EM tientm II

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—La primera semana de octubre. ¡Oh, no! Pero si justo entonces tengo que empezar a trabajar con Gutiérrez. Bueno, ya he firmado el contrato y no creo que él se enfade si le pido pasarlo a la siguiente semana. Lo único que espero es que Patri no se me adelante en nada y que no intente manipularlo con respecto a mí mientras yo no estoy. —De todas formas, le enviaremos más datos durante este mes. No se preocupe –Gross apoya la mano en mi hombro y me acompaña hasta la puerta–. Hasta pronto, Sara –Me sonríe con su atractiva sonrisa. —Gracias… por todo –le digo, casi tartamudeando. Thomas se está despidiendo de mí con exagerados aspavientos. Yo le sonrío de forma nerviosa. Abel se encuentra a nuestro lado, muy callado y serio. Gross le tiende la mano y le dice: —Encantado de haberlo conocido. Es una pena que no quiera trabajar para nosotros. Sus trabajos son realmente buenos. Le seguíamos la pista cuando usted colaboraba con Yvonne. —Gracias –contesta, de forma hosca. Me da un poco de vergüenza que esté actuando así. Salgo sin siquiera girarme. En cuanto doy un par de pasos, las modelos que todavía quedan en la sala de espera alzan las cabezas. La voz de Damián Gross retumba a mi espalda: —Lo siento, señoritas, pero el puesto ha quedado cubierto. Ellas sueltan exclamaciones de disgusto. Algunas se me quedan mirando con mala cara. Otras directamente me sueltan alguna palabreja que no me gusta nada. Cuando levanto la vista para mirar a Abel, descubro de nuevo la sonrisa petulante en él. Ya, ya, me ha dicho que yo misma me daré cuenta. ¿De qué? ¿De que me van a odiar? Bueno, no será la primera vez. En la vida siempre hay alguien a quien no puedes caer bien, y me da exactamente igual. Todos los trabajos son duros, siempre hay gente que quiere pisotearte, así que tampoco voy a descubrir nada nuevo. Me deja totalmente descolocada cuando yo me dirijo al ascensor y él en cambio va hacia las escaleras. Siento que me arde la rabia en el estómago, así que no le digo nada. Está molesto porque me he salido con la mía, porque se está dando cuenta de que no me va a poder dominar como a sus anteriores ligues. ¡Ja! Seguro que es la primera vez que se topa con una mujer como yo. ¡Que aprenda! En el ascensor vuelvo a pensar en todo lo que ha ocurrido. Madre mía, he


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