Prohibido enamorarse de adam walker lia belikov

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No me había dado cuenta, pero de alguna manera ya me encontraba sentada junto a Marie. La única ventana en su habitación tenía una vista hacia la calle, a una zona no tan transitada de vehículos. Era ahí a donde mis ojos se turnaban en mirar mientras yo todavía procesaba la información. Recordaba que Adam había insistido en llevarme a su lugar de trabajo, pero nunca se dio la oportunidad para que eso sucediera. Ahora me sentía curiosa. —¿Su trabajo es peligroso? ¿Qué es? ¿Trapecista? Ella no rió; solo me miró con confusión. —Anna, él es... es un ladrón. Miré directamente hacia sus ojos azules, esperando que de un momento a otro ella se riera. Pero los segundos volaron y la risa no venía. —¿Es una broma? —pregunté a punto de lanzar una carcajada—, ¿Adam, un ladrón? No me digas, un ladrón que te robó el corazón. —No bromeo —continuó ella de manera seria—. Adam se dedica a estafar y robar a la gente. De nuevo esperé para que me dijera si estaba bromeando o inventando historias solo para sacar un poco el dolor que sentía contra Adam por haberla dejado. Pero Marie nunca rió. Se miraba seria y destrozada. Tragué saliva con fuerza. —¿Cómo estás tan segura de que es un ladrón? ¿Lo has visto quitándole la billetera a alguien? —Anna, él no es la clase de ladrón aficionado que tú imaginas que es... Él no anda escondido en medio de los arbustos, con un arma blanca metida entre los pantalones, esperando a que aparezca una indefensa viejecita para robarle el bolso. Él es la clase de ladrón que no se conforma con recompensas mediocres; va por todo. Adam es un estafador que se lleva tu dinero a grandes sumas, y es realmente bueno haciéndolo. Él es peligroso. —Eso es imposible —balbuceé. Repentinamente me empecé a sentir mareada. Marie solo estaba dolida, eso era todo. Estaba inventando tonterías como esta para... ¿para qué? Ni siquiera sabía que a mí me gustaba Adam o que nos habíamos besado. ¿Se supone que deba creerle? —Es posible —dijo ella, trayéndome de vuelta al presente—. Adam maneja increíbles cantidades de dinero ¿acaso no lo has notado? Siempre lo vas a ver cargando billetes en sus bolsillos. Además, mi querida prima, él me lo confesó todo hace meses atrás. Una de las condiciones de nuestra relación fue que yo no me metería en sus asuntos si él no se mostraba interesado en los míos. —¿Y por qué me estás contando todo esto? —en un impulso me levanté de la cama y comencé a caminar de arriba a abajo en la habitación. —Porque él me estafó a mí. Me detuve en seco. —Él robó una inmensa cantidad de dinero a la compañía de mi papá —continuó ella, esta vez las lágrimas resbalaban con una facilidad increíble por sus mejillas y sobre sus pecas—. Lo descubrí y le dije que no iba a delatarlo porque aun sentía algo


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