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Ecuador / Jueves 2 de junio de 2011
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DE AGOSTO
MESSI, HOMBRE RÉCORD
Es la fecha de la Supercopa de Europa en la que se medirá al poderoso Oporto, campeón de la Europa League. Será una buena ocasión para seguir aumentando la leyenda.
Se apunta su tercer título consecutivo de máximo realizador de la Liga de Campeones. Además, con el gol de Wembley, suma 12 e iguala a Van Nistelrooy como jugador con más goles en una sola Champions.
PEDRO PEGA PRIMERO. Vidic no
llega a taponar el disparo del canario y Van der Sar observa boquiabierto el remate a bocajarro del atacante azulgrana, que no perdonó y abrió el marcador de la finalísima. Abajo, Rooney culmina con maestría una buena combinación inglesa, quizá la única aproximación realmente elaborada del Manchester United en todo el partido.
L
as promesas están para ser cumplidas. Así lo entendió el grupo de Guardiola cuando su gran gurú aseguró en la celebración de la Liga 09-10 (tras la eliminación a manos del Inter de Mourinho) que el Barça ganaría muy pronto otra Liga de Campeones. “Os debemos una y éstos no fallan”, se atrevió a vaticinar el ‘Profeta de Santpedor’. Dicho y hecho. Como dice Xavi Hernández de Guardiola, éste siempre ve las cosas “dos o tres jugadas antes que los demás”. En el caso de la cuarta Copa de Europa (permítanme la denominación más añeja) de la historia culé, Pep batió sus propios registros y avanzó un año sus previsiones. Sabía que en Wembley su equipo sería fiel a su estilo, que Xavi ejercería el papel de cerebro a la perfección, que Iniesta se metería entre líneas, que Pedro volvería a aparecer como un puñal con sus diagonales desde la derecha y que Messi provocaría el pánico en las filas enemigas con el balón cosido al pie. Quizá no entraba en su guión que Villa marcaría un gol de antología o que Mascherano (ambos aún no estaban fichados entonces), reconvertido por él mismo en un solvente central, se marcaría un partido prácticamente perfecto. Y, por supuesto, seguro que no imaginó una final tan plácida.
LA FLOR DE FERGUSON, MARCHITADA La rosa roja es símbolo de Inglaterra y un Sir como Alex Ferguson no podía aparecer sin ella, sobre todo si un partido de esta trascendencia se disputaba en Wembley. Sin embargo, la rosa del entrenadores escocés en la solapa, escondía otra noble intención: sabedor de la clara superioridad azulgrana, no podía más que agarrarse a una buena flor para buscar lo imposible. Lo curioso es que pareció funcionarle porque al descanso se llegó con un increíble 1-1, pero su flor se marchitó cuando el torbellino azulgrana se desató en la segunda mitad.
LAS CLAVES
1
¿ERA UNA FINAL O UN PARTIDO DE EXHIBICIÓN?
Pocas veces se ha visto tanta diferencia de nivel entre dos equipos que disputan una final de la máxima competición continental. Acostumbrados a ver partidos igualados en este tipo de encuentros tan trascendentes, el Barcelona disfrutó de un dominio abrumador en todos los aspectos del juego: posesión, ocasiones, verticalidad, goles... Hasta el aficionado culé más pesimista pasó una noche plácida viendo la superioridad de los suyos.
2
MESSI, POR SI ACASO
El Barça fue fiel a su estilo y su juego de equipo volvió a maravillar. Por si esto fuera poco, este grupo cuenta en sus filas con el mejor jugador del mundo: Leo Messi. El máximo goleador de la Champions se inventó una jugada que terminó en el fondo de la red (aunque Van der Sar podía haber hecho algo más) y rompió el equilibro en el marcador (en el juego no hubo paridad en ningún momento). Tras concluir el choque, Guardiola se deshizo en elogios hacia su atacante: “Espero que Messi no se aburra nunca, es único”.
3
SÓLO ROONEY EXISTIÓ EN SU EQUIPO
Se había comentado en algunos mentideros que el conjunto inglés era mejor equipo sin Cristiano Ronaldo. A la hora de la vedad, sólo Rooney destacó entre los red devils. Además del golazo que firmó, fue el más atrevido, el más desequilibrante, el que más se ofreció, el que mostró más carácter... Y eso que tuvo poco apoyo de sus compañeros.