La sopa del mes 07 - Julio: Gustavo Di Mario

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JULIO 2019

LA SOPA DEL MES GUSTAVO DI MARIO

07


LA SOPA DEL MES es parte performance, comida y entrevista. Es también una excusa para reunirnos con artistas visuales cuya obra admiramos por fuera de los típicos espacios sociales e institucionales de intercambio. Les invitamos a casa a comer una sopa, una comida poco pretenciosa, íntima, que estimula la alimentación en toda la amplitud de la palabra. Esta publicación despliega parte de los encuentros, incluyendo bocados de la conversación, fotografías y la receta de la sopa del mes, simbólicamente seleccionada en conexión con cada persona invitada.



GUSTAVO DI MARIO

nació en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires, en 1969. Ahora vive en San Javier, Córdoba. En una visita relámpago a Capital, nos juntamos con él y comimos una auténtica sopa gauchesca, ideal para el invierno austral. Esa noche, hablamos sobre su producción fotográfica que, a partir de unos orígenes autodidactas, se extiende durante unas tres décadas ya. Aunque Gustavo no se considera un fotógrafo de moda, en su trayectoria ha trabajado con diseñadores y modelos. Sus imágenes revelan un interés por el retrato, por bellezas memorables y por la observación de comunidades: futbolistas, gauchos, boxeadores. Le atrae, además, el mundo editorial. Ha publicado revistas —su proyecto actual se llama “El plumero”— y varios libros de su trabajo autoral. Conversamos sobre la relación con sus modelos y con el campo fotográfico, del que se mantiene siempre a distancia. Ahora lo imaginamos de vuelta en casa, en las montañas, escaneando un negativo, escuchando un disco.



ENTREVISTA MAR: ¿Cómo empezaste con la fotografía? GDM: Empecé de pura casualidad, porque no sabía qué hacer. MAR: ¿A qué edad? GDM: A los... ponele a los 19, 20. A los 20. Lo único que había en mi casa era una Canon, de mi viejo, AE1, con lente normal. Mi viejo me llevaba para que lo acompañara a cazar, y lo primero que empecé a fotografiar fue el campo, el pasto, los alambres, para no aburrirme mientras él hacía su masacre. Lo vieron unos amigos y lo publicaron al toque en una revista. Luego hice una muestra. Inconsciencia total. Y después de eso, comencé a hacer sociales, pero no una foto-color-social. Era todo blanco y negro, un poco más estallado, y por ahí seguí. BG: ¿Qué eran, los noventa? GDM: Sí, 89-90. Vinculado siempre a la noche y a toda la movida con artistas y diseñadores. Primero, fui modelo; después, comencé a sacar fotos. BG: ¿Fuiste modelo? GDM: Ujum. Era malísimo. Yo jamás me sacaría fotos. Fue mi forma de estar allí, en el medio. Después, comencé a sacar fotos. Fuera del sistema, no en la parte más comercial. Siempre como más under. Había un montón de revistas por donde meterse. Nunca trabajé para diarios ni para alguien fijo.

GDM Gustavo Di Mario MAR María Antonia Rodríguez BG Beto Gutiérrez JPG Juan Peraza Guerrero GDM: Me gusta la fotografía de moda, pero siempre me inspiró el fotoreportaje. En mi laburo, hay un cruce de esas dos cosas. JPG: Hay muchas fotos tuyas en las que no se sabe con certeza si son de un trabajo de moda u otra cosa. GDM: La ropa es súper importante para mí porque define cada personaje. Muchas veces, las imágenes son totalmente armadas, aunque parezcan naturales. Por ahí la persona no pertenece a ese lugar o sí pertenece, pero tiene una ropa que no es suya. Esa interrupción, digamos, es importante. Para mí es como un juego: tratar de descolocar al que mira. MAR: ...en tus imágenes hay como una ambigüedad. GDM: Yo creo que tiene que ver con que nunca tengo una idea muy cerrada de lo que quiero. Es todo muy espontáneo. MAR: Quizás por eso eliges bien a tus modelos. GDM: ¡Sí! Esa es la base de todo: las caras.


JPG: Son guapísimos... BG: ... pero es un “guapísimo” que no es para todo el mundo. Es para alguien con gustos muy particulares. GDM: No me gusta la belleza obvia. Hay una vueltita que debe tener para que no sea empalagosa. JPG: Para que no se pierda en el flujo de imágenes hermosas, sino que descoloque (...). Hay un modelo que has fotografiado un montón. GDM: Vilmar, debe ser. Sí, es un amigo mío. JPG: Está en varias fotos tuyas, y luego lo volví a ver en la exposición que tuviste en la Fotogalería del San Martín. [“El segundo sin sombra”, en exhibición entre agosto y octubre de 2018]. GDM: Claro. Esa foto del San Martín es de cuando lo conocí. MAR: ¿Cómo es tu relación con la gente que fotografías? GDM: Hay de todo. Hay gente que he fotografiado muchas veces en el tiempo, que perdura una amistad, y hay gente que vi una vez y nunca más. Pero nunca dejo mucha chance de que quieran o no quieran ser fotografiados. MAR: Un cazador. Como tu papá (...). ¿Cómo llegaste a fotografiar gauchos? GDM: Porque en la radio escuchaba sobre las jineteadas, y eran cerca de mi casa, como a una hora. Me fui enganchando a ir todos los fines de semanas. Así conocí a Vilmar, una vez que fui a Entre Ríos. BG: Su cara es inolvidable. GDM: A mí lo que más me gusta es el retrato, básica-

mente: las caras. Él fue fundamental en el proceso de laburo con los gauchos. Íbamos a todas las fiestas juntos.

GDM: Me gusta manejarme solo, sin asistente. Y los asistentes con los que trabajo no tienen menor idea de fotografía. MAR: Alguien que te acompañe, que te cebe el mate. BG: ¿Eres un tipo muy solitario? GDM: No, la verdad que no, pero me hinchan las pelotas los fotógrafos. [Risas]. BG: Eso es interesante. Me encanta que estés por fuera del mundillo fotográfico, que es un embole. GDM: Uno va a un lugar, a una inauguración, por ejemplo, y siempre están los mismos, y todos se conocen... JPG: Pero aún así, la gente sabe quién eres y conoce tu trabajo.

GDM: Yo no me considero un fotógrafo de moda, para nada (...). Pero me pasa que los curadores o


quienes organizan muestras siempre van a las cuatro o cinco fotos mías que conocen y nadie se toma el laburo de venir, sentarse y ver otras cosas. Y así te encasillan (...). De todos modos, yo trato de que la fotografía de moda perdure en el tiempo, que no sea descartable a los seis meses. Ahora eso está mucho más diluido, es mucho más común.

MAR: ¿De dónde viene tu interés por el campo? GDM: Mi abuelo era del Sur de Italia, de un lugar de montañas, súper tranqui. Yo creo que estoy haciendo lo mismo. Lo hice medio inconsciente. Por ahora estoy así: viviendo en el campo, en Córdoba, sacando muy pocas fotos, pero trabajando en otras cosas, en mi revista, proyectos, cosas que salen. No siento la necesidad ni la fiebre de estar fotografiando todo el tiempo. Tengo una overdose de material.

GDM: En Córdoba, estoy escaneando muchas cosas, reviendo mi material. Cada vez que vengo a Capital, como ahora, traigo lo que ya he laburado y me llevo otra selección de cosas. MAR: ¿Tienes el archivo en casa de tu mamá, en Ramos Mejía? GDM: Sí. Tengo una pared gigante de negativos. MAR: ¿Solías trabajar en negativo? ¿35 milímetros?

GDM: En todo. 35, después pasé a 6 x 7. Es una cantidad de laburo infernal. MAR: “Escanear es vivir”, decía una amiga mía. GDM: El invierno está bueno para eso. Me quedo hasta las 12 de la noche escaneando. MAR: ¿Te costó el pase a...? GDM: Mucho. Lo digital me descolocó. Estuve como un año perdido, tratando de hacer lo mismo que venía haciendo, pero en digital. Después me acostumbré. Fue como aprender de nuevo. MAR: La inmediatez también transforma el acto de la toma. GDM: Completamente. Me parecía insoportable. (...). Yo no soy una persona técnica. No manipulo casi nada después de la toma. La toma es como es. No es que muevo los colores ni nada. BG: ¿Y reencuadras? GDM: Nada. MAR: Ah, eres súper purista. GDM: Sí.


MAR: ¿Estudiaste fotografía con alguien? GDM: No. (...) Aprendí de sacar rollos y sacar bosta. MAR: ¿Y fotógrafos, artistas que admires? GDM: Muchos. Mi gran inspiración es Pasolini, siempre, por esa cosa del neorrealismo y por los personajes que usaba. Me gusta Pierre Verger, un fotógrafo francés que vivió en Brasil, que amo; Chambi. Los primeros que me vienen a la cabeza son esos. BG: ¿Esas referencias te llegaban en forma de libros, cuando no había internet? GDM: Sí. Cuando viajo, me gasto la guita en libros. BG: ¿Y esa biblioteca la mantienes? GDM: Está toda en Cordoba. ¡Recién mudada! Fue una movidaza. MAR: Fitzcarraldo. GDM: Mudé mis discos y mis libros. Me faltaba eso, tener a mano lo que había acumulado durante tanto años. Ahora estoy escaneando y escuchando discos.

del hijo de Tiburcio. Había caído un árbol en el lugar donde almacenaban los archivos, y habían dejado todo así durante un tiempazo (...). Empecé a ver. Era una cantidad inmensa de imágenes, 15 años de laburo. Llamé a una amiga y le dije: “Me parece que hay algo aquí para trabajar, para rescatar” (...). Cuando estaba volviendo en auto y voy a pasar la aduana, me dicen: “No, esto no te lo podés llevar”. “¿Por qué?”, pregunté. “Porque es mucha cantidad”. MAR: Mucho y sospechoso. GDM: Llamé a los del museo y les dije: “Me tengo que volver”. Y ellos me dijeron: “Bueno, te mandamos todo por micro”. Y así fue. Cuando llegó el material, estuve seis o siete años lavando, escaneando negativo por negativo. Muchas cosas se perdieron por el estado de abandono. Después se pudo mostrar acá en Buenos Aires y en Paraguay. Pasó lo fundamental, que era lo que él quería: que las fotos se mostrasen en su pueblo. Ahora conocí al que le enseñó fotografía a él...

GUISO CARRERO CON CREMA DE LECHE GAUCHA

GDM: [Tiburcio] González Rojas me rompió la cabeza, básicamente. JPG: ¿Cómo lo conociste? GDM: Viajé a Paraguay invitado por la Fundación Migliorisi con un beca que cubría un mes de investigación y después una muestra. La primera salida que hice fue a Ypacaraí. Había un festival folclórico y llegué recontratemprano. Comencé a caminar, pregunté por algún fotógrafo del lugar (...), y terminé en la casa


INGREDIENTES quienes organizan muestras siempre van a las cua- GDM: En todo. 35, después pasé a tro o cinco fotos mías que conocen y nadie se toma 6 x 7. Es una cantidad de laburo 200 gramos de panceta el laburo de venir, sentarse y ver otras cosas. Y así infernal. kiloladeforoast beef“Escanear es vivir”, decía una te encasillan (...). De todos modos, yo trato 1que MAR: 50 centímetros cúbicos tografía de moda perdure en el tiempo, que no sea amiga mía. de aceite descartable a los seis meses. Ahora eso está mucho GDM: El invierno está bueno para 2 cebollas picadas más diluido, es mucho más común. eso. Me quedo hasta las 12 de la 2 dientes de ajo picados noche escaneando. 8 tomates picados (o dos latas de tomates en MAR: ¿Te costó el pase a...? cubitos) GDM: Mucho. Lo digital me desSal y pimienta a gusto colocó. Estuve como un año perMAR: ¿De dónde viene tu interés por el campo? de vinagre de vino tratando de hacer lo mismo GDM: Mi abuelo era del Sur de Italia, de un1 cucharada lugar de dido, que venía haciendo, pero en digimontañas, súper tranqui. Yo creo que estoy hacien1 cucharada de tomillo fresco o seco tal. Después me acostumbré. Fue do lo mismo. Lo hice medio inconsciente. Por ahora 2 hojas de laurel estoy así: viviendo en el campo, en Córdoba, sacando como aprender de nuevo. 1 litro de caldo (de pollo, carne o verdura) muy pocas fotos, pero trabajando en otras cosas, en MAR: La inmediatez también 2 papas o 10 papines mi revista, proyectos, cosas que salen. No siento la transforma el acto de la toma. 2 ajíes una cucharada de ají en polvo) GDM: Completamente. Me parenecesidad ni la fiebre de estar fotografiando todorojos el (o tiempo. Tengo una overdose de material. 2 zanahoriascía insoportable. (...). Yo no soy una persona técnica. casi 100 gramos de arvejas (secas oNo demanipulo lata) nada después de la toma. La toma Crema de leche es como es. No es que muevo los GDM: En Córdoba, estoy escaneando muchas cosas, colores ni nada. reviendo mi material. Cada vez que vengo a Capital, BG: ¿Y reencuadras? como ahora, traigo lo que ya he laburado y me llevo GDM: Nada. MAR: Ah, eres súper purista. otra selección de cosas. MAR: ¿Tienes el archivo en casa de tu mamá, en Ra- GDM: Sí. mos Mejía? GDM: Sí. Tengo una pared gigante de negativos. MAR: ¿Solías trabajar en negativo? ¿35 milímetros?


PREPARACIÓN MAR: ¿Estudiaste fotografía con alguien? GDM: No. (...) Aprendí de sacar rollos y sacar bosta. - Cortar la panceta salada y la carne en cubitos. MAR: ¿Y fotógrafos, artistas que admires? Reservar GDM: Muchos. Mi gran inspiración es Pasolini, siem- Calentar el aceite en una cazuela de barro. pre, por esa cosa del neorrealismo y por los persoIncorporar las Me cebollas, ajos,Verger, los tomates, la najes que usaba. gustalos Pierre un fotógrafo carne y la panceta. francés que vivió en Brasil, que amo; Chambi. Los - Salpimentar, vinagre cocinar primeros que merociar vienencon a laelcabeza sony esos. un¿Esas minuto BG: referencias te llegaban en forma de libros, - Añadir tomillo y el laurel, agregar el caldo cuando no el había internet? GDM: Sí. Cuando viajo, me gasto la guita en libros. y tapar la cazuela. Cocinar 60 minutos a fuego BG: ¿Y esa biblioteca la mantienes? medio bajo, cuidando que el guiso no se seque GDM: Estásin toda en(agregar Cordoba. ¡Recién mudada! y quede caldo más, si hace falta), Fue una movidaza. - Incorporar las papas, los ajíes y las zanahoMAR: Fitzcarraldo. rias y cocinar unos 20 minutos más. GDM: Mudé mis discos y mis libros. Me faltaba eso, - Blanquear las arvejas e incorporarlas al guiso tener a mano lo que había acumulado durante tanto y cocinar, en mínimo, unos 5 minutos más. años. Ahora estoy escaneando y escuchando discos. - En cuanto todo esté a punto, servir el guiso bien caliente. - Agregar, en cada plato, un chorrito de crema de leche a la calentura guiso, gusto. la cabeza, GDM: [Tiburcio] Gonzálezdel Rojas mearompió básicamente. JPG: ¿Cómo lo conociste? GDM: Viajé a Paraguay invitado por la Fundación Migliorisi con un beca que cubría un mes de investigación y después una muestra. La primera salida que hice fue a Ypacaraí. Había un festival folclórico y llegué recontratemprano. Comencé a caminar, pregunté por algún fotógrafo del lugar (...), y terminé en la casa

del hijo de Tiburcio. Había caído un árbol en el lugar donde almacenaban los archivos, y habían dejado todo así durante un tiempazo (...). Empecé a ver. Era una cantidad inmensa de imágenes, 15 años de laburo. Llamé a una amiga y le dije: “Me parece que hay algo aquí para trabajar, para rescatar” (...). Cuando estaba volviendo en auto y voy a pasar la aduana, me dicen: “No, esto no te lo podés llevar”. “¿Por qué?”, pregunté. “Porque es mucha cantidad”. MAR: Mucho y sospechoso. GDM: Llamé a los del museo y les dije: “Me tengo que volver”. Y ellos me dijeron: “Bueno, te mandamos todo por micro”. Y así fue. Cuando llegó el material, estuve seis o siete años lavando, escaneando negativo por negativo. Muchas cosas se perdieron por el estado de abandono. Después se pudo mostrar acá en Buenos Aires y en Paraguay. Pasó lo fundamental, que era lo que él quería: que las fotos se mostrasen en su pueblo. Ahora conocí al que le enseñó fotografía a él...


quienes organizan muestras siempre van a las cuatro o cinco fotos mías que conocen y nadie se toma el laburo de venir, sentarse y ver otras cosas. Y así te encasillan (...). De todos modos, yo trato que la fotografía de moda perdure en el tiempo, que no sea descartable a los seis meses. Ahora eso está mucho más diluido, es mucho más común.

MAR: ¿De dónde viene tu interés por el campo? GDM: Mi abuelo era del Sur de Italia, de un lugar de montañas, súper tranqui. Yo creo que estoy haciendo lo mismo. Lo hice medio inconsciente. Por ahora estoy así: viviendo en el campo, en Córdoba, sacando muy pocas fotos, pero trabajando en otras cosas, en mi revista, proyectos, cosas que salen. No siento la necesidad ni la fiebre de estar fotografiando todo el tiempo. Tengo una overdose de material.

GDM: En Córdoba, estoy escaneando muchas cosas, reviendo mi material. Cada vez que vengo a Capital, como ahora, traigo lo que ya he laburado y me llevo otra selección de cosas. MAR: ¿Tienes el archivo en casa de tu mamá, en Ramos Mejía? GDM: Sí. Tengo una pared gigante de negativos. MAR: ¿Solías trabajar en negativo? ¿35 milímetros?

GDM: En todo. 35, después pasé a 6 x 7. Es una cantidad de laburo infernal. MAR: “Escanear es vivir”, decía una amiga mía. GDM: El invierno está bueno para eso. Me quedo hasta las 12 de la noche escaneando. MAR: ¿Te costó el pase a...? GDM: Mucho. Lo digital me descolocó. Estuve como un año perdido, tratando de hacer lo mismo que venía haciendo, pero en digital. Después me acostumbré. Fue como aprender de nuevo. MAR: La inmediatez también transforma el acto de la toma. GDM: Completamente. Me parecía insoportable. (...). Yo no soy una persona técnica. No manipulo casi nada después de la toma. La toma es como es. No es que muevo los colores ni nada. BG: ¿Y reencuadras? GDM: Nada. MAR: Ah, eres súper purista. GDM: Sí.


MAR: ¿Estudiaste fotografía con alguien? GDM: No. (...) Aprendí de sacar rollos y sacar bosta. MAR: ¿Y fotógrafos, artistas que admires? GDM: Muchos. Mi gran inspiración es Pasolini, siempre, por esa cosa del neorrealismo y por los personajes que usaba. Me gusta Pierre Verger, un fotógrafo francés que vivió en Brasil, que amo; Chambi. Los primeros que me vienen a la cabeza son esos. BG: ¿Esas referencias te llegaban en forma de libros, cuando no había internet? GDM: Sí. Cuando viajo, me gasto la guita en libros. BG: ¿Y esa biblioteca la mantienes? GDM: Está toda en Cordoba. ¡Recién mudada! Fue una movidaza. MAR: Fitzcarraldo. GDM: Mudé mis discos y mis libros. Me faltaba eso, tener a mano lo que había acumulado durante tanto años. Ahora estoy escaneando y escuchando discos.

GDM: [Tiburcio] González Rojas me rompió la cabeza, básicamente. JPG: ¿Cómo lo conociste? GDM: Viajé a Paraguay invitado por la Fundación Migliorisi con un beca que cubría un mes de investigación y después una muestra. La primera salida que hice fue a Ypacaraí. Había un festival folclórico y llegué recontratemprano. Comencé a caminar, pregunté por algún fotógrafo del lugar (...), y terminé en la casa

del hijo de Tiburcio. Había caído un árbol en el lugar donde almacenaban los archivos, y habían dejado todo así durante un tiempazo (...). Empecé a ver. Era una cantidad inmensa de imágenes, 15 años de laburo. Llamé a una amiga y le dije: “Me parece que hay algo aquí para trabajar, para rescatar” (...). Cuando estaba volviendo en auto y voy a pasar la aduana, me dicen: “No, esto no te lo podés llevar”. “¿Por qué?”, pregunté. “Porque es mucha cantidad”. MAR: Mucho y sospechoso. GDM: Llamé a los del museo y les dije: “Me tengo que volver”. Y ellos me dijeron: “Bueno, te mandamos todo por micro”. Y así fue. Cuando llegó el material, estuve seis o siete años lavando, escaneando negativo por negativo. Muchas cosas se perdieron por el estado de abandono. Después se pudo mostrar acá en Buenos Aires y en Paraguay. Pasó lo fundamental, que era lo que él quería: que las fotos se mostrasen en su pueblo. Ahora conocí al que le enseñó fotografía a él...


NO ME GUSTA LA BELLEZA OBVIA. HAY UNA VUELTITA QUE DEBE TENER PARA NO SER EMPALAGOSA BG: ¿Al maestro de Tiburcio? GDM: Sí, y me estoy trayendo todo. Estoy con otro viaje. Estoy recopado con eso. BG: Te van a nombrar Ciudadano Ilustre de Paraguay.

MAR: Te preparamos una sopa gauchesca, un guiso carrero, inspirado en tu trabajo con los gauchos. GDM: ¿Qué tendrá? MAR: Es un guiso que aparentemente se llama así porque los gauchos llevaban una olla de hierro en las carretas, que sacaban cuando paraban a acampar. Cocinaban con lo que tenían (...). Curiosamente, esta es una olla de Traslasierra, de Córdoba. Increíble coincidencia. GDM: Es muy para el invierno esta sopa que prepararon. BG: Aquí hay crema de leche, que representa la guasca de los chongos gauchos. GDM: Dios mío.

MAR: ¿Por qué tu revista se llamaba “Lunfarda”? GDM: Ese fue un proyecto que llevé adelante con Nicolás Monti. “Lunfarda” es una palabra que no existe, primero. También porque queríamos que representara la identidad latinoamericana y que lo hiciera desde afuera del sistema.

JPG: ¿Cuándo circuló? GDM: No me acuerdo, pero hay un montón de números. Desde el año... ¿2010? Hay unos 30 números, 27. La revista que estoy haciendo ahora se llama “El Plumero”. MAR: ¿Y de dónde sale ese nombre? GDM: De levantar polvo. MAR: [Risas]. ¿Pero tiene una connotación sexual? GDM: No. MAR: En Venezuela, la palabra “plumero”, sí. Burlonamente. ¿Pero de dónde viene la motivación de editar estas revistas? GDM: Para provocarme a mí a hacer cosas que tenga ganas de hacer, para conocer gente nueva, promocionarla. Cada número tiene un mix de algo de archivo con algo contemporáneo. Las revistas son para mí un disfrute.

JPG: Háblanos de tus libros. GDM: El primer libro que saqué fue “Potrero”, sobre fútbol amateur, un trabajo que hice en


simultáneo con el de los gauchos. Un amigo, el Chino, era futbolista de la clase C o D. Íbamos juntos a los entrenamientos, a los partidos amistosos. Era una secuencia diaria o casi diaria de sacar fotos. Y durante los fines de semana, avanzaba con los gauchos. Hasta ese momento, era todo medio random. Después, conocí a [Gustavo] Santaolalla, que quería publicar ambos proyectos, pero me dijo: “Primero, cerremos lo del fútbol”. Me puse, entonces, a buscar la serie, a desarrollar el tema, a darle forma hasta sentir que se agotara. Con eso se hizo una muestra, se presentó el libro. Para “Interior”, el trabajo con los gauchos, hablé con una amiga, Simona Martínez, que tenía un proyecto de comenzar una editorial con una amiga suya. En ese ínterin, me presenté en el primer concurso de RM. Me llaman y me dicen que había salido segundo. El trato con mi amiga era que si no ganaba el concurso, ella me publicaría el libro. A los cuatro o cinco días, me llamaron de nuevo de RM y me dijeron que el que había ganado el primer premio había renunciado. Pero ya yo había quedado en otra cosa con mi amiga,

así que publicaron al tercero. Tengo un libro que no he publicado sobre viajes por Argentina. Después se hizo una muestra de “Turf” en el Hipódromo de Palermo, y también armé un libro de eso, que está bueno, que es más que nada retratos. La ropa es espectacular. La cara de ellos es increíble.

GDM: Creo que en mi trabajo, todo habla de lo mismo, más o menos, de la parte menos obvia, la más marginal, dentro de todos los circuitos. En el caso del fútbol, los pibes que no triunfan; en el caso de los gauchos, el nómada, el sin tierra, el outsider. También tengo un proyecto con fotos y videos de boxeadores. Me pregunto si lo llegaré a terminar.


GUSTAVO DI MARIO, “TRAMANDO”, ESTILISMO: SIMONA MARTÍNEZ, 2004


GUSTAVO DI MARIO, “VILMAR” 2003



LA ONG BUENOS AIRES

es un proyecto colaborativo conformado por Beto Gutiérrez, María Antonia Rodríguez y Juan Peraza Guerrero en 2014, cuyo trabajo se enfoca en la práctica y reflexión sobre fotografía. Defiende las prácticas de libertad (estéticas y de pensamiento), la docencia como experiencia compartida que se alimenta de las diferencias y el error, el proceso como fin en sí mismo y la investigación visual sobre la identidad y los márgenes.


www.laongbuenosaires.com


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