Revista de la CCE No. 25

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cual va adecuando algunos espacios para alojar exposiciones temporales. En 1977 se inaugura una sala de arte que recibe el nombre de Miguel de Santiago con una muestra retrospectiva de cuatro grandes pintores ecuatorianos: Camilo Egas, Víctor Mideros, Pedro León Donoso y Diógenes Paredes y en los meses siguientes se presentan varias exposiciones de reconocidos artistas nacionales y extranjeros. En este ciclo se exhiben, por ejemplo, trabajos del peruano Víctor Delfín, dibujos de Oswaldo Viteri y Guillermo Muriel, pinturas de Eduardo Solá Franco, José Enrique Guerrero y Grace Pólit. Sirve, además, para los trabajos admitidos en el tercer y cuarto Salón Nacional de Artes Plásticas, una muestra del arte contemporáneo de Colombia y la exposición denominada “12 artistas ecuatorianos. Imagen plástica del Ecuador en los años treinta”.30 Contemporáneamente, se efectuará una de las tantas restauraciones de la antigua sede del Museo de Arte Colonial. No será sino el 20 de julio de 1979, al final del gobierno militar, que se inaugure una parte del nuevo edificio y que, al fin, albergue parte de las colecciones, aunque sea de modo provisional todavía. En todo caso, en conjunto, la estructura de las salas está claramente definida de la siguiente manera: Joaquín Pinto para obras del siglo XIX, Pedro León Donoso para las de 30  Galo René Pérez, La Casa de la Cultura Ecuatoriana 1975-1979, Editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 1979, páginas 38 y 39. 170 | Irving Iván Zapater

la primera mitad del siglo XX, Diógenes Paredes para las de la segunda mitad, Pedro Pablo Traversari para las colecciones musicales, Pío Jaramillo Alvarado para la colección etnográfica y Manuel Rendón para las exposiciones temporales. Desempeñaba la dirección del Museo el señor Vicente Mena. El profesor Ribadeneira, una vez posesionado, en un documento que titula “Informe puntual” y casi con seguridad elaborado y presentado en las primeras semanas de 1980, documento que más bien parece una lista de buenas intenciones, señala en su numeral 11 lo siguiente: “Pese a no contar con los fondos necesarios y que fueran públicamente comprometidos por el señor Presidente de la República, la Casa de la Cultura Ecuatoriana se encuentra empeñada en trabajos tendientes a reabrir por lo menos sus museos, aunque fuere de manera provisional…”31 Y en un informe posterior, fechado en 1981, anuncia que “el 20 de febrero próximo se abrirán, definitivamente, la salas de exposiciones de la institución”.32 Habrá de transcurrir to31  Edmundo Ribadeneira, Informe puntual, publicado en: El cajón postergado, Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Quito, 2015, p. 343 32  Edmundo Ribadeneira, Proyectos, publicado en: El cajón postergado, Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Quito, 2015, p. 337. Al propio tiempo, el profesor Ribadeneira había dicho para el diario El Comercio de Quito, lo siguiente: “Hoy más que nunca el Ecuador se halla obligado a definir su pasado como fuerza de origen y de impulso capaz de llevarnos hacia la conformación de una


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