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Domingo 26 de Septiembre de 2010 La Hora LoJA
La mucheLa cólera de dumbre cuanlos imbéciles do se ve en devasta hoy apuros, para conju- la tierra”. rar al diablo llama GEoRGEs bERNANos indudablemente a los bribones”. JoHANN WoLfGANG voN GoETHE
MARIo E. JIMéNEz
El origen como meta y como mito Si pensáramos en todo punto exactamente igual no hubiéramos tenido pretexto válido para seguir pensando y escribiendo. En nuestros países hay una curiosa superstición que desconfía de cualquier cambio de opiniones como señal de oportunismo venal (si las opiniones son políticas) o de incompetencia intelectual (si pertenecen al campo del conocimiento teórico). Hay quien dice “si se equivocó antes, también puede equivocarse ahora”, como si no fuese más probable que quien nunca cree haberse equivocado esté equivocado siempre. Todos somos a ratos filósofos sin saberlo. Y filosofamos a ratos como cualquier otro niño o adolescente, porque en esas edades somos bastante libres y cuando se es libre a uno le surgen inquietudes filosóficas espontáneamente. En cambio no estoy tan seguro de que las privaciones sean buen estímulo filosófico, sobre todo si aprietan de veras. Y andando el tiempo, una de las señales inequívocas de que uno ofrece ya un aspecto irremediablemente “senior” es que comienzan a consultarle o a llamarle para que confirmemos sus puntos de vista. La cosa debería quizá divertirme y envanecerme, pero la verdad es que me deprime un tanto, eso de parecer “respetable” o “bicho raro”, en su aceptación habitual que significa “prócer con arterioesclerosis, estreñido y sermoneador”, “personaje bien trajeado, ceremonioso, con poses de sabio.” Prefiero de largo ser lo que soy, simple aprendiz, ejemplo de nada, pero sobre todo nunca, absolutamente nunca, guardián de prejuicios. El sentido de la ética es hacer más intenso nuestro proyecto de libertad, no mutilarlo. Los reproches de los mayores, con regañinas y escándalos frente al comportamiento de los jóvenes en materia de adornos, aficiones, fiestas de fin de semana…, me parecen simples monsergas. Los mayores no debieran tener poses de misioneros de la abstinencia porque a lo largo de los años hemos usado –y a veces abusado- de casi todo lo que estimula, marea, alucina y hoy mismo “los respetables” hacen y consumen justamente lo mismo que ponen en entredicho para los jóvenes.
Venezuela se juega su futuro Los venezolanos vuelven hoy a las urnas para renovar el Parlamento y medir cuál es el respaldo del país a su presidente, Hugo Chávez, y al “proceso revolucionario” que impulsa. Unos 17,5 millones de electores están convocados para elegir a los 165 diputados de la Asamblea Nacional después de cinco años bajo dominio del oficialismo por el boicot de la oposición a las últimas legislativas de 2005. Tanto en las filas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), creado por Chávez hace tres años, como en los partidos de oposición, ahora aglutinados en una ‘Mesa de Unidad’, o entre los disidentes del “chavismo”, se advierte que en estos comicios está en juego el futuro del país, o al menos un modelo de sociedad. El propio Mandatario, quien ha encabe-
GAbRIEL HIDALGo ANDRADE
De Lucifer a Jojoy La muerte de Jorge Briseño me recuerda el fenómeno de las insurgencias. Desde Lucifer y Eva en la cartografía mística, pasando por Quito (2005), Oaxaca (2006) y Santiago de Chile (2005) que son las experiencias más próximas, el eje que transversaliza la ejecución programática de desobediencias pasa por ser un escenario de rebeldía a ser un espacio de redención del deprimido. No entraré en un debate eclesiológico. Seré descriptivo solamente. Lucifer se rebeló a un poder absoluto y fue confinado al castigo eterno.
zado decenas de caravanas electorales para llamar a votar por los candidatos de su partido, ha tratado de convertir los comicios en un plebiscito en torno a su mandato con la mirada puesta en las presidenciales de 2012 en las que, ya lo anunció, volverá a solicitar la reelección. Claro que la oposición está más unida que antes, pero también la bien aceitada maquinaria gubernamental está haciendo todo lo posible para convencer a sus huestes sobre la base de la inclusión social, aunque haya cierto descontento. En el fondo, Fidel Castro -a pesar de haberse declarado “malinterpretado”- admite que su modelo político, ese mismo que Chávez ha ensalzado hasta la saciedad, ya no es replicable ni siquiera en Cuba. El pueblo venezolano tiene la palabra.
Eva consumió del fruto del “saber prohibido” y fue desterrada con su marido al castigo de parir con dolor. De manera casi idéntica los actores desobedientes son llamados por un impulso irascible a ignorar la ley injusta y desconocer a la autoridad emisora. En Quito, los forajidos dieron por terminado el gobierno de Gutiérrez desconociendo la legitimidad de su autoridad. En Santiago los estudiantes movilizaron una lucha -bautizada como rebelión pingüina- que sentó en el banquillo de los acusados a Bachellet y frenó las aspiraciones del Partido Socialista, colocando en la presidencia de la república a un outsider derechista: Sebastián Piñera. En Oaxaca sucedió un fenómeno incomparable: el magisterio desobedeció a las órdenes de un poder central absolutista y resiste a una masacre de cientos de profesores; los resultados fueron de desconocimiento de la autoridad
y liberación del oprimido invisible, del “otro” no-ciudadano. En estas condiciones ¿cuál es el victimario y cuál es la víctima? ¿Acaso lo es un Estado que ignora sistemáticamente las demandas más urgentes de un pueblo inmovilizado?, ¿o lo es el individuo y el colectivo que han sido desalojados por el absolutismo cultural, racial, y político dominante? ¿Qué es más violento que ese tipo de violencia? Mientras las movilizaciones sociales, sus insurgencias, resistencias y desobediencias deponen gobiernos en cualquier parte del mundo, otros masacran en nombre de la revolución o del Estado (qué más da). El tal Jorge Briseño (o como se llame) murió con el mismo alivio de venganza que Ernesto Guevara: después de matar a tantos por plata o por pensar diferente. Por ese camino no va ninguna insurgencia moderna. gahidalgo@flacso.org.ec
P. MILko RENé ToRREs oRDóñEz
Eternidad En el Evangelio de hoy Jesús propone una parábola para enseñar algunas verdades que resultan incómodas y que nuestra sociedad de consumo no quiere oír. Su finalidad es enseñar qué es lo que ocurrirá a quien, gozando egoístamente de sus riquezas, no quiera escuchar. Presenta dos escenas sucesivas: una sobre esta tierra, que concluye con la muerte de los actores; otra después de la muerte, que no tiene fin. En esta tierra el contraste entre uno y otro es total. Esta situación se da hoy: se da entre individuos, entre grupos, entre países. ¡No es una situación irreal! El rico se divierte, goza con sus riquezas, es totalmente insensible a las necesidades de los pobres, para él es como si no existieran. Es unadescripcióndenuestrasociedad de consumo, donde la ley suprema es la comodidad, el placer y el afán de “pasarlo bien” . El rico puede hacerlo todo con sus riquezas, pero no puede escapar a la muerte. Ahora, el rico se contenta con muy poco: “Gritando, dijo: “Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.” La situación de ambos se ha invertido. Esta nueva situación en que cada uno se encuentra es eterna. La eternidad del destino del hombre pone en evidencia la dimensión de esta otra palabra: libertad. La libertad del hombre significa que tiene en sus manos la responsabilidad de su destino eterno. El diálogo entre el rico y Abrahamexpresalairreversibilidad de esa situación final: “Entre nosotros y ustedes se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a ustedes no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros”. La parábola ha enseñado la responsabilidad en el uso de los bienes. La tierra con todos sus bienes fueron creados para todos los hombres y nadie puede banquetear y consumir cosas lujosas mientras haya quien carezca de lo necesario. La parábola enseña el destino que le espera después de la muerte al que hace aquello. La parábola agrega un aviso que todavía estamos sobre esta tierra y que tal vez no pensamos en estas cosas.
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