ausculta cervical de la deglucion

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Es lógico que una fase espiratoria habitualmente siga a la ingestión de un bolo para proteger la vía que es común a la respiración y la deglución. También es lógico que el sistema respiratorio se apaga durante el acto de tragar (es decir, el período de apnea), como garantía suplementaria. Dos investigadores han observado que una exhalación corta se produce durante el descenso y la reapertura de la laringe (*4). Este evento se observó a diferencia de la reanudación de la fase espiratoria del ciclo respiratorio postdeglutorio. El evento se ha relacionado con la liberación de un sello valvular, posiblemente a nivel de la glotis (*5) donde se observa un patrón muy consistente. Esta corta exhalación después de pasar el bolo, parece ocurrir siempre en personas sin la dificultad para deglutir. Si la glotis está bien cerrada durante el período de apnea deglución, parece lógico que el aire dentro del sistema respiratorio en ese momento sería atrapado y mantendría una presión parcial. El lanzamiento de este aire parcialmente presurizado a continuación, puede producir un soplo de aire pequeño que es liberado inmediatamente después de la glotis se abre. Eibling y Gross (1996) han informado de que presión subglótica positiva es necesaria para una deglución eficaz. Señalaron que el restablecimiento de la presión subglótica fue un factor primordial en la mejora de la deglución en personas traqueostomizadas. Estos factores son fundamentales para la protección de la vía aérea en el momento de la deglución. AL TOMAR NOTA: Se debe especificar si existe un atraso significante, así como los sonidos no usuales. La ausculta cervical adecuada, ocurre cuando hay ausencia de ruidos en la secuencia de espiración o inspiración, apnea, envío de lo deglutido y espiración o inspiración; ausculta cervical alterada, cuando antes y después de la deglución hay presencia de ruidos, al tomar la respiración antes de la deglución y el mantenimiento de estos ruidos de misma frecuencia después de la deglución. Otros autores sugieren al mismo que tiempo que se realiza la ausculta, posicionar los dedos de la siguiente manera: índice abajo de la lengua en el mentón, dedo medio encima del hueso hioide, dedo anular encima de la tiroides y el dedo pequeño inmediatamente abajo de este. Al mismo tiempo hay que hacer una percepción del funcionamiento oral, faríngeo y laríngeo: - Observar postura de reposo, tono, simetría y presencia o ausencia de movimientos involuntarios. - Observar dentición y mucosas. - Observar posibilidad y calidad de fonación: una voz engolada puede indicar presencia de saliva o secreciones en nivel laríngeo, una voz hiper o hiponasal puede indicar problemas velo faríngeos, la voz ronca puede ser señal de disminución del cierre


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