Hambre más dignidad es igual ollas comunes

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En la otra situacibn, el balance del-proceao mime &e cocinar y SUB resultadoa matsriales, arroja un & d ~ menoe alsntrdor. La restriccidn de recursos obliga P d e s p l m - un cuantioso gasto de energias humanas para cocinar. Si, en minos generales, cocinar por obligacidn no reparta satisfaocidn alguna, hacerlo en malas condiciones ambientales le am e g a una cuota mayor de costos personales. Pero, na solamente est& las incomodidades y exigencias en el trabajoaSario de la cocina. La pobreza de recursos y 10s hgbitos de alimentacidn llevm, adem68, a una reiteracidn cansadora de comidas. Semana tras semana, en 10s mismos dias, se repite un menti similar. Mes tras mes, reaparece el mismo reducido grupo de camestibles cuyo sabor conocido termina, incluso, por aniqilswr el apetito. En realidad, se cuenta con pocos recursos pero -parece justo seiialar- tambien falta imaginacidn y creatividad, informacih y conocimientos para sustituir y variar ingredientes de costos similares y aportes nutritivos comparables. Si hacemos un seguimiento de 10s 195 platos que corresponden a 10s 5 dias de una semana en que cocinan la8 39 ollas de la zona oriente, veremos que Bstos se reducen a un menii tan poco variado como el siguiente (para mayor detalle y desagregacibn, ver cuadro NO38 del Anexo). Menfi Semanal Ollas Comunes Zona Oriente (una semana de junio 1985) Porotos (solos o combinados) Sopa, cazuela, carbonada Pancutras y sopones Papas secas (fideos y/o arroz) Cochayuyo (solo o con papas) Peacads, charquic6n, albdndigas Otros T o t a l

60 56 43 13 12 10 1

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