EM tientm I

Page 86

chico ya no me parece tan majo ni tan simpático. Es más, su sonrisa me molesta y se lo hago saber con una mueca. ¡Ya me ha vuelto el odio hacia los hombres! Él pone cara de confusión y gira la cara. He sido demasiado antipática, pero es que estoy que echo chispas. ¿No me va a dejar nunca en paz? ¡Es penoso que me envíe mensajes con otro número! Me levanto del asiento porque la próxima es mi parada. Ahora lo que tengo que hacer es centrarme en la exposición para hacerla muy bien y conseguir una buena nota. En cuanto se abren las puertas del vagón me lanzo a la carrera. Son las nueve en punto, pero la facultad está a apenas cuatro minutos corriendo, así que no habrá ningún problema. Hoy no me detengo en el puesto de libros, aunque saludo a los dueños con la mano y ellos me corresponden con una gran sonrisa. Ya puedo ver el pelo rubio y desordenado de Eva y su chupa de cuerpo. No para de taconear en el suelo y de dar una calada tras otra. —¡Hombre, ya era hora! −exclama cuando me descubre. —Las culpas a Cyn, que se ha tirado una hora en el baño. Apaga el cigarro y nos dirigimos corriendo al aula. Por suerte, aún no está el profesor. Eva ya tiene la llave para abrir el armario donde guardan el ordenador de la clase. Unas cuantas compañeras nos saludan cuando pasamos por su lado. Patricia ya está sentada en la primera fila, con sus folios ordenaditos y sus manuales sobre la mesa. Me ve y se le ilumina la cara. ¿Qué le pasa ahora? Me indica con un gesto que me acerque y yo me giro hacia Eva y esta encoge los hombros. —Ve enchufando el ordenador y el proyector −le pido, entregándole mi USB. Patricia se inclina hacia delante en el momento en que me sitúo ante su mesa. Finge que está apenada y yo pongo cara de no entender nada. —¿Pasa algo? —¿Cómo es que Abel Ruiz no ha vuelto por aquí? −Se inclina un poco más, rozándome con las puntas de su melena−. ¿Ya no sois amigos? —Nunca lo hemos sido −espeto con sequedad. ¿Qué hace esta ahora preguntándome por él? —¿Ah, no? Como vino a verte pensé que... —Sólo hice un trabajo para él. Ella se echa hacia atrás sin borrar la sonrisa de la cara. Es un poco prepotente, siempre se cree superior a los demás, por eso no tiene apenas amigos en clase. —Entonces mejor, ¿no? −La sonrisa se le ensancha y yo me quedo hipnotizada con una mancha negra que tiene en uno de sus dientes−. Creo que tiene novia... Qué pena, ¿eh? Aunque es normal, con lo guapo que es, y famoso... Me dan ganas de soltarle una bofetada. No, en realidad lo que quiero es pegarle un puñetazo en toda la boca. Porque se lo ha ganado. ¿Cómo se atreve a soltarme eso? Es una envidiosa. Está claro que no sabe lo que ha sucedido entre Abel y yo, pero se habrá montado una historia y quiere ver cómo reacciono. Pues se va a quedar con las ganas, no voy a rebajarme ni a decirle nada. Por suerte, Eva acude a mi rescate en ese momento. —Nena, ven a ver esto que no me aclaro −me dice desde la tarima. Me voy a dar la vuelta para subir cuando Patricia me da unos golpecitos en el antebrazo. ¿Y ahora qué quiere? —Pero bueno, aunque no seáis amigos ni nada... ¿No tendrás por casualidad su teléfono? —¡No! Yo alucino con esta pilingui. Va lista si piensa que le voy a entregar así porque sí el número de otra persona. ¡Y mucho menos el de Abel! Aunque él y yo no tengamos nada ni yo vuelva a querer a saber de él... Pero, a pesar de cómo es, se merece algo mejor que esta chica que sólo le busca por el dinero y la fama. Y ni siquiera es guapa. Se queda mirándome con mala cara y yo me doy la vuelta muy


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.