4 Entrevista
PLÁCIDO DÍAZ
La Crónica
Nº 25
Sacerdote de la Parroquia de Santiago en Utrera
“La Iglesia necesita la alegría, ilusión y ganas de la juventud” Este sacerdote, que prepara su doctorado en Mariología, está convencido de que las tecnologías son compatibles con la fe y el mensaje de Cristo, y aboga por la autenticidad frente a las apariencias y las modas. Alejandro RUIZ DE ALBA
P
lácido Díaz Vázquez es un sacerdote joven, que aún no ha cumplido los 30 años. Actualmente, se encuentra en la parroquia de Santiago y en el convento de las Carmelitas en la localidad sevillana de Utrera. Estudió Mariología en Roma, donde conoció al Papa Francisco. En esta entrevista charlamos con él para hablar sobre la fe, el papel de la Iglesia en el momento presente y otros temas de actualidad como el uso de las redes sociales. Cuando era pequeño, Plácido sintió la llamada del Señor y desvela que hay un momento decisivo para decidir si se quiere ser
sacerdote. Para llegar a serlo, Plácido estudió en un seminario, donde realizó un proceso formativo dividido en cinco dimensiones: la humana, la espiritual, la intelectual, la pastoral y la comunitaria. Durante este proceso, inició un camino de discernimiento, para descubrir si la llamada de Dios era real o no. Respecto a su día a día, indica que es “muy intenso”. Al levantarse cada mañana comienza rezando la oración de Laudes. Posteriormente, tiene un momento personal de oración, y al terminar dedica la mañana a sus estudios, si no tiene alguna labor en la parroquia. Por la tarde, tiene una oración de víspera y se ocupa de las actividades de la
parroquia, donde se celebran cursos de formación para las catequistas. Además, atiende a los grupos de Cáritas y a las personas que acuden para confesarse. También, figura su trabajo en el despacho parroquial, donde recibe a quienes quieren casarse o bautizar a sus hijos. El día finaliza con el último rezo, que son las Completas. Entre estas tareas, también hay tiempo para situaciones divertidas. Así, cuenta que una de las mejores anécdotas que le han sucedido fue cuando en una misa un bebé de tres años subió los escalones del interior del templo, llegó hasta donde él estaba situado en el altar y se sentó a su lado durante todo el oficio.
Su jornada es intensa, empieza temprano con la oración de Laudes, atiende las actividades de la parroquia y termina con un último rezo