Noviembre 3-2010

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6 - LA NOTICIA -

Noviembre 3 al 9 - 2010

“Perdone que no me levante”...

Viene de la pág 1

que no me levante”, que el cómico americano hizo grabar en su lápida; o su versión poética: “El día que esté aquí dentro no me vengáis a llamar. Por mucho que yo quiera, no me podré levantar”. “Perdone que no asista a su entierro”, reza otra frase lapidaria. Aunque no todos los difuntos son tan educados. “Que conste que yo no quería”, se puede leer en otra tumba del cementerio de Santa Isabel, en Vitoria. Las dedicatorias que algunos dejan en las sepulturas de sus seres "queridos" tampoco tienen desperdicio: “Aquí yaces y haces bien, Vivos y muertos en paz y armonía. En el sur de Madrid, han construido un centro comercial junto al tú descansas, yo también”. Estos y otros epitafios igual de cementerio. estrafalarios están recogidos en el libro “Y en polvo te convertirás”, de la periodista tradición arraigada. Pero tal visita suele gozar Nieves Concostrina. de exclusividad y pocas veces se observa otro Miguel Valero también ha visto unos cuantos lugar que no sea la sepultura de aquel a quien epitafios a lo largo de su vida profesional. Miguel se ha ido a ver. trabaja como enterrador en el Cementerio Sur CON OJOS CURIOSOS. de Madrid (España). “Nunca había entrado en “Al cementerio hay que entrar con ojos un cementerio y ni siquiera sabía que existía curiosos”, indica Nieves Concostrina. “Si este oficio”, explica. entras a un cementerio y vas directamente a Pero veinte años de experiencia le han una tumba, no ves nada”, afirma la directora y servido para acostumbrarse. “No es un trabajo presentadora del programa de Radio Nacional agradable, pero lo llevo bien y no me falta el de España “Polvo eres”. sueldo”, afirma. “La gente tiene unos rollos muy raros con En su día a día como trabajador del los cementerios”, dice. Sin embargo, a ella le cementerio, Miguel coincide con personas da “más miedo pasar por según que calles a que acuden al camposanto con regularidad. ciertas horas que entrar en un cementerio”. “Hay gente mayor que viene casi todos los Dar un paseo por un cementerio no es una días a dejar flores”, cuenta. idea tan descabellada. “En Europa se visitan Visitar la tumba de un ser querido durante la los cementerios desde hace muchos años”, festividad de los santos y los difuntos es una cuenta Nieves. “Nadie va a París y se le ocurre dejar de visitar el cementerio Pere Lachaise. Ni a va Roma y deja de visitar el cementerio de verano”, asegura. Contemplar la arquitectura y el arte de un cementerio no va a perturbar el sueño de los que allí reposan. En algunos lugares, las sepulturas son una especie de alquiler con fecha de caducidad. La administración otorga una concesión por un tiempo determinado. “Las más comunes son de diez años o de noventa y nueve años”, explica Agustín Mezcua, jefe de cementerios de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid. Cuando la concesión ha expirado, el Ayuntamiento publica un anuncio en el Boletín Oficial y la empresa de servicios funerarios hace lo propio en los principales periódicos para que la familia pueda reclamar los restos del difunto. Pero si esto no ocurre, “procedemos a la exhumación, incineramos esos restos y se depositan en una zona común dentro del cementerio, aislada de las visitas del público”, declara Mezcua. Aunque hay otras opciones. “También se puede renovar la concesión a instancias de la propia familia”, afirma Mezcua. Es posible, además, incinerar los restos, trasladarlos a una sepultura, transportarlos a otro cementerio e, Lápidas originales

incluso, a otra ciudad. Lo de llevar a los muertos de un lado para otro es más común de lo que pueda creerse. Tanto es así, que hay algunos difuntos que casi han recorrido más kilómetros con los pies por delante de los que anduvieron en vida. El cadáver de don Juan de Austria, hijo ilegítimo del emperador Carlos V, viajó desde Flandes a España troceado y metido en maletas de viaje. Evitaron trasladarlo de una pieza y dentro de un ataúd para tratar de ocultar que lo que realmente transportaban era un muerto. “Antes de llegar, se le volvió a recomponer y luego se le enterró”, cuenta Nieves Concostrina. Sin embargo, lo de don Juan de Austria no fue una idea novedosa. Hay infinidad de difuntos troceados y expuestos en iglesias repartidas por doquier. “Hay trozos de Teresa de Jesús por todo el mundo”, afirma Nieves. La periodista apunta que un pie de la santa se conserva en Roma, un trozo de su piel en la iglesia de Loeches, en Madrid, mientras que la iglesia de Ronda, en el sur de España, guarda la mano de la difunta. Incluso, “Franco tuvo la mano de Teresa de Jesús en su despacho durante los cuarenta años de dictadura”, señala. Santos, papas, reyes, científicos y artistas han tenido que rendirse a la parca igual que el común de los mortales. Quizás el más allá no sea el destino más solicitado en las agencias de viajes pero, a la larga, es el más visitado. MUERTES ABSURDAS.

A veces, hasta el personaje más venerado ha emprendido esta última travesía de una manera bastante absurda. A Francis Bacon, sin ir más lejos, se lo llevó por delante su curiosidad científica. Este reputado hombre de ciencia hizo su último experimento en la nieve con una gallina. “Salió con la gallina y tanto estuvo esperando con la gallina que el que murió congelado fue él”, afirma Nieves. Aunque la muerte del rey del rock tampoco fue demasiado elegante. “Elvis era una persona estreñida, como hay muchas”, afirma Nieves. Pero la gran estrella se negó a operarse para resolver su problema intestinal. Además, “Elvis era una farmacia con patas”, afirma la periodista. El médico que lo trató publicó un libro en el que cuenta la enfermedad y la muerte del cantante. El cóctel de fármacos combinado con su dolencia acabó con la vida de Elvis con muy poco glamour. El gran ídolo “murió de un colapso intestinal porque era muy estreñido”, declara la locutora. Parece que la elegancia no es un elemento imprescindible a la hora de hacer las maletas para el último viaje. El otro mundo debe de estar casi tan lleno como este de historias extravagantes. Hay quien elige pasar la eternidad en una morada de lo más alegre. Flores de todos los tamaños y de todos los colores y los objetos preferidos del difunto tallados en mármol son una opción poco discreta pero muy solicitada. Purificación León. Efe-Reportajes


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