Ecosistemas más vulnerables a los cambios
PLANETA DOMINGO 10 DE FEBRERO DE 2013 La Hora, ECUADOR
B9
Cuando las personas alteran la naturaleza, ésta no reacciona favorablemente ante impactos naturales.
El ser humano actúa sobre °el medioambiente de muchas
maneras, señalan los científicos, a veces de forma consciente, como con la sobrepesca o la prevención de incendios, o inadvertida, como con la polución por nitrógeno. Esto tiene un efecto homogeneizador que, aunque pueda ser útil, por ejemplo, para desarrollar cultivos, perjudica a los ecosistemas, que “pueden derrumbarse” ante cambios abruptos aunque de entrada “parezcan estables”, indican los autores del estudio.
IMPACTO. Al colocar animales sobre la vegetación causan serios problemas al suelo.
DÉBILES. Cuando han sido alterados, su recuperación es más lenta.
La comprobación
Aunque esto se suponía a nivel teórico, MacDougall y su equipo lo han demostrado a través de un ejemplo concreto, el de una pradera en el oeste de Norteamérica. Esta zona, sometida durante años a la acción humana, como talas de árboles para prevenir
incendios, tenía un ecosistema debilitado que “se hundió” y no pudo responder adecuadamente cuando se indujo un fuego de forma experimental. Solo las zonas donde había más biodiversidad y aún quedaban especies autóctonas pudieron resistir mejor y sobrevivir a
esa perturbación del entorno, lo que indicaría que es la variedad de flora y fauna, frente a la homogeneización causada por el hombre, la que permite a los ecosistemas regenerarse tras grandes cambios. La biodiversidad, apuntan los expertos, estabiliza los ecosistemas debido a que cada especie progresa en condiciones diferentes, lo que ofrece protección frente al impacto de los cambios ambientales. EFE
AB/4812
Impacto antropogénico
La intervención humana en los ecosistemas, sea para prevenir incendios, por sobrepesca o por la contaminación ambiental, los hace más vulnerables a los cambios abruptos, según un estudio publicado en la revista británica ‘Nature’. De acuerdo con esta investigación, encabezada por Andrew MacDougall, de la universidad de Guelph (Canadá), la intervención humana en praderas o dehesas tiende a homogeneizar los ecosistemas y reducir su biodiversidad, lo que deja a estos terrenos más expuestos y menos capaces de recuperarse en caso de perturbaciones como incendios.