padecen dolores de cabeza, tienen problemas para comer y duermen mal. Sin embargo, los psiquiatras reconocen que no se sabe mucho sobre el desarrollo de este trastorno en la infancia. Los síntomas que se mencionaron también corresponden a otros desórdenes mentales, como el déficit de atención a hiperactividad (TDAH). DERRUMBANDO LOS MITOS Aunque se comenzó a escribir sobre la personalidad borderline desde hace más de tres mil años, fue hasta 1980 que se le reconoció como un diagnóstico psiquiátrico. Por eso, todavía prevalece el mito de que no es un padecimiento. Con frecuencia, algunos psiquiatras o médicos en general lo confunden con el desorden bipolar, la depresión, los desórdenes de ansiedad y pánico, el estrés postraumático y el TDAH. Por eso, es importante que si una persona sospecha que lo padece, vea a un psiquiatra especializado. Otro viejo mito es que solo las mujeres pueden padecer personalidad borderline. Ahora se sabe que ataca por igual a hombres y mujeres. El tratamiento generalmente combina psicoterapia con medicación. Las señales y síntomas del trastorno límite de la personalidad incluyen: • Conducta impulsiva y riesgosa, como conducir a alta velocidad, apostar, usar drogas y mantener una vida sexual promiscua. • Consciencia de que su conducta es destructiva, pero se siente incapaz de cambiarla.
• Cambios de ánimo frecuentes y muy marcados. • Episodios cortos, pero intensos, de ansiedad. • Enojo sin razón y conducta conflictiva, incluso hasta llegar a los golpes. • Dificultad para controlar sus emociones e impulsos. • Conductas suicidas. • La sensación de ser incomprendido, rechazado, estar solo, vacío o sin esperanza. • Miedo de estar solo. • Sentimientos de odio hacia sí mismo.
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SÍNTOMAS EN LA NIÑEZ El trastorno límite de la personalidad es muy difícil de diagnosticar en niños, pues sus síntomas son iguales que los de otros desórdenes mentales. Esta enfermedad generalmente es reconocida hasta la adolescencia o la edad adulta. Sin embargo, en general, los psiquiatras especializados en el tema han encontrado que estos síntomas pueden ser señales de alarma. Significa que si un niño los presenta, es necesario que sea evaluado por un psiquiatra infantil para ver si necesita tratamiento: • Estallidos de mal genio que son graves. • Control de impulsos pobre. • Comete actos agresivos hacia sí mismo o hacia otros. • Discapacidades de pensamiento y razonamiento. • Alteraciones notables en las relaciones personales. Los padres de pacientes diagnosticados, relatan que ya desde bebés presentaban estos síntomas: no dejaban de llorar, casi no sentían placer, dormían poco y se enojaban demasiado con los cambios de rutina. Son niños que demandan mucha atención de sus padres, parecen preocuparse más por todo, presentan episodios de tristeza, son muy sensibles a cualquier comentario crítico y se enojan fácilmente. Se frustran rápido y tienen cambios severos de humor. Algunos presentan dificultades para separar la casa de la escuela y cuando se estresan, se jalan el cabello, les duele el estómago,
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