El anarquismo frente al derecho

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aporta la mujer y lo que aporta el hombre son bienes inconmensurables entre sí; lo que hay a partir del matrimonio es la constitución de una tercera entidad, el andrógino superior, diverso del hombre y la mujer aislados; los cónyuges se funden en una sola persona. En cuanto a la unión durable “hasta la muerte de una de las partes”, hay que recordar que Proudhon no habla de la unión religiosa ni estatal, sino de un compromiso sancionado moralmente entre el marido y la esposa. Podría pensarse que mientras Goldman hace la crítica del matrimonio tal cual existe en la sociedad actual (especialmente la de sus días), Proudhon hace la defensa del matrimonio como él entiende que debería ser; Goldman describe hechos y Proudhon prescribe conductas morales (lo que, por cierto, no impide que sus tesis puedan ser también impugnadas en términos morales). En tercer lugar, Goldman critica la castidad exigida a la mujer hasta el matrimonio, es decir, la valoración machista de la virginidad como virtud. Esta hipocresía sería una de las causas más importantes del fracaso de la institución matrimonial. El matrimonio no sería otra cosa que un “permiso” otorgado por el Estado o la Iglesia para que las personas puedan satisfacer lo que su propia naturaleza les dicta15. Proudhon tampoco acepta el derecho de la Iglesia o el Estado para habilitar o legitimar la práctica sexual. Ya dije que su idea del matrimonio no es legal ni religiosa, sino moral. En Sistema de las contradicciones económicas, Proudhon alentaba la experiencia sexual prematrimonial; sin embargo, pareciera que sólo se refiere al hombre, ya que en sus escritos sobre la familia y el matrimonio sostiene que el pudor y la castidad son la mayor virtud que la mujer puede tener. En este punto, sí, los comentarios de Goldman impactan, no sólo contra la concepción burguesa o clerical del matrimonio, sino también contra las tesis proudhonianas. Para Goldman, la libertad y la honestidad en el deseo amoroso marcan una importante diferencia entre la espontaneidad del amor y la hipócrita institución matrimonial. En cuarto lugar, para colmo de males, Goldman añade que los llamados “avances de la mujer” en el mercado laboral, sumados a la pervivencia de la institución matrimonial, han desembocado en una situación aún peor de la mujer en la sociedad actual. No sólo está esclavizada por el matrimonio, sujeta al marido, sino que también suma ahora, en el mercado laboral, la misma explotación que los varones obreros. Se alega que el matrimonio la protege, pero en verdad aumenta su yugo16. 120 / ANÍBAL D´AURIA


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