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LABERINTOS BUENO 19 V1:Maquetación 1

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La estrella de la narración

raza superior (The Master Race), un alegato contra el nazismo cuyo éxito acabaría volviéndose en su contra, ya que en el mismo denuncia el riesgo de la infiltración y la pervivencia del fascismo tras el final de la guerra. Las simpatías que muestra el guión hacia el médico ruso que aparece en el filme no debieron gustar nada al Comité de Actividades Antiamericanas, que incluyó a Biberman dentro de la lista de los “diez de Hollywood”. Cuando fue citado a declarar el 29 de octubre de 1947 ante la Cámara de Representantes de EE UU, Biberman intentó leer una declaración para cuestionar la labor de dicho comité, pero se lo impidieron centrando exclusivamente el interrogatorio en si era miembro del Partido Comunista o si lo había sido del Sindicato de Guionistas. Al igual que el resto de cineastas de los “diez de Hollywood”, fue acusado de desacato y condenado a seis meses de cárcel y una multa de mil dólares. Por esta causa pasó cinco meses en una penitenciaría de Texas en 1950. Al ser incluido en las “listas negras”, estaba vetado por Hollywood para trabajar en el mundo del cine, pero tras salir de prisión creó una productora independiente con la que poder rodar La sal de la tierra, cuya filmación y postproducción entre 1953 y 1954 estuvieron jalonadas por todo tipo de contratiempos debido a la persecución política y policial que sufrió el equipo al completo. El filme muestra un hecho histórico real, la huelga que un grupo de trabajadores anglos e hispanos llevaron a cabo en una mina de cinc de Nannover, en Nuevo México, entre octubre de 1950 y enero de 1952, y que consiguió doblegar a la empresa propietaria, la Empire Zinc, tras la intervención de las mujeres de los mineros en los piquetes de huelga. Biberman asumió la dirección, mientras que Michael Wilson escribió el guión y Paul Jarrico se hizo cargo de la producción, ambos incluidos también en las “listas negras” de Hollywood. En principio se pensó para el papel protagonista en Rodolfo Acosta, un actor chicano de la meca del cine y encasillado en papeles de bandido mexicano, pero el boicot que sufrió el proyecto impidió su participación. En su lugar, la película fue protagonizada por actores no profesionales, entre ellos Juan Chacón, un auténtico líder minero, y Rosaura Revueltas, una actriz mexicana que acabó siendo deportada tras ser detenida y acusada de comunista, por lo que algunas de las escenas en las que participaba ella se tuvieron que rodar en secreto en México para poder completar la filmación. La sal de la tierra muestra, con un tratamiento visual que por momentos evoca el cine de Eisenstein, el conflicto de clases y el racismo latente en la sociedad americana, además de introducir de manera muy acertada la lucha de las mujeres por la igualdad de género, adelantándose así Biberman en más de una década al cine chicano, al movimiento feminista y a la lucha por el reconocimiento de los derechos civiles a las minorías étnicas en los años 60. El filme, que apela a la unidad de la clase trabajado-

ra, fue perseguido policialmente, censurado y prohibida su exhibición dentro de los Estados Unidos, no pudiendo volver a hacer cine Biberman hasta 1969, cuando rodó Slaves, una cinta que habla sobre el racismo, temática que aparece en sus tres trabajos como director. En el año 2000, una coproducción entre España y el Reino Unido dirigida por Karl Francis y titulada Punto de mira (One of the Hollywood ten), rescató para las nuevas generaciones la figura de Biberman en un filme de ficción que evoca el enfrentamiento del director con el Comité de Actividades Antiamericanas, y que se centra principalmente en las vicisitudes del rodaje de La sal de la tierra. Biberman y otros muchos judíos perseguidos por la “caza de brujas” fueron los artífices de un cine social comprometido en los Estados Unidos, que fue silenciado por quienes se hacían llamar los defensores de las libertades en Norteamérica. El tiempo ha dado la razón a los perseguidos por el maccarthysmo. Hoy día sus obras son uno de los legados más valiosos del cine norteamericano de los años 30 y 40 del siglo pasado, con alguna incursión en los 50 como es el caso de La sal de la tierra. En cambio, con el paso de los años la historia ha hecho justicia con los verdugos que encabezaron la represión de corte fascista desde el Comité de Actividades Antiamericanas: Joseph McCarthy, el principal artífice de la “caza de brujas” en los años 50, fue destituido como senador en 1954 tras someterse a un voto de censura por sus propios compañeros, debido a su conducta demagógica cuando denunció una supuesta infiltración comunista en el Ejército norteamericano que se demostró inexistente; J. Parnell Thomas, el primer presidente del Comité de Actividades Antiamericanas que acusó a los “diez de Hollywood”, acabó en la cárcel, mucho antes que ellos, por corrupción; y Richard Nixon, que aprovechó el maccarthysmo para ascender políticamente en su carrera hacia la presidencia de los Estados Unidos, tuvo que dejar la Casa Blanca siendo presidente en 1974 por el escándalo Watergate.

Herbert J. Biberman (primero a al izquierda, de perfil) junto a los “diez de Hollywood” y algún otro imputado

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