Revista La Vida Como Escuela Nº 81

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Salud Integral Atentos mamá y papá:

¿Nuestro hijo duerme lo suficiente?

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l sueño es un hábito que se puede aprender. Dormimos de distinta forma en los distintos momentos de la noche.

Uno de los tipos de sueño más importante es el llamado sueño de movimientos oculares rápidos (REC) que viene y se va varias veces durante la noche. Durante el tiempo de sueño REM, el cerebro está particularmente activo y existe gran cantidad de actividad corporal, las hormonas son liberadas en el flujo sanguíneo y los tejidos de nuestro organismo son reparados tras el desgaste del día previo. “Los niños que duermen menos de lo que necesita su propio reloj biológico verán afectado su comportamiento habitual, humor y rendimiento en la escuela. Estos problemas pueden continuar incluso en la edad adulta por lo que es conveniente detectarlos y solucionarlos. Al nacer el bebé las noches de los padres cambian: hay demanda permanente del recién nacido, noches en vela y sueño entrecortado. Sin embargo no hay que preocuparse, porque a dormir se aprende y es solo una etapa. El recién nacido duerme entre 16-20 hs al día, porque aún no diferencia el día de la noche y continúa el ritmo intrauterino. Lo rige la necesidad de alimentarse y se despierta cada 2-3 hs. A partir del 3° mes la pausa de la noche comienza a extenderse y puede llegar a las 4 hs. Hay que entender que el sueño es un proceso que tiene que ver con la maduración de todo el sistema nervioso. El sueño de la noche se va extendiendo de a media hora y a los 6 meses puede dormir entre 4-6 hs. De corrido, por lo general a partir de las 9 de la noche. Si bien el sueño es un proceso madurativo ciertas rutinas ayudan. Bajar el nivel de actividad a partir 18 La vida como escuela Nº 81

de las 8 de la noche. Por ej. Llevarlo al lugar donde duerme y con luz tenue. El bebé y el niño incorporan rutinas. Llegar a casa después de un día ajetreado, preparar la comida, el baño y otras rutinas hogareñas hace que las horas vuelen y casi sin darnos cuenta, el horario de ir a la cama se extiende. Y así ya no puede dormir la cantidad de horas necesarias para que su despertar al día siguiente sea la consecuencia de un estado natural de descanso y relajación. Los berrinches y las perezas naturales en muchos casos tienen lugar por hábitos y acondicionamientos erróneos. El no dormir afecta todo. Y si los padres, o quienes acompañan, no están relajados, los niños tampoco lo están. Que la velocidad del día no rompa la escala de valores que privilegia la salud y el bienestar de los niños de la familia. No hace falta dejar llorar al bebé en la cuna para que aprenda a dormir. Ni medicarlo tampoco. Si no duermen lo suficiente pueden adquirir sobrepeso o hasta alterar el nivel de azúcar, tendiendo a la diabetes. Según la Medicina Tradicional China, desde las 23 hs a la 1 am el meridiano hepático y el hígado recargan su energía vital, y estos incidirán en aportar buena disposición a obedecer, capacidad de memorizar al estudiar, perseverancia, buen humor y voluntad de hacer. Pero si el niño suele quedarse despierto jugando con la computadora, mirando TV o en un piyama party, tarde o temprano la aparición del bajo rendimiento escolar o el mal carácter serán un hecho. Lo óptimo sería que el niño se acostase a las 21 hs. Ser mamá implica encontrar las soluciones para que nuestros hijos reciban amor de manera inteligente. Basado en “Duérmete niño” del Dr. Estivill y ”Dormir sin lágrimas” de Rosa Jové.


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