Local de ensayo, estudio de grabación, sala de conciertos… Para Alba Céspedes, ganadora junto a su grupo Sons of Rock del primer Concurso de Bandas de la Sala TAF, la cosa está clara: Su sala favorita es La TAF. El premio sido la grabación de un álbum, que la banda ha registrado desde mediados de febrero y que salió en Mayo: “Lo ha producido Fernando Girón”. El primer disco grande de esta banda de rock -“aunque también tenemos temas más personales”- nació, pues, en la carretera de Arroyomolinos, a las afueras de la capital. Es un espacio de 2,850 m2 dedicado a la música en todas sus facetas y en donde han preparado sus giras Shakira, Alejandro Sanz, Serrat o Sabina. Para Alba “la sala mola un montón. Es muy grande. El escenario es amplio y alto, cosa que no se ve en muchos sitios. El equipo es espectacular, incluyendo luces”. Por eso a ella, le “gusta tanto para tocar como para venir como público”. Con respecto a lo segundo, Alba destaca que “el sonido es extraordinario y el ambiente está genial. La entrada no es cara, en la media de otras salas. Además, una de las mejores cosas que tiene es que desde cualquier punto de la Sala se ve perfectamente el escenario. No te pilla ninguna columna en medio, ni nada”. Un sitio en el que apetece quedarse, vaya: “llegas aproximadamente a la hora del concierto y te quedas hasta que el cuerpo aguanta, a las dos de la mañana o así. La música que ponen está muy bien. Es muy variada: metal, fusión… Además hay Clinics, que siempre son fantásticos, porque ves a musicazos haciendo demostraciones”. La ruta de Sons of Rock cuando tocan allí incluye “primero la prueba de sonido que suele ser dos o tres horas antes del concierto. Así que vienes, montas, pruebas y, después, te vas a cenar a cualquier restaurante de los alrededores, que hay varios. Luego a tocar. No solemos hacer mucho camerino. Más bien estamos con la gente antes de salir. Luego tocamos y volvemos a estar con nuestro público”. Para Alba la mejor noche en TAF fue, naturalmente, “la final del concurso, porque se vivió mucha tensión en el buen sentido. Éramos cuatro finalistas y la sala estaba hasta arriba y todos dimos lo máximo. Hasta que dijeron el ganador, fueron veinte minutos con mucha tensión”. Para Alba el máximo acierto de TAF es que “abarca al músico en todas sus etapas y facetas. La primera, que es la de ensayo. La segunda, la de tocar, y la tercera, la de grabar. De más amateur a más profesional”.
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