aparece en un contexto sociocultural determinado, cuando entendemos esto podemos descifrar cómo esta lógica trata de atender aquellos elementos individuales del sujeto, como si no estuviera sujeto a la cultura, a las normas sociales, a su entorno que, de alguna manera, algunos teóricos como Bordieu generaron para su comprensión.

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De acuerdo al “triángulo de la violencia”, al que hace referencia Johan Galtung para entender esta problemática, existe una violencia directa que es la más evidente, que es la que observamos en asesinatos, robos, violación; pero esa violencia es posible porque está sostenida por una violencia cultural y una violencia estructural. Cuando queremos atender el tema de la violencia y la criminalidad sólo atendiendo la violencia directa, estamos atacando el síntoma y no el origen del problema y ello nos lleva a pensar en la importancia de generar estructuras de cambio social que nos permitan tener una injerencia en las violencias cultural y estructural.

Esto se complejiza cuando entendemos que si una persona que violentó a una mujer no lo hace por una intención, sino por una cultura patriarcal que lo formó, que le generó una perspectiva de los roles de género y está actuando en consecuencia, y para atender ese tema creemos que serviría armar un taller sobre masculinidad y manejo de la ira; entonces estamos tirando el dinero a la basura, porque el problema no sólo es evolutivo, sino cultural, de cosmovisión, de entender el rol de la mujer y del hombre, y ahí tenemos que estar trabajando, no se trata sólo de manejar la ira, sino manejar las estructuras sociales que generan una perspectiva definida de lo masculino y femenino y así podemos seguir con varios ejemplos. ¿Entonces, a partir de aquí, cómo entender la acción social de transgresión?

Una de las opciones que nos permitió tener una visión relacional entre las estructuras y los elementos individuales fue la sociología de las prácticas, donde hay un entramado conceptual que nos permite mirar cómo el agente social está relacionado con otros agentes sociales, pero que al mismo tiempo influye en el entorno social; entonces es un esquema complejo de entendimiento de la acción social.

Cuando miramos este complejo que nos ayuda a entender la acción social, también reconocemos la importancia de los esquemas sociales y culturales y, en ese sentido, podemos generar políticas públicas que nos permitan desfragmentar aquellos elementos culturales que hicieron que una persona se vinculara a la violencia y al delito, eso se denomina factores de riesgo.

Y esto hablábamos antes, cuando una persona que fue tratada en un espacio o una comunidad para adolescentes en conflicto y se le dio educación, un sistema de reincorporación, de adaptación y que egresa de esa institución; regresa al lugar que la hizo llegar ahí; debemos modificar esas estructuras sociales y eso no es tan sencillo.

A partir de un esquema de esta naturaleza complejizamos entonces la forma de entender a la persona que transgrede la norma penal y no solamente se trata de una decisión, tampoco de un determinismo sociológico, sino de una visión relacional que nos permita ver la complejidad de la acción social y, en consecuencia, generar estructuras de políticas públicas que la atiendan.

Un factor de riesgo no funciona de la misma manera en todas las personas, por ejemplo, la familia, considerada como esa institución que protege y que tiene una función social determinada para producir - reproducir valores y cosmovisiones, no siempre es así, hay familias que empujan al delito, familias criminógenas.

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Para lograr una visión integral de todo esto, se necesita dimensionar trayectorias criminales a través de historias de vida, donde seguimos la trayectoria de una persona para saber cómo inicia en la vida de la ilegalidad o la violencia, para saber qué elementos estuvieron presentes en ella y cómo identifica las razones por las que se vincula a la delincuencia o criminalidad.

Tenemos entonces historias de vida de transgresión que nos permiten generar elementos para fortalecer una política pública.

A partir de acá, podemos entender la violencia en algunas partes de México. En 2006 se declaró la guerra al narcotráfico, entonces se convierte en una política pública reactiva militarizar a la seguridad pública y lo que tuvimos como consecuencia fue la alza en la cantidad de los delitos.

Aquí pasó algo interesante: como no todos los delitos actúan de la misma forma en el imaginario social y hay algunos delitos que tienen un impacto mayor en la percepción y en la construcción del temor, una de ellas es el secuestro; explicación que se demostró en un estudio que se realizó en México donde se muestra cómo impacta la ejecución de ciertos delitos de alto impacto en la percepción del delito y los resultados dicen que no todos los delitos actúan de la misma manera.

Esto es muy importante porque muchas veces la inmediatez y los medios de comunicación o lo que llamamos pánico moral dirigen la política pública, el pánico moral porque es lo urgente, lo que la sociedad pide y eso hace que la seguridad se politice y se gobierne a través del delito, de la seguridad o desde la inseguridad.

En 2010, ciudad Juárez tuvo un índice de homicidio doloso igual que Afganistán, hubo un desplazamiento forzado por este tipo de violencia, secuestros y extorsiones. En un primer momento tuvimos una política criminal reactiva, una política criminal coercitiva, que le declaró la guerra a estas estructuras criminales y que, lejos de disminuir su actividad, se incrementó.

Una consultora norteamericana hizo un estudio sobre la dinámica que tuvo la delincuencia organizada en México y refiere que con la entrada del “cartel de los zetas”, hay un una estructura molecular, una especie de franquicias que tienen una relativa autonomía que en sus modus operandi incluyen la extorsión, el secuestro, asesinato, etc; es decir, la diversificación de las modalidades delictivas, donde ya se suma la trata de personas o el monopolio de mercancías ilegales.

Estos tres elementos hicieron que la cadencia del crimen organizado haya cambiado y que la violencia que se ejercita en el país haya incorporado a los jóvenes. La violencia en México está ejercitada por jóvenes de clase media en territorios específicos donde la delincuencia organizada está presente.

Siguiendo la línea de Galtung diremos cómo esto tiene que ver con la desigualdad que genera un campo fértil para que los factores de riesgo estén presentes. Tenemos esquemas de desigualdad social que permiten que aparezcan estos factores de riesgo y que jóvenes no tengan la oportunidad de entrar a circuitos educativos, de salud o empleos bien remunerados.

Hay una tendencia internacional donde la desigualdad es más evidente y más cruel, el Índice de Desarrollo Humano nos muestra un panorama interesante, cómo algunas alcaldías de la ciudad de México tienen un IDH por debajo de Noruega, por encima del promedio mundial,

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pero tenemos otros municipios por debajo del África Subsahariana que genera condiciones diferenciadas de la juventud que nos permiten entenderla desde esquemas más complejos, desde aquellos jóvenes que tienen la oportunidad de estudiar y que pueden tener acceso a bienes de consumo, pero de otros no, que tienen que abandonar la escuela y deben llevar dinero a sus hogares. La condición de estos dos jóvenes es distinta en términos de factores de riesgo. La presencia de uno o dos factores no quiere decir que un muchacho sea un criminal.

Estos factores de riesgo facilitan esa condición, cuando miramos esta brecha de desigualdad y que los jóvenes están resintiendo esta brecha en un mundo hedonista, impactado por la globalización y el consumo, donde el joven quiere el mejor celular, los mejores zapatos, pero no tiene dinero para conseguirlos, entonces se pone a juntar dinero con mucho trabajo. Hay un desplazamiento del deseo, se está imposibilitando entrar a estos circuitos del consumo que hacen fértiles los esquemas de riesgo y que se traduce también en una desigualdad en el acceso a la justicia, donde un joven puede tener la mejor abogada, a la Policía, al Ministerio Público, etc.

He visto celdas de dos pisos, una celda con 30 personas adentro, eso anida la prisión. Cuando un muchacho no tiene la oportunidad de contratar a los mejores abogados o corromper a estos actores tendrá que llegar al Sistema Penal y tener un proceso de agresor a víctima, ahí existe una victimización por el sistema que fortalece aquellos esquemas de transgresión.

En una entrevista que realizamos para conseguir estas historias de vida, nos contaron que un muchacho de 25 años participó del secuestro de un policía de investigación y lo toman por secuestro, lo judicializan y lo mandan al reclusorio. Ahí este muchacho empieza a tener una actividad muy usual en los espacios de encierro, se vincula a extorsiones por teléfono, se pelea con los que dominaban el negocio, se pelea y lo mandan a la celda de castigo, o sea a la “cárcel de la cárcel”. Cómo podemos entonces pensar en estos muchachos, la prisión no puede dar más que desconfianza, corrupción y violencia; por eso si queremos tener un sistema debemos hacer un uso menor de la prisión.

La prisión está lejos de conseguir la reinserción social, eso no va a suceder en este esquema, entonces pensemos qué hacemos con estos muchachos. En España, todos los que investigaron desde la Neurocriminología y desde diferentes elementos cognitivo - conductuales dicen que es posible, a través de un tratamiento, reconvertir esos mapas conductuales, la práctica social de transgresión se convirtió en una forma de vida, la violencia se naturalizó y, gracias a la violencia, tienen el estatus que tienen.

Hay personas a las que sacan y vuelven a cometer el mismo delito, porque adentro en la prisión tienen una mejor vida, eso es la cultura de la transgresión, una cultura de la ilegalidad y. como ésta se convierte en un proyecto de vida, en la que los jóvenes creen más en la ilegalidad y eso es apocalíptico.

Pero yo creo que hay mucho que hacer, algunas expresiones culturales hicieron que la vida de la ilegalidad sea un elemento seductor. Y es que la violencia generó elementos culturales, hizo música, series, películas, videojuegos y arte. Hay una meta aspiracional, los famosos narcojuniors. Es decir, la violencia se ha vuelto un elemento de consumo cultural, estamos ante un proceso de adopción cultural de la violencia y es lo que tenemos que romper.

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Las familias son, en gran parte, las que distribuyen la droga en México, en Estados Unidos las que distribuyen droga son las pandillas; pero en México familias enteras se dedican incluso al robo de autopartes, ¿cuál es el papel que tiene la familia para producir o reproducir la transgresión?

Tenemos que trabajar sobre todo esto, son metas aspiracionales, los muchachos se preguntan ¿qué ofrece el Estado? En un caso encontramos a un muchacho de 17 años con 24 homicidios a su cargo, robaba aparatos a ópticas y tenía un ingreso de 30.000 pesos mensuales, mientras el ingreso promedio en México es de 7.000 pesos. Con ese dinero se compraba lo que quería, iba a los bares, gastaba su dinero en alcohol, drogas, mujeres y tenía el prestigio del barrio. ¿Cómo competimos ante eso? En una sociedad de consumo e inmediatez es complicado, pero tenemos que competir para atraer a esos muchachos y que no estén en la ilegalidad, tenemos países con culturas diversas en un contexto de desigualdad social que acentúa esas diferencias y establece una práctica de la vida cotidiana.

Hay que mirar cómo una sociedad crea esas necesidades, pero en estos circuitos imposibilitados del consumo es como si regresara a las personas, los traga y los devuelve, tenemos un panorama complicado que compartimos en la región. ¿Qué hicimos en México ante todo eso? Hicimos un estudio macro para identificar estos factores de riesgo y mirar cómo en algunos contextos municipales o estatales hay condiciones favorables más en unos que en otros, para que los jóvenes se vinculen con la violencia y criminalidad, para implantar un enfoque preventivo y saber dónde tenemos que actuar.

Por otra parte, un análisis micro a través de la trayectoria de vida, historias de vida y relatos a través de cuatro ejes importantes: la escuela, la familia, el trabajo y el barrio; los cuales depositan e incorporan al sujeto procesos y patrones socioculturales que, al mismo tiempo, reproduce porque es parte de cada uno. Entonces, esto nos lleva a preguntarnos ¿Cómo pensar en un esquema de política criminal que nos pueda ayudar a desfragmentar ese habitus criminal? ¿Qué hizo México? Tuvo una posición reactiva en 2016 implementando la militarización de la seguridad en el país, la Guardia Nacional, gran parte de los policías proviene de una disciplina militar y, por otro lado, se creó el Programa Nacional de Prevención de las Violencias y el Delito.

Ahí había una ruptura de paradigmas de cómo atender la violencia y la criminalidad, entonces se promovió una visión distinta que promueve la paz y que tiene dos virtudes: es un programa nacional de coordinación en prevención social, porque normalmente los esquemas preventivos están anclados con las teorías de la elección racional con modelos de prevención situacional, que no es otra cosa que gestión del delito; y tiene una administración de la criminalidad, que parte del supuesto que el delito aparece por tres motivos: un delincuente motivado, un contexto propicio para que eso ocurra y una ausencia de vigilancia; entonces decidieron modificar estas tres. Rescatar espacios públicos, poner cámaras de vigilancia, poner mayor presencia policial y militar y desmotivar al delincuente, y prevenir que ocurra el delito.

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Esto funciona, pero no resuelve el problema, la criminalidad se desplaza a otro lugar donde no existan estas condiciones, entonces hay una tensión permanente del tema de la violencia y la criminalidad, pero no atacamos el problema, entonces cuando hablamos de una prevención social, estamos anclados en la importancia que tiene esta violencia social y cultural de la que hablábamos y atender los factores de riesgo que facilitan que una persona se vincule con la violencia y el delito, entonces hay un tema importante: la prevención social de la violencia y el delito no atiende delitos, atiende factores de riesgo.

Entonces cuando se crean esquemas de evaluación, se crean a través de índices delictivos, se juzga de mala manera este tipo de prevención, porque buscamos un resultado a mediano y largo plazo, en cambio esto mata políticamente la posibilidad de implementar enfoques de prevención social. Sin embargo, atravesamos otro problema ¿A qué gobierno le va a gustar que en su gestión se cultive, para que otro gobierno venga a recibir el fruto? Entonces los programas o planes se politizan y su implementación real se fracciona. Entonces hay un programa nacional por primera vez con base en prevención social que atiende delitos y violencias, porque hay delitos que no son siempre violencias y violencias que no siempre son delitos.

Hay un enfoque de prevención social y comunitaria, antes había una prevención situacional o psicosocial, todo lo queríamos arreglar con cursos, talleres, terapias psicológicas y ese enfoque es individualista, pues diluye la importancia de lo social y cultural para entender a la transgresión penal y pensamos que es una decisión.

Hay un sistema cultural que lo atraviesa, hay una diferencia de los roles de género, pues somos criaturas de nuestros tiempos, de nuestras cosmovisiones de las que es difícil despojarse; por eso la importancia de generar políticas con perspectivas de género. La participación ciudadana en esquemas de rendición de cuentas que nos permiten generar un monitoreo ciudadano del diseño, implementación y evaluación de los enfoques de prevención.

Una lógica de administración de la política pública que encierra también un elemento importante, que es el tema de la violencia y criminalidad no le compete sólo a las agencias de procuración y partición de justicia, no es sólo un tema de policías, de jueces y cárceles, sino es un tema de vocación, es un tema cultural; entonces nos es mucho más útil tener a estas secretarías en esta repartición que a la propia Policía, entonces se crean comisiones interinstitucionales. Esto fue rescatado de la política pública “Todos somos Juárez”, donde todas las secretarías participaron para resolver una política pública específica para los temas de violencia y criminalidad de la región, donde cada uno de ellos dentro de sus programas gestionan recursos presupuestos en sus programas vinculados con la prevención social.

Lo negativo fue: corrupción, es decir, gracias a la inyección de ciertos recursos hubo cuotas de poder político de los presidentes municipales que usaban como caja chica esos dineros, y luego sólo hacían una simulación de esos proyectos. Se incrementaron las sociedades civiles expertas en la prevención social de la violencia y del delito que se contrataban, se les daba dinero y simulaban; así hubo desigualdad en los esquemas de prevención social y también la necesidad de generar diagnósticos locales que nos permitan visibilizar la forma en la que actúan los factores de riesgo. Por ejemplo, en la literatura internacional los factores de riesgo están bien definidos, uno de ellos es la deserción escolar, porque un muchacho que tiene ciertos elementos conflictivos en su ambiente educativo es expulsado del circuito y lejos de ayudar estamos fortaleciendo que este muchacho se vincule con sus pares en el barrio y se vaya al tema de las drogas, etc.

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¿Cómo actúa esa deserción escolar? Hay esquemas sociales culturales que hacen que ese factor de riesgo se mueva de forma diferenciada que no permite generar diagnósticos específicos locales, que no permiten saber cómo actúa la deserción escolar en cierta región.

Entonces, cómo hacer una política integral de prevención de las violencias y el delito que incluya la Justicia Restaurativa si no es a través de una justicia social que nos permita debilitar esos factores de riesgo y potenciar factores protectores.

Acá resumo algunos puntos que me parecen importantes para crear una política social de prevención de las violencias y el delito, en los cuales actúan la intervención primaria, secundaria y terciaria; con los tipos de intervención, prevención, control y reincorporación social, donde hay este tema que articula y que nos permite mirar alcances a corto, mediano y largo plazo con papeles que tienen el Estado y la sociedad.

El Estado necesita generar condiciones en la prisión, hacer uso mínimo de la pena, respetar los instrumentos nacionales e internacionales, elementos de resocialización y condiciones sociales a los entornos donde regresan los chicos que hemos pasado por la institución.

Este modelo de tres vías: preventivo, de control y reincorporación trata de mirar de una forma integral el tema de ocurrencia de la violencia y la criminalidad, en la que si bien hay un elemento de prevención fuerte que nos permite reconvertir los factores de riesgo en factores protectores donde está o necesita estar anclada a una política social, así también tenemos elementos de control de corto plazo que nos permiten administrar el delito, finalmente qué hacemos con los muchachos que pasaron por todo esto.

Termino con esto, en mi experiencia he visto algo muy importante y que debemos estudiar, la potencia que tiene la fe, sin caer en la incorporación de elementos religiosos, ya que ésta logró expiar culpas y generar perdón, que ningún elemento de política pública de prevención logró.

Entonces ¿cómo construir una política pública para atender este tema? Pienso que debemos actuar en lo que llamamos jóvenes en riesgo, jóvenes que se sitúan en contextos sociales con características individuales que, si no intervenimos con ellos, llegamos hasta acá, hay que trabajar el arte, el deporte, la cultura, porque son los elementos que nos van a permitir salir de este escenario de violencia.

3.4. CONVERSATORIOS En la segunda jornada del Congreso, se desarrollaron siete conversatorios como espacios de reflexión colectiva para abordar y profundizar temáticas claves entre expositores nacionales e internacionales. El contenido de los mismos se detalla a continuación.

3.4.1. Aplicación de la remisión fiscal con prácticas restaurativas La remisión es una medida de desjudicialización del Sistema Penal para Adolescentes que, en el caso boliviano, se aplica a delitos con una pena máxima privativa de libertad de hasta cinco años, establecida en el Código Penal.

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Si bien, esta medida busca apartar al adolescente del doloroso tránsito en el proceso judicial, también enfatiza la relevancia del encuentro entre ofensor y víctima para generar un proceso restaurativo entre ambas partes y la comunidad afectada por el delito, además se espera que la aplicación de una práctica restaurativa pueda convertirse en un aprendizaje significativo para la vida de la persona adolescente.

La importancia, los actores, los beneficios para adolescentes y víctimas y, ante todo sus resultados, fueron tratados en este conversatorio que vincula experiencias de Perú, Bolivia y Argentina. Para generar esta reflexión, los expositores fueron: • Rita Figueroa, fiscal superior de la Segunda Fiscalía Superior de Familia y coordinadora nacional de “Justicia Juvenil Restaurativa” del Ministerio Público de Perú.

• Atilio Álvarez, secretario general de la Asociación Interamericana de Defensores Públicos (Argentina).

• Vania Arroyo, directora del Área de Justicia Penal Juvenil de la Fiscalía General del Estado (Bolivia).

De acuerdo a la experiencia de la expositora Rita Figueroa, en la República del Perú se promovió la aplicación de la remisión fiscal a nivel prejudicial a favor de adolescentes que cometieron infracciones a la ley penal que no revistieron gravedad, que reconocieron su responsabilidad y que estuvieron en condiciones de reparar e incorporarse a un programa de orientación. Por su parte, el expositor argentino se refirió a los mecanismos de Justicia Restaurativa que acompañan a la medida de remisión, enfatizando la importancia del encuentro entre ofensor y víctima para generar un proceso restaurativo entre ambos y la comunidad afectada por el delito.

La experiencia boliviana fue compartida en este espacio, donde se explicó que la remisión parte del cumplimiento de la Ley Nº 548, medida aplicada por la autoridad fiscal o judicial con el fin de evitar los efectos negativos que el proceso judicial pudiera ocasionar al desarrollo integral de la persona adolescente, siempre y cuando exista la voluntad de ésta y su familia de someterse a esta medida y a la realización del mecanismo de Justicia Restaurativa, cuyo cumplimiento deriva en el cierre de la causa.

3.4.2. Familia, violencia y delito en adolescentes En América Latina se reconoce la presencia de adolescentes y jóvenes que se vinculan a episodios de violencia y delitos, se trata de un fenómeno multifacético y multidimensional estudiado desde diferentes perspectivas. Esta situación genera interrogantes sobre el rol de la familia, de la sociedad y del Estado respecto a la socialización y cuidado de su población infantil, adolescente y joven.

En este conversatorio se abordaron las dinámicas familiares y sociales que favorecen o previenen el fenómeno de la violencia y del delito en adolescentes, para esbozar lineamientos generales para su prevención.

Es común que las personas relacionen dificultades familiares con la comisión de delitos por adolescentes; sin embargo, es necesario partir de investigaciones concretas referidas a la incidencia de la familia, para lo cual se contó con la participación de los siguientes expertos:

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• Emilio Daniel Cunjama, investigador y profesor de la Universidad Autónoma de México.

• Guillermo Dávalos, presidente Fundación SEPA (Bolivia).

• Julio Córdova, investigador y director de Diagnosis (Bolivia).

El expositor mexicano se refirió a que estos últimos 10 años trabajó el tema de juventud y violencia, mencionó su investigación sobre jóvenes en riesgo que tiene como esquema básico la relación de los jóvenes en los diferentes ámbitos de su vida, la escuela, el ámbito laboral, el barrio, la relación con sus padres y la familia.

La familia es una de las primeras instituciones de socialización, normalizadora, que moldea a las personas a partir de su propia concepción del mundo y transmite valores. Una familia disfuncional se debe a la ausencia de dos características: la reproducción de los saberes del mundo y la protección de sus miembros. Cuando una familia no cumple una de esas características, el sujeto tiende a colocarse en otra familia, es decir ante la ausencia de la familia filial, el joven encuentra esas funciones en los pares o en las pandillas.

Cuando en la familia se ejercita de manera sistemática la violencia, donde el sujeto no logra tener protección, porque la familia es violenta, el sujeto tiende a escapar. Cuando en la familia se naturaliza la violencia y ésta se convierte en un valor, en un capital criminal, entonces es la familia la que impulsa la transgresión, valora la violencia, la produce y la reproduce.

La violencia que ejercita nuestra juventud se debe a una ausencia de valores, por lo que las prácticas de Justicia Restaurativa son una herramienta que nos permite generar esas transformaciones culturales, para que podamos tener cambios sociales y culturales, para lo cual hay que desfragmentar el habitus criminal, el habitus de la violencia, eso implica desarticular pautas sociales y culturales dentro de la familia.

Por su parte, el experto Guillermo Dávalos expuso su investigación “Jóvenes en riesgo; causas estructurales de la violencia juvenil y las pandillas en el municipio de Santa Cruz de la Sierra”, en la que refirió que los elevados niveles de disfuncionalidad familiar, los escasos espacios de socialización saludable y el uso inadecuado del tiempo libre se traducen en el incremento de las agrupaciones denominadas pandillas. Asimismo, el elevado y persistente consumo de alcohol, marihuana, pasta base y otras drogas, inciden en la violencia y en la inseguridad ciudadana. Frente a esta situación recomendó realizar trabajo con madres y padres de familia en las escuelas y con mayor prioridad con las familias con hijas e hijos vinculados al delito.

El expositor Julio Córdova presentó la investigación “Factores protectores y de riesgo asociados a conductas antisociales en la población adolescente urbana de Bolivia”. Este estudio identificó que la violencia intrafamiliar es un factor de riesgo de incidencia alta para el desarrollo de las conductas antisociales o delictivas reiteradas en adolescentes. Con relación a los factores protectores, se enfatizó en la importancia de la presencia de un adulto que garantice la protección de niñas, niños y adolescentes en la familia y la escuela. En este contexto, se enfatizó en la importancia de desarrollar protocolos eficaces en la detección temprana y atención de las niñas, niños y adolescentes en situación de riesgo.

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3.4.3. La participación de la víctima en los procesos restaurativos Las necesidades generadas por un hecho delictivo en una persona afectada por el mismo son múltiples. Preguntas como ¿por qué a mí? ¿Qué hice para merecerlo? o, peor aún, la culpabilización por haber estado en el lugar y momento equivocados son las que erosionan la estabilidad personal y limitan la posibilidad de reintegración de la persona. Los procesos restaurativos procuran el encuentro entre la víctima y ofensor, considerando que hay muy buenas oportunidades para encontrar salidas a las difíciles situaciones en las que ambas personas se encuentran.

En este conversatorio se buscó compartir la diversidad de experiencias desarrolladas en el ámbito internacional. Los expositores que contribuyeron a generar esta reflexión fueron: • Terry O’Connell, director del Instituto Internacional de Prácticas Restaurativas (Australia).

• Silvana Paz, directora Fundación Acción Restaurativa (Argentina).

• Jean Schmitz, experto facilitador de prácticas restaurativas (Perú/Bélgica).

Los tres expertos internacionales reconocieron la importancia de la atención a la víctima con su participación activa, relataron experiencias de acompañamiento a sus procesos, involucrando a sus familias para lograr su reintegración social.

El experto Terry O’ Connell relató su experiencia en los procesos restaurativos, respecto a su intervención con las víctimas, señaló que en su abordaje trabaja con las siguientes preguntas restaurativas: ¿Qué pensó cuando se dio cuenta de lo sucedido?, ¿qué impacto tuvo el incidente sobre usted y otros?, ¿qué fue lo más difícil para usted?, ¿qué necesita usted que suceda para que las cosas queden bien? Enfatizando que lo más importante para él es conocer la historia de las personas y construir relaciones sólidas con la familia y la comunidad.

Por su parte, Silvana Paz señaló que muchas veces dentro de los sistemas judiciales no encontramos un espacio para las víctimas y, en caso de que exista, no se tienen las condiciones para que los operadores brinden una buena respuesta. Asimismo, señaló que las prácticas restaurativas constituyen un poder para producir cambios sociales a favor de la convivencia, es así que el poder está en cómo aplicar la Justicia Restaurativa y cómo generar que una víctima se sume a un programa y pueda trabajar en él. Debemos ser conscientes que el uso del conocimiento especializado como la Justicia Restaurativa debería conllevar el uso del poder con igualdad y trabajar para construir otro paradigma, es decir generar un cambio en el plano de la violencia cultural, un paradigma pacifico para transformar los conflictos y buscar la paz.

Jean Schmitz indicó que todas las personas en un momento dado fuimos víctimas, en distintos escenarios como la calle, el trabajo o la comunidad, es así que es importante pensar en esa situación y ver cuáles fueron nuestras necesidades y si fueron atendidas. Así también puntualizó sobre la importancia del primer contacto de la víctima con la Policía, señalando que la persona debe ser escuchada y sentir que puede expresar sus sentimientos libremente, y que la Policía siempre deberá formular preguntas adecuadas, evitando la revictimización.

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3.4.4. La atención a víctimas en el Sistema Penal Las víctimas son las grandes ausentes de los sistemas de justicia. Atrapadas por el delito, vulneradas en sus derechos, con una sensación de inseguridad que afecta su confianza en la sociedad, acalladas en los tribunales, llevadas a revivir el delito en cada audiencia, al no tener un rol protagónico en la justicia, estas personas no logran sanar sus heridas.

El actual Sistema de Justicia Penal para Adolescentes en Bolivia coloca a la víctima como parte muy importante en el acceso a la justicia, aportando con ello a la ampliación del enfoque y práctica restaurativa que se va implementando también en otros países.

En este conversatorio se trata de comprender con amplitud la situación y las necesidades de las víctimas, los roles de las instancias de justicia y el papel de la sociedad en la reintegración de su población que fue afectada por algún delito. Para facilitar el abordaje de esta temática, los expositores fueron: • Walter Vizcarra, director de la Unidad de Atención a Víctimas y Testigos de la Fiscalía General del Estado (Bolivia).

• Katya Morales Rainoff, directora Fundación Encuentro (Bolivia).

En este conversatorio el expositor boliviano se refirió a la Dirección de Protección a las Víctimas, Testigos y Miembros del Ministerio Público dependiente de la Fiscalía General del Estado, encargada de promover la protección y asistencia a las víctimas de delitos, realizando acciones coordinadas entre los profesionales de las Unidades de Protección y Atención a las Víctimas que funcionan en el nivel departamental, con el fin de asistir, atender o proteger a las víctimas o testigos. Esta información permitió conocer que esta instancia, al brindar acompañamiento a las víctimas, podría facilitar los encuentros restaurativos con adolescentes vinculados al delito. De manera similar, como se actúa en los centros de prevención y atención de niñas, niños y adolescentes, dependientes de las Instancias Técnicas de Política Social que brindan este servicio a niñas, niños o adolescentes víctimas de violencia sexual.

La expositora de la Fundación Encuentro expuso el enfoque sistémico en la atención a las víctimas, diferenciándolo de la terapia familiar; señaló que en la intervención con enfoque sistémico participa un equipo multidisciplinario; que acompaña los procesos de reconstrucción identitaria de las víctimas. Asimismo, previene la reincidencia del maltrato y de la violencia, trabajando con el agresor para que realice la restauración psicológica de su víctima.

3.4.5. Medidas socioeducativas en libertad Ante la persistencia de la privación de libertad en los sistemas penales y reconociendo los graves problemas que se generan en las personas - más aún en adolescentes - que pasaron un tiempo en centros de privación de libertad, aún son insuficientes los avances en la aplicación de medidas alternativas y en la construcción de una cultura que privilegie la centralidad de la acción educativa, la inclusión y la restauración de las relaciones sociales.

Sin embargo, en una sociedad punitiva, todavía se observa desconfianza en las medidas en libertad, posiblemente porque las experiencias no son amplias y aún son demasiado

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novedosas. En el conversatorio, se socializaron los fundamentos de las medidas socioeducativas en libertad, las experiencias institucionales (alianzas entre Estado y sociedad) y se dialogó sobre sus beneficios en contraste con la privación de libertad.

• Atilio Álvarez, secretario general de la Asociación Interamericana de Defensores Públicos (Argentina).

• Sarahí García, directora nacional de Justicia Juvenil Internacional. (México).

El experto Atilio Álvarez inició el conversatorio señalando que, si bien en términos normativos, existe un reconocimiento de la excepcionalidad de la privación de libertad, en realidad ésta va más allá de la ley, de la Convención sobre los Derechos del Niño o de nuestras legislaciones.

Es muy importante que se haya incorporado en nuestro sistema normativo la privación de libertad como último recurso, pero la pregunta es ¿por qué las legislaciones incorporaron esto, de dónde surge? Es así que realiza este análisis señalando que el ejercicio de la libertad es fundamental para el desarrollo de un adolescente y, por ello, cuando trabajamos en justicia penal juvenil, más que el conocimiento normativo, es importante la convicción de qué es lo que entendemos por adolescencia y cuáles son los principales factores que pueden contribuir a que esta persona adolescente pueda tener un desarrollo integral adecuado en el marco de su interés superior.

Sarahí García en su exposición desarrolló la evaluación de riesgos procesales, destacando la importancia de medidas cautelares en libertad, afirmando que el propósito de la prisión preventiva no es el castigo, ni la sanción, ni la rehabilitación, es asegurar el proceso. Asimismo, menciona que las detenciones excesivas dificultan una reinserción exitosa, además de romper vínculos comunitarios y familiares. Con relación a la evaluación del riesgo procesal para la aplicación de las medidas cautelares, la expositora presenta una ruta de actuación, la cual inicia con el ingreso de la persona adolescente, posteriormente se realiza el análisis del riesgo posible y finalmente esto se hace conocer a las partes mediante un informe, antes de la audiencia de medidas cautelares, para luego definir si se realiza la supervisión en comunidad o se da la detención preventiva.

En este contexto, el Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional realizó una revisión histórica del proceso de construcción del Sistema Penal para Adolescentes en el país hasta la promulgación de la Ley Nº 548 Código Niña, Niño y Adolescente. Como parte de la situación anterior a esta norma, señaló que el 2% de las y los adolescentes entre 12 y 15 años que se encontraban en centros para adolescentes en conflicto con la ley, ingresaban sin haber cometido delitos; asimismo las personas adolescentes de 16 a 18 años eran procesadas como adultas e internadas en centros penitenciarios; y más del 90% de adolescentes privados de libertad se encontraba sin sentencia; situación que visibilizaba la persistencia de la Doctrina de la Situación Irregular.

Si bien se reconoció que, a partir de la vigencia de la Ley Nº 548, se tienen importantes avances en la protección de derechos y garantías de las y los adolescentes, aún coexisten la Doctrina de la Situación Irregular con la Doctrina de Protección Integral, por lo que se debe continuar trabajando.

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3.4.6. Reintegración social y post seguimiento El objetivo de la reintegración social implica un esfuerzo en corresponsabilidad del Estado en todos sus niveles, la familia y la sociedad, para garantizar que las y los adolescentes vinculados al delito, puedan ejercer sus derechos y responsabilidades, retornando a su comunidad como ciudadanos y aportando desde sus capacidades y potencialidades.

Por lo tanto, para que el adolescente logre reintegrarse en la sociedad, participando activamente en la misma con actitud prosocial, es necesario que las medidas cumplan su carácter socioeducativo y los mecanismos de Justicia Restaurativa logren sus objetivos.

Este conversatorio trató de profundizar el concepto de reintegración social, de entender qué acompañamiento necesitan las y los adolescentes durante y al finalizar la ejecución de sus medidas, para adquirir herramientas y habilidades necesarias para su reintegración social.

Para generar esta reflexión, los expositores fueron: • Mauricio Sánchez Cea, investigador del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana (Chile).

• Sara Soldavini, coordinadora del Centro Voluntario Cooperación para el Desarrollo (Bolivia/Italia).

• Mario Mazzoleni, director Centro Fortaleza (Bolivia/Italia).

El investigador Mauricio Sánchez Cea, en su exposición sobre la reintegración social y la intervención post penitenciaria, entre las definiciones que presentó sobre la reinserción social refirió que esta constituiría una finalidad sistémica que implica la implementación de una serie de procedimientos que comprenden acciones de asistencia y apoyo a los infractores y sus familias, por parte de la administración penitenciaria en asociación con otras entidades del Estado y la sociedad civil.

En ese sentido, concluyó señalando que la reintegración social requiere contar con la participación de la sociedad civil, por lo que es importante desarrollar una estrategia comunicacional y educativa que los convoque. La reintegración tiene lugar en el contexto local, en los barrios y comunidades donde viven las personas que fueron sancionadas, por lo que es importante destacar el rol que deben tener los gobiernos municipales.

La coordinadora del Centro Voluntario para el Desarrollo CVCS presentó su programa de post seguimiento, desarrollado con adolescentes y jóvenes, que tiene el objetivo de apoyar en el proceso de reintegración social integral en base a un modelo socio educativo con enfoque restaurativo. La intervención se realiza a través de los subprogramas: socio-familiar y de protección, educación integral, psicosocial, salud integral, e inserción laboral, que se desarrollan en tres fases: preparatoria, seguimiento/monitoreo en libertad y cierre del proceso, para la disminución de la reincidencia y la restitución de sus derechos.

El programa de post seguimiento reconoce a la sociedad civil como agente para la reintegración social, por ello en La Paz, Tarija y Santa Cruz se conformaron redes comunitarias que facilitan un proceso gradual de reintegración social.

El director del Centro Fortaleza en su exposición ser refirió a los centros del departamento de Santa Cruz que atienden a adolescentes vinculados al delito, priorizando su presentación

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al funcionamiento del Centro de Reintegración Social Fortaleza, creado en el marco de la Ley Nº 2026 el año 2000 y, posteriormente, adecuado a la Ley Nº 548 e integrado al Sistema Penal para Adolescentes como uno de los centros de Reintegración Social de Cenvicruz.

El Centro Fortaleza atendió hasta abril de 2019 a 34 adolescentes, cuyas edades oscilaban entre los 14 a 16 años, realizando mecanismos de Justicia Restaurativa con el 100% de ellos; de los cuales 20 fueron realizados con participación de las víctimas y 14 sin participación de éstas.

Así también, el expositor refirió que el Centro Fortaleza trabaja la prevención de la violencia y el delito con la participación de adolescentes del Centro en unidades educativas, con grupos juveniles de las parroquias, en centros de atención para niñas, niños y adolescentes y en ferias, festivales y eventos sociales.

3.4.7. Comunicar para transformar Bolivia es un país con una gran cantidad de medios de comunicación, entre formales y alternativos, lo cual no se traduce en mayor acceso ni visibilización de grupos sociales vulnerables en la agenda mediática. La cantidad de medios de comunicación en Bolivia derivó en una lógica comercial de administración de éstos, cuyos espacios se destinan a fines publicitarios o a una concepción cultural de los comunicadores/periodistas que abordan problemáticas sociales, en especial las referidas a adolescentes vinculados en la comisión de delitos, desde un enfoque que los estigmatiza y no desde un enfoque de derechos.

Tal como lo demuestran las noticias que reflejaron los medios de comunicación, que además de ser escasas (aproximadamente 10 en un lapso de cinco años, desde la elaboración del primer diagnóstico situacional del funcionamiento sobre el Sistema Penal para Adolescentes), tienen un enfoque que enfatiza en la estigmatización de las personas adolescentes y que no profundiza el abordaje de las causas que provocan esta problemática.

Entre otros aspectos a tomar en cuenta está la necesidad de educar a la prensa en temáticas que por su especificidad se reducen a espacios especializados que no tienen repercusión mediática y, por ende, que no amplifican la necesidad de entender la diferencia entre justicia retributiva y Justicia Restaurativa. Además de lo expuesto, se reconoce como una importante necesidad comprender con bases científicas lo que implica la adolescencia. Siguiendo esta lógica, los expositores fueron: • Marcela Losantos, coordinadora del Instituto de Investigaciones de Ciencias del Comportamiento de la Universidad Católica Boliviana (Bolivia).

• Jean Schmitz, experto facilitador de prácticas restaurativas (Bélgica – Perú).

Marcela Losantos en su intervención se refirió a la adolescencia como una construcción social más que una etapa de desarrollo, creada a partir de una visión adultocéntrica y no a partir de una relación horizontal bidireccional, es por esto que los adolescentes se reafirman en su relación con su grupo de pares.

En este sentido, destacó la necesidad de que los medios de comunicación puedan comprender la noción de la adolescencia para entender por qué se requiere de un sistema penal especial y especializado para la atención de adolescentes vinculados al delito.

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Jean Schmitz abordó el concepto de la Justicia Restaurativa, y el importante rol de los medios de comunicación para transmitir la información y sensibilizar a la sociedad respecto de adolescentes vinculados al delito.

A partir del desarrollo del Congreso Internacional: Justicia Restaurativa y Sistema Penal para Adolescentes “Adolescentes que cambian”, se presentan las siguientes conclusiones:

• El Congreso Internacional se constituye en el primer evento realizado en Bolivia sobre esta temática, que contó con la participación de expertos nacionales e internacionales.

• El intercambio de experiencias de expertos nacionales e internacionales sustenta que la justicia restaurativa fortalece los procesos de reintegración social de las personas adolescentes con responsabilidad penal.

• La participación de más de 350 integrantes del Sistema Penal para Adolescentes y representantes de instituciones de la sociedad civil superó las expectativas de los organizadores, por la gran demanda e interés en la temática generada.

• Las conferencias magistrales y conversatorios del Congreso Internacional fortalecieron los conocimientos de los integrantes del Sistema Penal para Adolescentes para el cumplimiento de sus atribuciones.

• A partir del Congreso, se generó otro espacio de formación posterior que posibilitó capacitar en Justicia Restaurativa a 80 oficiales de la Policía Boliviana, con la facilitación de Terry O’ Connell, veterano de la Policía Australiana y ex director del Instituto Internacional de Prácticas Restaurativas, promoviendo la reflexión sobre la actuación de la Policía boliviana.

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El intercambio de experiencias nacional e internacional, también posibilitó compartir los siguientes desafíos: • Mantener contacto con autoridades y expertos nacionales e internacionales, a fin de dar continuidad al intercambio de experiencias para promover la aplicación de la justicia restaurativa y la reintegración social de adolescentes con responsabilidad penal.

• Promover la socialización y fortalecer las capacidades en Justicia Restaurativa de los integrantes del Sistema Penal para Adolescentes.

• Coordinar con la Dirección de Atención a Víctimas y Testigos de la Fiscalía General del Estado, a fin de que el apoyo a las víctimas promueva la escucha de sus demandas y su participación en mecanismos de Justicia Restaurativa para reintegrar a la sociedad tanto a víctimas como adolescentes.

• Contar con una estrategia o programa de prevención de la violencia y el delito, a fin de reducir los índices de criminalidad en adolescentes.

• Fortalecer el trabajo con periodistas y medios de comunicación para incidir de manera positiva en su enfoque respecto de adolescentes vinculados al Sistema Penal, a fin de sensibilizar a la sociedad en su conjunto.

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