El libro es un devocional basado en Heb 10:19-22 que dice:
Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia...
Este texto es la mayor evidencia de que tenemos la oportunidad que no tuvieron los antiguos; la oportunidad de acercarnos personalmente a Dios, sin la necesidad de que un sacerdote humano intervenga por nosotros. Pues ahora, gracias al preciado sacrificio del Señor en la cruz, tenemos entrada "por un mismo Espíritu al Padre” (Efe; 18). Ahora podemos hablar con Dios como lo hacía Moisés, con toda confianza, sin temor. Sabiendo que él nos escucha y nos recibe cada vez que nos presentemos a él. Pero, ¿Por qué no aprovechamos este glorioso privilegio? ¿Por qué no nos acercamos a Dios? ...