Durante todo este proceso el Grupo Telefónica no ha dejado de obtener importantes beneficios anuales, con una excepción. Como ejemplo, en el año 1994 obtuvo 112.608 millones de pesetas, y en el 2005 alcanzó un beneficio neto de 4.446 millones de euros, un 40% más que en el año 20044. Cifras evidentemente relacionadas con un significativo aumento de la productividad, en año 1993 esta era de 199,1 líneas por empleado y en el año 2.000 ya se situaba en 493,3 líneas,
convirtiéndose en
una de las más altas de Europa, y, con la
disminución de los costes salariales sobre el total de los ingresos de la empresa: mientras en 1993 los salarios suponían un 34,6%, en 2005 estos representaban tan solo el 13%.
Por otro lado, según la ideología neoliberal, los cambios que se están produciendo son inevitables, y, a la vez, producto de las necesidades del mercado. La realidad es que, en esta empresa, los cambios organizativos y de gestión de personal no pueden justificarse por un problema de contracción de la demanda o por la imposibilidad de adecuar la producción a las incertidumbres del mercado. Responden a la estrategia de aumentar los beneficios a costa de reducir los costes salariales, y de fragmentar las condiciones de empleo para anular las respuestas colectivas de los trabajadores. Es por ello, que se puede afirmar que estamos ante una reestructuración menos condicionada por el agotamiento del modelo fordista de producción, que por la capacidad de imponer una determinada estrategia empresarial. En este sentido, creo que
el estudio de los cambios que se han producido en Telefónica, y sus
repercusiones sobre las condiciones de empleo, puede ser ilustrativo del “nuevo” capitalismo neoliberal-flexible.
2. Telefónica paradigma del nuevo capitalismo flexible. El nuevo capitalismo informacional se caracteriza por su funcionamiento en redes a través de la interconexión que facilitan las TIC, y que muchas
de las grandes empresas habían
cambiado su modelo organizativo, adoptando el modelo de
empresa-red (Castels, 1999).
También en este aspecto, Telefónica puede ser un buen ejemplo. Durante toda la década de los 90, su organización, que opera en todos los ámbitos de las telecomunicaciones, desde los soportes hasta los contenidos, se fue expandiendo también hacia cada vez más países. A la vez se fue consolidando una estructura más compleja a medida que iba abarcando nuevos sectores y mercados. En diciembre de 1994 el Consejo de Administración aprobó una nueva organización que rompía con el modelo de empresa única, creando una serie de filiales coordinadas por un núcleo corporativo, a las que se traspasaban los diferentes negocios con autonomía de gestión. En sucesivos cambios y ya bajo la presidencia de Villalonga en 1996 se pasó de una gestión 4
Todos los datos de este apartado están extraídos de las diferentes memorias anuales de Telefónica. Página 4 de 26