17 ADV Febrero 2012

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Economía

A DONDE VAMOS 

FEBRERO 2012  Página 8

LECCIONES DE UNA MADRE NAZI Por Sofía Jiménez de Aréchaga

Cuando saltaron los problemas en Grecia, los recortes fiscales eran vistos como un “mal necesario” al cual los griegos –ingratos, mal acostumbrados a un Estado excesivamente generoso- se resistían. Más al norte del mapa estaban los alemanes, los “alumnos ejemplares”. No se habían dejado tentar durante el boom económico, mantuvieron una postura de responsabilidad fiscal y por tanto salieron bien parados y solventes en plena crisis. Ese era el panorama. Y era tal el preconcepto que hasta se publicaron pancartas con imágenes de griegos tirados en la playa mientras los alemanes trabajaban en fábricas. Cuatro años después, puede decirse que no existe un consenso generalizado sobre la situación. A los ciudadanos indignados a apoyarle intelectuales (como el premio nobel,

Paul Krugman), políticos y gran parte de la opinión pública. Hoy día, las medidas de austeridad promovidas por la canciller alemana Angela Merkel ya no son vistas como un “mal necesario” sino como uno de los tantos caminos a la salida de la crisis. Pero un camino con cada vez menos adherentes, dado el pobre desempeño que ha demostrado sobre la zona euro. Por otro lado, cada vez más se fueron reclamando medidas que atañen directamente al crecimiento. El argumento es que no resulta coherente - cuando la economía está deprimida- aplicar medidas austeras que la depriman aún más. El foco, por tanto, debía radicar en impulsar la actividad económica. Una vez más, el fantasma de Keynes retorna a la escena de caos. El contraste con Estados Unidos (EEUU) le resta aún más popularidad a las medidas de Merkel. Desde 2008, Obama y la FED implementaron medidas de expansión monetaria (bajar tasas y comprar bonos), para alentar

el crecimiento. En un principio no fueron bien vistas a los ojos de los defensores de la austeridad; al punto que los republicanos se resistieron hasta último momento a votar la suba del tope de deuda, colocando a la economía estadounidense al borde del default. Sin embargo, y pese a las dificultades, lo cierto es que Europa está cada vez peor mientras EEUU lentamente se recupera. El caos en Grecia ha provocado daños de imagen, hasta en la propia Merkel, vinculada ahora con el nazismo. Es que aunque el fin parezca bien intencionado (la idea es que los recortes y reformas económicas hagan recuperar la confianza de los inversionistas y así garanticen la integridad del euro) la manera en que éstas son impuestas genera cada vez mayor recelo. Cuando el país poderoso “ayuda” al débil pero solo a condición de que se aprueben medidas sangrientas (y sabiendo de que el débil no tiene más remedio que aceptarlas), entonces no está actuando bien a

los ojos del resto. Esta historia ya se ha visto en episodios pasados (con el FMI y sus “reformas estructurales”) y tampoco ha tenido final feliz. Las medidas políticas no pueden ser consideradas independientemente de su contexto (tanto histórico como temporal). Que la austeridad haya funcionado en un Alemania fuerte en tiempos de prosperidad, no significa que vaya a funcionar en una Grecia débil en tiempos de cri-

sis. Existe, por tanto, un desfasaje temporal entre ciclo económico y política monetaria. Es lógico que al enfrentar una crisis, se quiera alterar el rumbo que se estaba llevando. Si el problema era la elevada deuda, debía revertirse la situación introduciendo recortes fiscales. Por este motivo es que en un principio, la austeridad parecía el único camino lógico. Sin embargo, poco a poco la gente comenzó a notar que el problema

no estaba en el período de crisis, sino en el de bonanza. Las políticas monetarias y los períodos se han intercambiado: en lugar de ser austeros durante la bonanza para poder gastar durante la crisis, se optó por gastar en tiempos de crecimiento. Por tanto, cuando estalló la crisis, el único camino parecía ser dejar de gastar. Fue el camino que las potencias europeas creyeron mejor para las economías más débiles… y estos fueron los resultados: Un niño en la playa se escapa corriendo de su madre. Ella lo pierde de vista y comienza a buscarlo. El niño no recuerda dónde estaba su madre y se desespera. Cuando finalmente se encuentran, la madre lo abraza un rato largo. Luego lo suelta y lo reta. Como el niño perdido, Grecia deberá aprender de sus errores cuando se recupere. Los recortes fiscales deben ser un objetivo al cual tender… pero en el corto plazo la prioridad debe estar en reactivar la economía europea, centrándose en el crecimiento. Y así como la madre primero lo abraza y luego lo reta, Alemania debe primero ayudar a Grecia antes de darle su lección de responsabilidad fiscal… ahora no es el momento.


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