Cine | El hobbit - After movie
El Hobbit: Un viaje inesperado (Según el Staff de Huellas de Tinta)
Max opina...
C
omo es usual en este tipo de adaptaciones cinematográficas, El Hobbit me dio mucha satisfacción de a momentos, aunque en ciertos tramos me sentí realmente perdido. A veces la mezcla entre la inocencia y magia del libro original es desplazada por escenas de acción con la acostumbrada “espectacularidad” de la industria del cine. En algunos momentos, nobleza obliga acertadamente, como ocurre con la caracterización de los Gigantes y su pelea en las montañas Nubladas. Escena que me pareció la mejor lograda de este tipo. Sin embargo, me dio la sensación de que en esta película el pobre y temeroso Bilbo ya ha matado más Orcos junto a sus compañeros Enanos que toda
26
la caballería de los Rohirim en las tres películas anteriores. En otras palabras, se le añade al Hobbit una violencia y acción al estilo Indiana Jones que no aporta mucho más que eso. Pero tal y como Jackson suele hacer estas cosas, a veces un poco decepcionantes para los que no esperamos solamente un compendio de escenas de acción, están acompañadas de algunos momentos realmente disfrutables y memorables, todos ellos aportados por el libro en sí y no por la adaptación, como es en el caso del primer encuentro entre el mago y el Hobbit, donde se introduce el humor sano de este libro. Algo similar ocurre en el encuentro entre Bilbo y Gollum, uno de los momentos clave donde la película asombra, tanto por la destreza de Martin Freeman para interpretar al Hobbit, como la casi perfecta caracterización de la locura de Smeagol. En lo que tiene que ver con los Enanos, todos hacen bien sus papeles y todos ellos llegan a conmover cada vez que suena la canción de la montaña solitaria en tono de combate y se paran a luchar, especialmente en los tuneles de los Trasgos. Pero el que más me sorprendió, y otro verdadero acierto de la película, es Thorin. Richard Armitage tiene el porte y el carác-
ter del ambiguo líder Enano desde el primer momento en que se aparece en Hobbiton. A diferencia de otros personajes ya vistos en esta o en otras películas de Jackson referidas a La Tierra Media, Thorin se muestra como lo que es: Un Rey. Un tipo duro, molesto, casi antipático, pero con la innata capacidad del líder de enamorar a sus súbditos con un solo gesto. Y dedicaré mis últimas palabras a Bilbo. Martin Freeman sí que supo capturar la esencia del personaje principal del libro. Mostrándose como un gentil hombre de campo con costumbres Burguesas, que es capaz de soportar cinco mil atropellos y faltas de respeto en pos de “ser un buen anfitrión” antes de decir “A”. Hace que uno se pueda poner en la piel de este hombre que no tiene ningún deseo de aventuras y nos hace preguntarnos, como Bilbo mismo, ¿que haríamos nosotros en su situación? Cuando todo pasa de repente, cuando las cosas nos empujan hacia un camino incierto el cual preferiríamos no tomar, ¿qué decisiones tomaríamos? ¿Seriamos capaces de vencer el miedo? Esas y otras preguntas rondan siempre la psiquis del personaje, y Freeman se encarga de que lo sepamos a partir del primer momento en que aparece en pantalla.