Alondras y Ruiseñores 2017

Cofradía Servita de Mª Stma. de los Dolores Revista Bienal de la Cofradía

Puente Genil - Semana Santa 2017 Número 7

Alondras y Ruiseñores

Cofradía Servita de Mª Stma. de los Dolores Revista Bienal de la Cofradía

Puente Genil - Semana Santa 2017 Número 7

Alondras y Ruiseñores Revista bienal de la Cofradía Servita de Mª. Stma. de los Dolores Puente Genil - Córdoba

Alondras y Ruiseñores

Sumario

Número 7 - Marzo, 2017

Junta de Gobierno

Saluda del Presidente de la Agrupación de Cofradías

Cofrade Mayor

Saluda del Cofrade Mayor de Mª Stma. de los Dolores

Fernando Chacón Giménez Hermano Mayor

Miguel Ángel Jurado Velasco Vicecofrade Mayor

Manuel Ángel Rivas Márquez Secretario

Jesús Chacón Almeda Vicesecretario

Sergio Mª Velasco Albalá Tesorero

Alberto de la Rosa Velasco Mayordomía

Francisco Chacón Rivas José Mª Martínez Chía Manuel Angel Rivas Márquez Francisco Serrano Rodríguez Fructuoso del Val de la Torre Juan José Cabezas Martínez Jesús Chacón Almeda Jesús Mª Pérez Márquez Vocalía Patrimonio

Francisco Chacón Almeda Vocalía de Juventud

Ana Chacón Quintero Vocalía Preparación Actos Litúrgicos

Juan Ortega Chacón Javier Torres Carmona

Juan Miguel Granados Morillo....................................................................................Pag.04

Fernando Chacón Giménez..............................................................................................Pag.05

Vivencias Miguel Ángel Jurado Velasco.........................................................................................Pag.06

A la Virgen de los Dolores Rvdo. Padre Don Juan Ropero Pacheco....................................................................Pag.08

La Hermandad a mediados del siglo XVIII Juan Ortega Chacón.............................................................................................................Pag.11

Guardando el Corazón Ana Chacón Quintero.........................................................................................................Pag.16

La Semana Santa de mi Pueblo Matías Jurado Chacón.........................................................................................................Pag.18

Recuerdos Manuel Chacón Berral........................................................................................................Pag.20

Conociendo Apascide Paco Chacón Rivas..................................................................................................................Pag.22

Yo le canto a la Virgen de los Dolores María Eugenia Ortega Cruz..............................................................................................Pag.24

Un Manto para la Virgen Antonio J. Maíz López............................................................................................................Pag.26

Membranzas de las cenas de la Cofradía en las Sectas Judaicas 2015-2016 José Ángel Chacón de la Torre........................................................................................Pag.28

Y brille para ellos la luz perpetua Fructuoso del Val de la Torre.........................................................................................Pag.30

Una mirada al pasado Javier Villafranca Muñoz....................................................................................................Pag.35

Vocalía de Procesión

José María Martínez Chía

www.virgendolores.es

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Marzo 2017

Revista bienal de la Cofradía Servita de Mª, Stma. de los Dolores de Puente Genil

Saluda del Presidente de la Agrupación de Cofradías y Corporaciones Bíblicas de Puente Genil

Saluda del Cofrade Mayor de María Santísima de los Dolores

L

a Virgen comunicó a Santa Brígida de Suecia (1303-1373):

“Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, más hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos. Por eso tú, hija mía, no te olvides de Mí que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete de que sean tan pocos los amigos de Dios.”

Quizás esos padecimientos y menosprecios existan, pero no en mi pueblo, no en la Cofradía de María Santísima de los Dolores, no en sus hermanos, no en sus familias, pues ellos, todos ellos, mantienen la compasión, el dolor y sufrimientos en sus continuos pensamientos, en sus sentidas oraciones. Pero este año, han apretado aún más, hay que recordar con alegría y nostalgia el Rosario de la Aurora celebrado por primera vez, por nuestra querida María Santísima de los Dolores.

Seguramente esta revista que sale a la luz, tendrá mucho que decir al respecto y mucho que aportar sus hermanos y cofrades.

Sobre todo aquellos que tuvieron la oportunidad de portarla a hombros. Por tanto mis felicitaciones y mi pensamiento en alto... ...Me quedo con algo más bello y quizás algo olvidado dentro de este magnífico momento. Me quedo con los instantes de hermandad que producen cada acto cofradiero… -quitando peso a sus dolores-; me quedo con las personas, que hacen posible desde las sombras, que todo salga a la perfección… -quitando peso a sus dolores-; me quedo con el silencio ensordecedor de un Santuario que observa a su madre preparada para visitar a sus hijos; me quedo con la valentía que habéis tenido por recorrer barrios con falta de momentos de penitencia, de oración y de predicación por sus calles… -quitando peso a sus dolores-. En resumen, me quedo con vuestra capacidad de trabajo y comprensión hacia el sentir mariano. Eso es lo que María nos pide a cada uno.

También me gustaría agradecer y creo que es algo evidente, la labor cofradiera que está realizando el Rvdo. Padre. D. Juan Ropero, con sus continuos ejemplos de cómo llevar “La Iglesia al pueblo y el pueblo a la Iglesia”, toda una bendición divina.

Quisiera no olvidarme de la junta directiva y su Cofrade Mayor a la cabeza, por su continuo respeto y saber estar con esta Agrupación, por entender que no hay caminos diferentes en nuestra Semana Santa, que el camino está allanado y bien asentado por cuantos hombres y mujeres nos precedieron. Que hay mucho que aportar dentro de nuestra vida manantera y cofrade, pero sin olvidar nunca ni los principios ni la idiosincrasia de nuestra Semana Santa.

E

stimados hermanos y hermanas devotos de María Santísima,

Es una satisfacción para toda la Junta de Gobierno y colaboradores y para mí editar un nuevo ejemplar de nuestra revista Alondras y Ruiseñores. En los dos últimos años hemos vivido muchos y buenos momentos que se recogen en esta edición y estoy seguro de que a los hermanos que no hayan podido disfrutarlos les va a gustar sentirlos a través de estas páginas.

En la Semana Santa de 2015, siendo Hermano Mayor Paco Chacón Parejo, tuvimos la suerte de celebrar distintos cabildos en el Cuartel de las Sectas Judaicas, donde vivimos grandes ocasiones de convivencia y hermandad; algunos, incluso, pudimos ver y escuchar de nuevo a nuestro querido Fray Enrique Chacón. Esa Semana Santa también revivimos aquellos agradables tiempos de descanso en casa de Paco Chacón en la calle Ancha.

Del año 2016, además de las diferentes actividades llevadas a cabo, como el tan esperado día de la Virgen de los Dolores en septiembre, quisiera recordar cómo engrandecimos la Imagen de nuestra Titular al exponerla por primera vez, y con motivo del quincuagésimo aniversario de su estreno, con el manto de procesión para su Besamanos el Viernes de Dolores... y, cómo no, el Rosario de la Aurora.

Os invito a que leáis y disfrutéis de los artículos y fotografías que se han recogido. Y a que cada vez que invoquéis a María Santísima de los Dolores, además de rezarle y pedirle, podáis volver a coger esta vuestra revista y recordéis que pertenecéis a una gran Cofradía que, año tras año, está pendiente de todos sus hermanos no sólo en los momentos alegres, sino, sobre todo, en los menos felices. ¡Viva María Santísima de los Dolores!

Fernando Chacón Giménez

Por último, mi más sentida felicitación al trabajo realizado en la Cofradía, a María Jesús Chacón, alma viva y rebosante de ejemplo, cabeza visible de una saga de grandes mananteras, y por su saber estar; a todos los que como ella, intentáis mantener vivo el ejemplo y educación recibida, a todos/as cuantos hacéis posible que esos siete puñales, esos siete dolores, serán solo aminorados con el recuerdo de María Santísima, en nuestras oraciones. Que Dios os bendiga.

Juan Miguel Granados Morillo

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Vivencias Miguel Ángel Jurado Velasco Hermano Mayor de Mª Stma. de los Dolores 2017

Fiel a su cita nos encontramos nuevamente con nuestra revista bienal y qué mejor manera de llegar a todos vosotros para transmitiros mi enorme satisfacción como Hermano Mayor de este año, donde se agolpan tantos sentimientos en mi corazón.

Revista bienal de la Cofradía Servita de Mª, Stma. de los Dolores de Puente Genil

de los Dolores es la estructura, que se mantiene erguida en el tiempo y que sirve de apoyo a nuestra Cofradía, sobre todo en estos tiempos que corren, donde se busca desacralizar todo.

Es muy importante que los jóvenes luchemos por nuestras creencias, valores y tradiciones y qué mejor manera que en el seno de una Cofradía, dando testimonio de fe.

Aunque a lo largo del año podemos disfrutar de varios actos en honor a nuestra titular, ha sido sin duda el Rosario de la Aurora el momento más significativo y entrañable para todos los que formamos esta gran familia. Tener a nuestra Madre tan cerca, portarla en

D

esde mi nacimiento he estado ligado a la Cofradía de la Virgen de los Dolores, siendo muchos los recuerdos que guardo en mi mente. Recuerdo en mi infancia con especial cariño como acompañaba a mi abuelo Miguel en el Triduo, porque así era como se denomina en mi casa a los cultos de Cuaresma en honor a Nuestra Titular; la colocación del manto y el montaje del paso; cómo guardaba mi padre durante todo el año en un cajón de madera la corona de la Virgen en su trastienda de la calle Aguilar; la llegada de la Virgen después de la restauración por Dubé de Luque. Pero hay un momento muy especial como el vivido cuando fue mi padre Hermano Mayor contando yo con la edad de 9 años, similitud que se produce este año conmigo y con mi hija Laura. Y es que en mi casa siempre me han transmitido mis padres el amor a la Virgen.

nuestros hombros para poder confiarle nuestras preocupaciones y encontrar en Ella el consuelo disfrutando de estar bajo su manto y así rezar, experimentando que la Virgen forma parte de nuestras vidas.

Que este Rosario nos valga de oración para dirigirnos a Ella, como un medio para crecer en el amor y de este modo María no dejará de interceder por nosotros ante su Hijo.

Este acto sin precedentes en nuestra historia nos debe de servir para entender que la Cofradía no es sólo un día al año, que hay que vivirla durante todos los días. Por eso os invito a

todos a contagiar a los demás a la participación en todas las actividades que se organicen y que se propongan muchas más para que la Cofradía se mantenga siempre viva y activa.

Agradecer a todos los que os implicáis con tanto cariño en colaborar, aportando ideas, con vuestro esfuerzo y tiempo en hacer grande la Cofradía.

Por último haceros un ruego: que pidáis a Nuestra Madre de los Dolores para que seamos capaces de mantener nuestra Cofradía unida, creciendo en la fe de Cristo para que seamos dignos servidores de todos los hermanos.

Mi vínculo a esta Cofradía además de ser por la rama familiar viene también de otra fuente, en este caso de amistad y hermandad, como es mi pertenencia a la corporación bíblica “La Reconstrucción de Jerusalén” y 1er Grupo de María Santísima de los Dolores, donde en este año también tengo la satisfacción de cumplir 25 años.

Si los cimientos de esta Cofradía residen en nuestros antepasados y mayores, el 1º 6

Antonio Jurado Chacón (Hno. Mayor 1984) junto a su hijo Miguel Ángel.

Miguel Ángel Jurado Velasco con su familia. Viernes Santo tarde 2016.

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Revista bienal de la Cofradía Servita de Mª, Stma. de los Dolores de Puente Genil

A la Virgen de los Dolores Rvdo. Padre Don Juan Ropero Pacheco Arcipreste de la Villa y Consiliario de la Cofradía

Aún conservo a flor de piel, a poco que retroceda en mi memoria hasta la mañana del 13 de noviembre, las vivencias tan emotivas y gratificantes que la experiencia de nuestro Rosario de la Aurora con la Madre de los Dolores me permitió sentir junto a sus cofrades. Me apreciaba uno más contagiado del fervor esparcido por las calles recién amanecidas, por el clamor de la plegaria que brotaba sincera de cada corazón de sus cofrades y devotos hacia la Madre. Una experiencia, sin duda muy gratificante.

H

oy, solo quiero traducir, en unas pinceladas, la actualidad del Dolor de la Madre para que sirva a nuestra consideración y nos anime a ser testigos ante nuestro pueblo del sentido profundo que encierra nuestra devoción a la Madre Dolorosa, titular y estandarte de nuestra Cofradía.

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Desde estas líneas, como consiliario, y párroco, como un hijo más de la hermandad, pido a nuestra Madre de los Dolores que no deje de proteger a tantos hermanos nuestros, de nuestro pueblo, que comparten con Ella el pan de la tribulación, el vino de la injusticia, los dolores que embargaron su corazón, para que,

ayudados con su gracia y confiando en la promesa que hiciera a Santa Brígida, sepamos alcanzar de su Hijo la suprema razón de nuestra existencia y sentido redentor del dolor.

“Una espada atravesará tu Corazón”, Madre. Profecía que pronunciara el anciano Simeón en el

momento de presentar a Jesús en el Templo. ¡Cuántos Cristos podemos presentar en nuestros templos, abrumados por el sufrimiento, rotos y desfigurados por la huella sangrante de la injusticia y pecado! Es tu espada de hoy, tu dolor presente. Nuestra razón de ser como “cofrades tuyos” no puede ser otra que dirigir la mirada a esos hermanos, que en nuestro pueblo, muy cerca de nosotros, viven, muriendo día a día. ¡Cuántas huídas a Egipto trascurren en nuestro entorno, en nosotros mismos! El mundo nos invita constantemente a evadirnos de la realidad suprema de una vida en plenitud. Nos ofrece, a cambio, la falacia de un simulacro de vida “centrada en una llamativa cotidianidad oferente y transformante, de falsas promesas, placeres caducos y contravalores soterrados, de la sociedad decadente que nos acecha”; preferimos dejarnos arrastrar por la corriente tenebrosa de una monotonía que esclaviza, relativismo, mediocridad y atractivo de la vida faraónica del poder, explotación, degradación y abatimiento, que acaba en muerte y destrucción del más débil, convirtiéndonos en esclavos sometidos a nosotros mismos, la forma más ruin de esclavitud. ¡Cuántos hermanos perdidos! ¿Podemos, cofrades de la Madre Dolorosa, permanecer inalterables ante esa espada que atraviesa el corazón de nuestras madres que ven cómo sus hijos se pierden en el mundo de la mentira, el placer, la droga…

lacra, esta, de nuestro mundo que nos merma y degrada? Hemos de ofrecer en nuestras cofradías un oasis, un remanso de paz, para una convivencia cargada de dignidad.

Cofrades de la Virgen Dolorosa, echamos una mirada a nuestro mundo, incluso el más próximo y nos encontramos a “Cristo cargado con la cruz”. Muchos Cristos; muchos, tal vez de los nuestros, que cargan cruces agotadoras que les hacen caer.

Necesitando: miradas de complicidad y consuelo, brazos de ternura y compasión, cirineos solidarios que compartan la carga pesada del sufrimiento que oprime y mata sin piedad.

Dolor inmenso de nuestra Madre en esa estampa del Vía Crucis: el encuentro con el Hijo Nazareno, arrastrando la Cruz de nuestro pecado, abrazado a ella hasta quedar cosido con los clavos de nuestra obstinación y odio acumulado; realidad de un mundo que no regatea esfuerzos por crucificar al Hijo que “pasó haciendo el bien”, “que cura nuestras dolencias”, “sana nuestra miseria”. Incluso consuela a las mujeres que lloran a su paso por la desesperanza de esos “otros hijos” que van perdiendo en las veredas de caminos errados que conducen a la perdición.

Ante este cúmulo de dolores de la Madre nuestra reflexión debe ir en la línea que marcara el papa a los jóvenes en uno de sus encuentros con ellos en un Vía Crucis: “Jesús con la Cruz nos enseña a dejarnos contagiar de su amor, nos enseña a mirar siempre al hermano

con misericordia, la Cruz nos invita – cofrades de la Dolorosa- a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de ellos y tenderles la mano. El papa nos pregunta, también a nosotros: en nuestro camino cofrade, al lado de María de Dolores, acompañando a tantos Cristos crucificados, queremos ser, Pilato, el Cirineo, las mujeres o Ella misma. Me pregunto, os pregunto: ¿nos falta valentía para ir contracorriente, para salvar la vida de Jesús? ¡Nos lavamos las manos! ¡Sí! Simplemente miramos para otro lado cuando la realidad nos incomoda y compromete. Tenemos la opción de ser el Cirineo, ayudar a Jesús con aquel pesado madero, o las mujeres que mitigan el sufrimiento, con sus lágrimas, bálsamo de consolación. ¡Qué grande es llorar con el que llora, ofrecer, simplemente el hombro a quien busca asidero a su pena! Ahí estamos acompañando a María en el tremendo dolor de su Vía Crucis. Ése ha de ser nuestro papel como hermanos cofrades de la Virgen de los Dolores.

Y así seremos creíbles. Así llenaremos nuestras calles de plegarias sublimes que elevan nuestros corazones al Señor de la Vida.

Porque, hermanos, la grandeza de nuestra fe es que la última palabra en este recorrido de sufrimiento, dolor y amargura de nuestro Vía Crucis personal, no la tiene la cruz y la muerte. La Vida compartida con la Madre es nuestra esperanza. Su sufrimiento en cada dolor va seguido del gozo correspondiente: participar de los frutos eternos de la Redención.

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A mi Virgen de los Dolores A ver cómo te lo explico…

A ver si puedo y acierto con las palabras precisas; a ver si meto los dedos en la herida que respira la sangre de un sentimiento…

Mi Virgen de los Dolores, voy a contarte un secreto, uno que llevo guardado entre la piel y los huesos y que nunca conté a nadie, por no saber si fue un sueño o el delirio de quedarme prendido en tus ojos negros.

Tú me estás viendo de pie, pero tu juro que tengo el corazón de rodillas y los labios en el suelo….

En la mañana del Viernes Santo, negro aún el cielo mientras temblaba una estrella desnuda en el firmamento, y en tus mejillas ardían de pura luz los luceros, quise mirarme en tus ojos para encontrarme por dentro…

Y tus ojos me mostraron el alma como un espejo, y recé sin decir nada, sin apenas yo saberlo…

Después el sol con sus rayos encendió la Cruz de acero de los Caídos y supe que tu dolor era fuego; que de los siete puñales que te están hiriendo el pecho, hay uno que está oxidado con mis pecados… Y es cierto que quise rezar y el alma guardó un profundo silencio.

Tú me estás viendo callado, pero te juro que quiero poner mi oración sincera sobre las alas de un verso…

Pero lo intento y no sé, por más que quiero no puedo…

Quiero hablar de tus DOLORES y de dolor enmudezco.

Y fue en ese mismo instante, fue en ese mismo momento que entendí que tus dolores van aliviando los nuestros.

Víctor Reina Jiménez Viernes de Dolores, 2016

Poesía original de Víctor Reina Jiménez, Pregonero de la Semana Santa 2015, dedicada a la Cofradía y recitada por su propio autor durante la cena de Hermandad del Viernes de Dolores de 2016.

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Revista bienal de la Cofradía Servita de Mª, Stma. de los Dolores de Puente Genil

La Hermandad de la Virgen de los Dolores a mediados del siglo XVIII Un documento del archivo episcopal data sus primeras reglas en 1769 Juan Ortega Chacón

En los “Apuntes Históricos de la Villa de Puente Genil” de los insignes D. Agustín Pérez de Siles y D. Antonio Aguilar y Cano (1874) se afirma, sin precisión documental, que la fundación de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno tuvo lugar en 1595, en la ermita de San Cristóbal, que era anterior a ella, situada a extramuros, en la que, al parecer, se integraba la Virgen de la Guía. Esta fecha ha sido cuestionada en determinadas ocasiones. En el V Congreso Nacional de Cofradías de Jesús Nazareno, celebrado en nuestra ciudad en 2014, el historiador Aranda Doncel, mediante algunos documentos procedentes del archivo del Obispado, pospuso, hipotéticamente, esta fundación a uno de los primeros años del siglo XVII, justificando su auge –hasta desplazar al santo titular- a raíz de la llegada (1622) de la soberana Imagen. (1)

D

e una u otra manera, parece evidente que su apogeo se debió, tanto al fervor devocional como al esplendor barroquizante de la procesión del Viernes Santo, con la incorporación de Figuras Bíblicas y rituales pasionistas, erigiéndose en cofradía troncal en la que se incorporaron, sucesivamente, los pasos de Nuestra Señora de los Dolores (llamada también “Soledad” sin que tuviera relación de la del Dulcenombre) así como San Juan, Magdalena y la Verónica, que conformaban e intervenían -como aún se mantiene en numerosos lugares en las escenificaciones (sermones, encuentros, mandatos …)- en esa procesión de la madrugada y en su mañana. Todo esto lo encontramos, documentado, en el libro de actas de la Cofradía de Jesús (desde 1640) con

alusiones y asientos en las cuentas, en referencias expresas a nuestra Titular.

La incógnita que siempre nos ha rondado es la de en qué momento –y si existió alguna motivación- nuestra Hermandad se emancipó de la matriz, adquiriendo notable preponderancia e incluso rivalidad, habida cuenta de no existir, al parecer, documento probatorio en las actas nazarenas.

Erigida como Hermandad fue elevada al rango de Cofradía en 1955, vinculándose, un año después, a la Orden Servita, que son sus credenciales actuales.

Una evolución similar a lo largo del siglo XVIII siguieron las Hermandades integradas en las otras tres Cofradías troncales de La Puente, diseñando el panorama de la Semana Santa que

encontramos a finales del XIX y comienzos del XX. Por ello hemos tratado de indagar, documentalmente, la Hermandad de la VIRGEN DE LOS DOLORES –por antonomasia- DE JESÚS, cuya advocación compartió, hasta los años cuarenta del pasado siglo, con la del “Convento” (Amargura) y Veracruz (Esperanza). Lo hacemos con el único argumento irrebatible para cualquier hecho histórico: Los documentos escritos.

El historiador, amigo y compañero, D. José Segundo Jiménez, fue el zahorí que nos puso en la pista al citar, aleatoriamente y de manera tangencial, un documento del archivo episcopal respecto a un pleito acaecido en nuestra Hermandad en 1772 del que se podrían hacer algunas conjeturas (2).

También al respecto, publicamos un 11

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artículo en la revista de la Agrupación de Cofradías de 2014, al cumplirse el tercer centenario del nacimiento del artista lucentino Pedro de Mena Gutiérrez, tan ligado a Puente Genil y a nuestra cofradía. (3) Al estimar que podía ser de interés para la Cofradía, decidimos abordarlo al completo en la fuente original (Archivo del Obispado) para lo que emprendimos las oportunas gestiones, abriéndose nuevas perspectivas al tener conocimiento de la progresiva digitalización de sus fondos. Se trataba de localizar, en su integridad, el documento relativo a la Hermandad de la Virgen de los Dolores de Puente de Don Gonzalo del año 1772, contenido en el legajo 43-nº 92. Puestos al habla con el Director Técnico del mismo (D. Juan Luis Arjona Zurera, al que agradecemos su diligencia y atenciones) al cabo de un tiempo, pudimos tener acceso en toda su extensión (Despachos ordinarios 7324/44). De dificultosa lectura, resulta enrevesado, farragoso y arcaico, para la mentalidad actual.

Un estudio riguroso, permitiría una valoración antropológica de la época que, por ahora, declinamos. Se halla contenido –reproducimos la portadaen un expediente compuesto por treinta y dos folios en los que se trata de la expulsión de un miembro de la Hermandad, describiéndose aspectos de su situación interna. Todos se hallan rubricados y diligenciados.

CONTEXTO HISTÓRICO Los hechos referidos ocurren en el reinado de Carlos III (17591788), -considerado como progresista y exponente del denominado Despotismo Ilustrado- protagonizado por Ministros de ideas avanzadas que provocaron motines populares y algunos enfrentamientos con la 12

Revista bienal de la Cofradía Servita de Mª, Stma. de los Dolores de Puente Genil (significativamente la del Rosario y Ánimas) sobre las de Pasión. Como prueba meridiana de que ya estaba emancipada es que aparece como “Hermandad de la Virgen de los Dolores”; aprobada por el “ordinario”; con dos fiestas anuales y unos gastos de 288 reales. La otra Dolores que aparece creemos que es la del “Convento”. En cualquier caso acredita su separación de la troncal, ya que tanto la de Jesús, como la de las “Cien Luces” se reseñan aparte y con mayor presupuesto.

Iglesia, pero con un evidente impulso en lo social y en la instrucción pública.

Todo ello en un país aún conmovido por el funesto terremoto de Lisboa (1755) que recibió con júbilo, en 1761 la Bula papal que nombraba a la Purísima Concepción Patrona de España. Aún faltaba más de un siglo (1878) para que Jesús Nazareno fuera nombrado Patrón de Villa.

intendente de Córdoba se lo encargó a “los justicias” de los pueblos. En el archivo Histórico Nacional, de La Puente de Don Gonzalo aparecen las vigentes en ese momento con su nominación, gastos, aprobación y fiestas (4). Curiosamente se puede comprobar el predominio, entonces, de las hoy denominadas de Gloria

Los mencionados historiadores locales tildan al siglo XVIII pontanés como de DE CADENCIA Y POBREZA, resaltando las continuas “riadas” (sobre todo la de 1781) soslayando el crecimiento demográfico advertido y, peyorativamente, el espíritu festivo. Ejercía de Alcaide Mayor D. Juan Garrido; como Alguacil Mayor D. Juan Francisco Del Pino y Escribano de Cabildo D. Pedro Luque Romero. Era Vicario de la única Parroquia (Miragenil pertenecía a la Diócesis de Sevilla) D. Juan Antonio García Valenzuela, que tuvo parte principal en el asunto que nos ocupa, junto a otros curas y beneficiados que también se citan. Actúa de Notario de la Villa, con continua presencia, D. Antonio de Molina y Andino. Todos avalan el documento con sus firmas.

Obispo Martín de Barcia.

Desde el punto de vista artístico, para cerrar el contexto, nos encontramos en los finales del Barroco que enlaza, en profusa continuidad y recargamiento ornamental, con el Rococó, considerado espurio por el incipiente Neoclásico. Sin embargo, por las singularísimas creaciones de los artistas lucentinos – prieguenses, es en este siglo cuando nos dejan las muestras más sobresalientes, sobre todo en la retablística, de nuestro patrimonio, incluido el retablo de Nuestra Madre.

En la Diócesis de Córdoba, tras el radical pontificado de Cebrián y el efímero de Solís, llegó el pacificador prelado MARTÍN DE BARCIA (1756-1771), que fue el que debió de aprobar las primeras Reglas de nuestra Hermandad, aunque en el momento de los hechos era “sede vacante”.

Un año después, en 1773, el Conde de Aranda ordenó un CENSO de las cofradías y otras entidades “de todos los Reinos de España”, por lo que el

UN PLEITO INTERNO REVELA DATOS TRASCENDENTALES Y RATIFICA AUTORÍAS Solapando otros aspectos, aunque sean de gran interés, vamos a concretar los que convienen para el conocimiento de la Cofradía y de la propia Semana Santa. Quizás convenga precisar que los términos Cofradía – Hermandad, aparecen como sinónimos; el de HERMANO MAYOR, revestido de la máxima autoridad por el Obispado y elegible. También los de Secretario y Mayordomo, aunque con funciones distintas. Como constitución y palabra legal de ejercicio: REGLAS. El objeto medular del asunto es, aparentemente, intrascendente: El ocho de marzo de 1772 el Hermano Mayor (Antonio de Ortiz) convoca un Cabildo para elegir a su sucesor, al que no asiste el Secretario (José Sotero de Martos). En él se afirma que es por no devolver 690 reales y 33 maravedises que debía en las arcas de la Hermandad.

Se eligen como nuevos cargos a Juan de Ortiz (primo del anterior) y a Andrés de Arcos, levantándose acta con la presencia del Vicario (Juan Antonio García Valenzuela) que se remite al Provisor del Obispado. El General de la Diócesis la aprueba, excluye a Sotero de Martos y exige, en seis días, la devolución del dinero. El asunto

se encona, tremendamente, al no aceptarlo los afectados, que convocan un nuevo Cabildo en la ermita de San Cristóbal (es como aparece en todas las citas del documento): “… con ruido de campana y a voz de ciego por las calles”, con la presencia del propio Vicario Valenzuela y el Notario de la Villa Antonio de Molina. Al reclamar el propio Sotero y un anterior Hermano Mayor (Ramón del Hoyo) se provoca un enorme tumulto con enfrentamientos entre los partidarios de unos y otros y duras acusaciones, con intervención incluso de la Alcaldía por el Escribano Mayor del Ayuntamiento. Buscando la pacificación, ya que era en tiempo de Cuaresma, “…mirando el santo tiempo en que están” tiene lugar (el cinco de abril en la Capilla de las Ánimas de la Purificación) otra junta en la que se leen los Decretos del Gobernador y Provisor. Con la intervención del Conciliario se demuestra que el dinero, empleado por Sotero de Martos fue para el pago del retablo de Mena, lográndose la reconciliación: “…el uno con el otro y el otro con el uno se dieron las manos y desterraron todo odio, abrazándose” (…) “sin que se vuelva a haber más enemistad” (…) “ con las debidas gracias a María Santísima de los Dolores”. Así lo ratificaron el Vicario y el Notario…

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Alondras y Ruiseñores O sea, con el corazón en la mano y la especial manera de resolver los conflictos en Puente Genil ya en esas fechas. Aquel Viernes Santo, Nuestra Madre, reluciría con el cariño renovado de sus hijos.

DATOS REVELADORES DEL DOCUMENTO Vamos a consignar, por separado, los tres asuntos documentales, de carácter histórico que se destacan en el largo y enrevesado pleito. Optamos, tras una paciente y onerosa lectura, por ofrecerlos “traducidos” al léxico actual, aunque anexos se reproducen originales: NUMERO DE HERMANOS Y PERTENENCIA – En el folio nº 4 se cita que la Hermandad estaba compuesta por DOSCIENTOS SETENTA HERMANOS, número que consideramos elevado, habida cuenta de que la población por aquellas fechas sólo sobrepasaría los dos mil habitantes (el primer censo oficial de 1887 arrojaba 10.462 hab.). Al tratar de las cuentas se detalla que pagaban SIETE REALES Y MEDIO al ingresar, que se no antoja cantidad crecida para la época.

REGLAS DEL AÑO 1769 – Aunque parece aludirse a unas provisionales anteriores (recuérdese que la peana primitiva, que hoy conserva en su camarín el Señor de la Humildad, es de 1759) seguramente al emanciparse la Cofradía de Jesús, en el folio nº 13 se afirma taxativamente: “Con arreglo a las actas que esta Hermandad conserva en forma de REGLAS, LAS CUALES HIZO EN EL AÑO DE MIL SETECIENTOS SESENTA Y NUEVE en donde previenen, que convocados quince o veinte hermanos en uno de los Domingos de Cuaresma …”.

No existe pues duda respecto a las fechas.

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Revista bienal de la Cofradía Servita de Mª, Stma. de los Dolores de Puente Genil REALIZACIÓN Y AUTORÍA DEL RETABLO DE LA VIRGEN – El caballo de batalla del pleito y consecuente enfrentamiento, es la presunta sustracción por parte de Sotero de Martos (Secretario), de una cantidad de dinero que, al final acredita, mediante el recibo correspondiente, que fue para pago del retablo en que se venera la Virgen, seguramente como finiquito, lo que concuerda con la fecha de ejecución (hacia 1770). Así en el folio nº 3, uno de los litigantes (Ramón del Hoyo, que había sido Hermano Mayor) afirma: “… a solicitud mía por medio de limosnas que pedía a los devotos hice de un camarín (sec) que sólo tenía la Imagen (…) entrega de DOS MIL QUINIENTOS REALES a fin de año” (…) “delante de la Hermandad dos mil doscientos como consta en los libros (…) que las Reglas mandan que estén en las arcas”

Ignoramos el importe total del magnífico retablo. Es probable que esta cantidad que se cita sea “la parte principal” del pago y que los “seiscientos noventa reales y treinta y tres maravedises” que se reclamaban a Sotero fueran deuda aplazada. De lo que no hay duda es de la autoría artística ya que en el folio nº 27 se lee: “ y después sacó la carta de recibo (694 reales) de D. PEDRO DE MENA tallista de la ciudad de Lucena que HA HECHO el referido RETABLO”. Esto fue leído “… en altas e inteligibles voces” por el Escribano Mayor (D. Pedro de Luque). Acreditado lo cual fue repuesto en su cargo.

En resumen, de este documento podemos establecer como argumento principal que la hoy Cofradía de María Santísima de los Dolores se pudo erigir como Hermandad independiente en torno a 1750 por lo que, consolidada y en continuo auge, se le otorgaron REGLAS definitorias en 1769, de lo que D.M. se cumplirán DOSCIENTOS CINCUENTA AÑOS el próximo ya, Año del Señor 2019, que justificaría, gozosamente, cumplida celebración.

NOTAS:

(1) ACTAS V CONGRESO NACIONAL COFRADÍAS JESÚS NAZARENO –J. Aranda Doncel- 2015- Excma. Diputación Provincial

(2) ANTROPOLOGÍA CULTURAL PUENTE GENIL I -José S. Jiménez Rodríguez- ANZUR Vol. XIV – 1981

(3) ORTEGA CHACÓN, JUAN – “La Cofradía de la Virgen de los Dolores y la obra de Pedro de Mena” -2014 (4) Los datos se los debemos a un documentadísimo trabajo publicado por D. EMILIO REINA GIMÉNEZ – Revista de Semana Santa de 2011- Agrupación de Cofradías (pag 36-37)

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Guardando el Corazón Ana Chacón Quintero

Revista bienal de la Cofradía Servita de Mª, Stma. de los Dolores de Puente Genil

Y uno de los momentos que requiere delicadeza y un riguroso protocolo en los pasos a seguir, es la hora de guardar el manto. Y para que quede constancia escrita y atendiendo a las cuestiones que surgen esa mañana de cómo, por dónde, etc., y mediante imágenes que tomé en la mañana del Sábado Santo de 2015, describimos el proceso:

Ll

ega una nueva mañana de Sábado Santo y escucho a mi padre levantarse temprano, ya despierta me acerco y le pregunto, aún sabiendo la respuesta… “¿Vas a Jesús?”..., “voy contigo”.

Así empieza la liturgia que recuerdo desde hace unos 25 años aproximadamente, de ese día después de que la Virgen de los Dolores haya paseado espléndida por las calles y rodeada de todos sus hijos, acompaño a mi padre a desmontar el paso y devolver a su camarín a Nuestra Madre.

Colocando la tela sobre la que se se lía el manto en el suelo del salón parroquial.

No importa que hagas más o menos, porque como casi siempre, si no lo hace él o lo haces como él dice, aunque sea igual, no está bien hecho. Pero lo importante es estar allí en esos momentos, llevando y trayendo herramientas, cubos, de recadera con vé a por esto, tráete aquello..., o simplemente siendo la transmisora de cuitas entre unos y otros, solo por el simple hecho de escuchar relatar a Paco Chacón y para terminar con unas risas. Esas risas que se lleva Nuestra Madre al camarín y que guarda en su corazón.

Al tiempo que se nos hace a todos más llevadero el hecho de que es el momento en que todo se desmonta y se guarda, con el máximo cuidado y mimo para que el próximo año vuelva a salir María Stma. de los Dolores a iluminar las calles de Puente Genil.

Desdoblando el manto y colocándolo sobre la primera tela.

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En relación a éstos mis recuerdos, y con motivo del Rosario de la Aurora, un Hermano de la Cofradía en el Cabildo, animó a que todos los que pudieran no perdieran la oportunidad de poder acercarse con sus hijos cuando se está haciendo algún preparativo, arreglo, cambio, etc.. Ya que él vivió esa sensación de lo que es involucrar a los pequeños en el amor hacia Ella y despertar esa devoción y respeto, que los hará crecer y madurar en la fe y la amistad. Y con su permiso suscribo la respuesta de sus hijas a la pregunta de cómo se lo pasaron durante el Rosario de la Aurora y el día previo de organización en el que estuvieron presentes…”¿Papá podemos hacer esto todos los días?”.

Estirando el manto y colocando sobre el mismo sobres con tabaco para evitar la humedad.

Poniendo una nueva tela sobre el manto para proteger el bordado y empezar a liar el carrete.

Liándolo en el carrete y evitando las arrugas.

Una vez liado, cogemos las telas con imperdibles para evitar que se deslíe.

La maniobra que requiere sacar del salón parroquial el carrete sobre el que está liado el manto.

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La Semana Santa de mi pueblo Matías Jurado Chacón

D

esde los 9 años, ahora tengo algunos más, por razones escolares o profesionales he estado gran parte del año y de forma habitual fuera de mi querido pueblo. Cuando he vuelto en momentos diferentes del año, en Navidad, verano o durante la Semana Santa, para ver a la familia he vivido experiencias muy distintas según cada una de las épocas mencionadas. Con el trascurso de los años mi nostalgia cuando voy al pueblo ha sido cada vez mayor. Mis amigos, mis primos, mis conocidos, etc. ya no están o al menos no los veo o no coincido con ellos. ¿Dónde estarán?, ¿cómo estarán? y sin poder evitarlo la emoción me embarga y tengo que tragar unas cuantas lágrimas que solo Dios y yo sabemos lo amargas que me saben.

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Revista bienal de la Cofradía Servita de Mª, Stma. de los Dolores de Puente Genil Y ¿qué hay de mi viernes de Dolores? Aún recuerdo, cuando todavía era muy pequeño, a mi abuelo Joaquín Chacón Crespo, que vivía en la calle Madre de Dios, en el proceso casi ceremonial de ponerse la túnica y demás atuendos para ese día.

Alfileres en un sitio o en otro de la túnica para que según el movimiento de la cabeza el capillo permaneciera en su sitio, zapatos brillantes, colonia por todos lados, etc. Yo no alcanzaba a imaginar la trascendencia de aquello. La trascendencia de ir acorde con la importancia del evento, la responsabilidad de continuar fielmente con una tradición de sus padres y de toda una familia, extensa por cierto en aquella época, y un sinfín de cosas más que estarían en su corazón. Años antes de morir me dejó en herencia el

cinturón y el escudo de la Cofradía que le había bordado su madre y también su bastón que sólo utilicé una temporada hasta que acordamos que sólo la “plana mayor” debería llevarlo y los demás ¡a alumbrar a la Virgen! Él sabía que lo dejaba todo en buenas manos. Espero estar siendo digno nieto suyo al menos en esta tradición.

También querría recordar muy brevemente mi experiencia también inolvidable durante el Miércoles Santo, de la mano de mi padre acompañando a nuestro Padre Señor de la Humildad y Paciencia. Me embargaría demasiada emoción extenderme en detalles.

Cuando alguna vez repaso las fotos de aquella época, y que mi madre como muchas otras pontanenses guarda en un latón de carnemembrillo, me

vienen a la cabeza y al corazón muchas razones para el agradecimiento a nuestros antepasados que supieron impregnarnos de esta tradición tan nuestra por sus peculiaridades vivenciales en el terreno de la amistad, de la piedad, de la alegría en un tiempo propio para la penitencia, y de tantas cosas más que sólo los del pueblo podemos sentir. Dios quiera que con el devenir de los tiempos no se pierda la esencia, no se adultere su contenido y se enriquezca con esa imaginación sin orillas de la gente de nuestro pueblo. ¡Viva la Semana Santa de Puente Genil!, ¡Viva la Virgen de los Dolores y los hermanitos que la llevan!, ¡Viva mi pueblo!

Pero amigo mío ¡qué distinta ha sido la experiencia de la Semana Santa! y eso que durante muchos años, al menos a mí me parecieron muchos, no pude ir a mi pueblo en esas fechas.

En Semana Santa el pueblo se pone a rebosar, no cabe ni un alfiler en las calles, ni en los bares, ni en el recorrido oficial de los pasos. Por la calle puedes ves muchas caras distintas, a unas pocas las reconoces, a otras tratas de identificarlas por la pinta, a la mayoría no las conoces. Nada extraño, el pueblo se ha ido haciendo cada vez más grande y sobre todo el cambio generacional ha superado las expectativas emocionales de uno. Parafraseando la famosa canción del “Reloj”, me gustaría que se hubiera detenido el tiempo, que se hubiera hecho perpetuo, para revivir aquellas emociones que me envolvieron en la infancia y en la adolescencia. No quiero decir que aquello de “cualquier tiempo pasado fue mejor” sea mi preferencia vivencial sino que, por las razones que al principio mencionaba, yo me quedé en hace muchos años atrás en estos menesteres de estar, vivir, en mi pueblo y sus cosas.

Sin embargo es tanta la fuerza vivencial y emocional de estos días que casi, no me atrevo a decir que totalmente, me vuelve a retrotraer en el tiempo y poder disfrutar con intensidad del pasado y del presente.

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Recuerdos

A la Virgen de los Dolores Manuel Chacón Berral

En recuerdo del sacerdote pontano devoto de María Santísima, D. José María Campos de Cisneros

Hermanos tengo 47 años, y mi primer recuerdo de la Virgen de los Dolores es de hace unos 40 años, ya que por avatares de la vida, mi padre era militar y deambulaba por España en aquella época.

P

ero se hizo el milagro, y en el año 1977 mi padre, Manuel Chacón Velasco, llegó destinado a Córdoba, con la suerte de que nos fuimos a vivir un año a Puente Genil, a su piso que tenía y aún tenemos, en el tropezón.

Recuerdo que cursé un año en el Colegio Agustín Rodríguez, por la cercanía a mi casa. Y allí transcurría ese feliz año, el cual cuando llegó la Semana Santa, no sé si por arte de magia, aparecieron dos túnicas de la Virgen de los Dolores, creo yo que averiguadas o bien por mi padre, o bien por mi abuelo paterno Manuel Chacón Crespo, manantero hasta la médula y servidor de esta Cofradía.

Todo transcurrió muy deprisa, pero el Viernes Santo nos presentamos mi hermano José Francisco y yo, a la hora de la Diana y seguro que acompañados de mi padre y abuelo en nuestra queridísima Ermita, para escuchar los bellos acordes y procesionar con nuestra queridísima Madre Dolorosa.

Aún recuerdo los sones de la Diana, hermosos y libres como aquella mañana de abril, entre vivas y aplausos del gentío. Y como el palpitar de mi corazón, se aceleraba en un tic tac. Era un niño al que todo le sorprendía. Casi sin darme cuenta, ya habíamos bajado por la calle Linares y estábamos en Santa Catalina, momento en que el Imperio Romano, hacía acto de presencia, y con el son de sus melodías inundaban todo mi ser.

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Virgen la más bella, de dolor transida; llena de misterio y virginal encanto; mi dolor se une a Tu quebranto y con el amor quiero mitigar Tu cruel herida.

Fuiste, al pie de la Cruz, de amor crecida; cayó en Tus brazos, Jesús, Tres veces Santo; brotó de Tu corazón profundo llanto, al ver, muerto de amor, la misma Vida.

Veo, de Tu semblante, la alegría huída, y Tu mirada llena de angustia y doloroso espanto.

Cubra, a tus devotos, Tu azulado manto, y a sus pesares dé, en Tu corazón cabida.

Transcurría la calzada, y ya en la calle Ancha, casi en un abrir y cerrar de ojos estábamos parados en la puerta de casa del tío Paco Chacón.

Es ahí donde los chiquillos corríamos de un lugar para otro, jugando con la cera de los cirios, que apagados aún humeaban, metiéndonos debajo del manto de nuestra queridísima Virgen de los Dolores.

Es cuando recuerdo a mis primos, Pampi, Jesús, José Angel y Mariano corretear casa adentro, junto con mi hermano, y comer las magdalenas y ochíos que allí nos tenían preparados, mientras que nuestros mayores tapeaban y daban buena cuenta con el vino que allí les servían, entre saetas y cánticos mananteros.

Apareció como de la nada, el Imperio Romano, entonando el “Stabat Mater” a nuestra Virgen, y miraba las

caras de nuestros mayores, las cuales perplejos reflejaban la solemnidad del momento, esos en los que en nuestro silencio interior embargaban nuestros corazones y nuestras almas.

Luego, y cuando quería acordarme, estábamos pasando el puente de Miragenil, y regresando a mi casa para comer y afrontar la tarde, quizás ya con alguna llaga en los pies, pero disfrutando de todo lo que acontecía.

Viva mi esperanza, siempre, en Tí escondida; promesa que anima mi ferviente canto; entre flores y cirios te amé tanto, que mi Alma sea una llama de amor, siempre encendida.

Campos de Cisneros, José María. Antología Poética “Flores del Alma”.

Asociación Cultural “Amigos de Puente Genil”. 1996

Ya después de la comida y casi sin tiempo por estar más alejado de Miragenil, regresábamos andando y comenzaba la subida por la cuesta Baena, que casi en volandas y por el entusiasmo de un niño, estábamos en nuestra sagrada Ermita. Llegando el final de la jornada, entre vivas y cánticos, acordes romaniles, y abrazos fraternales, y ya con la mente en el año próximo.

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Revista bienal de la Cofradía Servita de Mª, Stma. de los Dolores de Puente Genil en las zonas exteriores. Los cajones tienen tiradores de distintas formas. Los cabeceros de las camas tienen relieves diferentes.

Los servicios de chicos tienen azulejos con relieve distinto del de las chicas... todo está pensado para ellos.

Conociendo Apascide Paco Chacón Rivas

“La medida del amor es amar sin medida”, ésta es la frase de San Agustín que contiene un azulejo de un pasillo del Centro Santa Ángela de la Cruz, centro que depende de APASCIDE. Un lugar que pudimos conocer al hacer entrega, en nombre de la Cofradía, de parte del donativo recogido el Viernes de Dolores, compartido con Cáritas Parroquial.

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l centro está situado en la provincia de Sevilla, en el término municipal de Salteras, es un lugar que se encuentra rebosante de luz, vida, alegría, paz y amor. Durante la visita nos acompañó nuestra hermana Dolores Romero Chacón, madre de Inés una joven con sordoceguera y Presidenta de la Asociación Española de Familias de Personas con Sordoceguera (APASCIDE).

Este centro fue fundado en 2010 y es el único de España para sordociegos. La financiación del centro la llevan a cabo mediante concierto con organismos públicos, donativos de familias y entidades privadas. En el mismo, conviven diariamente 45 personas con sordoceguera, unos residen allí y otros sólo acuden al centro de día para los talleres y realización de las numerosas actividades que llevan a cabo.

El Centro Santa Ángela de la Cruz se encuentra dotado de todo lo necesario y está adaptado hasta el más mínimo detalle. Recorriéndolo apreciamos que hay señalizaciones en las puertas que indican qué hay al otro lado. Los pasillos tienen pasamanos y son amplios, para que puedan desplazarse con la mayor autonomía posible. Los suelos tienen relieves y diferentes texturas para orientar a los residentes. Hay plantas de olor en distintos puntos que orientan

Organización de los talleres del Centro Santa Ángela de la Cruz.

Dolores Romero Chacón muestra los exteriores y el espacio para las terapias ecuestres.

Todos y cada uno de ellos requiere atención personalizada. Para muchos la sordoceguera será algo desconocido, pues bien, se trata de una discapacidad que resulta de la combinación grave de dos deficiencias sensoriales (visual y auditiva), lo que hace que tengan problemas de comunicación y dificultad para percibir de manera global, conocer y desenvolverse en su entorno. Pero esta asociación y todos sus profesionales hacen que las vidas de estas personas cada día sea un poquito mejor y más fácil.

In situ pudimos ver como cada residente está acompañado de un profesional, con el que se comunica a través de lenguaje de signos y lenguaje de signos apoyado, y esto solo sería suficiente para explicar por qué hace falta tanto personal en el centro.

Pero no solo se trata del lenguaje, sino de la comunicación de forma global, ya que algo que para cualquiera de nosotros resulta tan normal y sencillo como comunicarte con los que te rodean, para ellos es todo un mundo de complejidad y confusión. Es por ello que las personas sordociegas se encuentran en una situación de alto riesgo de aislamiento y de soledad.

Con el trabajo diario y de la mano de voluntarios y profesionales especializados, descubren cosas nuevas y adquieren habilidades de la vida diaria a través de talleres como cerámica, mimbre, cocina, informática, cuidado de un huerto ecológico, actividades físicas al aire libre, etc.

Como asociación APASCIDE realiza una labor encomiable, tanto de apoyo a las familias como con las personas que atienden a diario con sordoceguera, siendo sus manos los ojos y oídos.

De izq a dcha: Paco Chacón, Rosario Chacón, Ana Chacón y Dolores Romero en el momento de la entrega del donativo.

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Yo le canto a la Virgen de los Dolores...

María Eugenia Ortega Cruz Directora del Coro Virgen del Amor de Puente Genil

F

ue hace unos años, no recuerdo bien el año exacto, quizás porque ocupo la memoria con otras cosas que son vitales para mí. Hay quien me pregunta cómo soy capaz de retener tantos tonos, voces, armonías y letras. No lo sé. Quizás porque no guardo otros datos que pudiesen tener más importancia para cualquiera. El caso es que se puso en contacto conmigo mi amigo de la infancia Fructuoso del Val, para proponerme que el Coro Virgen del Amor, mi coro – y el de Fructu – interviniese en la Función de la Virgen en septiembre. En aquel momento la alegría y la responsabilidad brotaron... ¡Iba a reencontrarme con la Virgen!

Preparando el repertorio, que debía ser del gusto de todos y no salirse de los cánones, ya que era imposible acercarse a la excelencia de la Schola Cantorum y de sus coplas, me tropecé con una plegaria que desde entonces se ha convertido en “la coplilla” más saboreada y celebrada por tantos buenos hermanos y familiares con los que hemos compartido algunos años la Función en la Parroquia de Jesús Nazareno. Y es que la letra (originariamente plegaria a la Virgen del Rocío del coro de Triana), a la que hubo que hacer unos retoques, parecía inspirada en Nuestra Madre.

“Yo le canto a la Virgen de los Dolores, alegría de tantas generaciones Al misterio de su rostro, mezcla de mar y de flores, a su serena belleza, inspiración de canciones.

A su mirada tranquila siempre mirando “pal” cielo, a la gracia de su cuerpo, a su boquita de cielo.

A su panal de dulzura, a su dolor sin consuelo, a la corona que llevan golondrinas en su vuelo.

Le canto a la Madre eterna, a su carita de cera bonita como ninguna, brillante como una estrella.

Está sin mancha su alma y es tan clara su pureza que hasta el Espíritu Santo se prendó de su belleza.

Alondras y ruiseñores van cantando por el cielo que son míos tus DOLORES.”

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Recién pasado el histórico y extraordinario Rosario de la Aurora del pasado 2016, al que gustosamente asistimos junto a los hermanos del coro con el incansable Rafa Sánchez a la cabeza, gracias a la invitación de nuestro gentil Cofrade Mayor Fernando Chacón, mi prima Chica, tan cariñosa y hormiguita de esta entrañable Hermandad, me lanzó la propuesta de escribir unas líneas para esta exquisita revista.

Ha tenido confianza y mucha paciencia conmigo ya que tardé tiempo en corresponder a su petición. Desde mediados de noviembre me dedico plenamente a los villancicos, a mis niños del Cole y a mi Coro del alma. A la tradición de cantar a la Navidad que me corre por las venas desde que tengo uso de razón y que, en cierto modo, heredé de mi genial Maestra Mari Julia Peláez, esposa de nuestro querido tío y hermano de la Virgen, melómano y cantor de la antigua Schola, Antonio Chacón Cáceres. Bajo su dirección recuerdo haber cantado en Jesús las misas de las Comuniones con el, tristemente desaparecido, coro del Colegio Pemán.

May y su sobrina Isabel en el Rosario de la Aurora.

Durante aquellos primeros años de mi infancia y temprana juventud, muchas noches, a la tenue luz de los

farolillos, he cantado con algunos amigos tiernas canciones al azulejo de la Virgen... Y han sido muchas las madrugadas que acompañaba entre sueños, intentando sacar la segunda o tercera voz, “Alondras y ruiseñores” que entonaban los hombres de algún cuartel durante la Cuaresma...

Cuando aquel pasado domingo de noviembre de luto, la Virgen recorrió las calles a los sones de un grupo de cantores llamados por la devoción, la historia de mis antepasados removió mi alma. Y supe, al contemplar a mi sobrina y ahijada Isabel tocando el triángulo, que era el compás de la sangre y del corazón el que marcaba el pulso de las Coplas del Rosario. Y como escribió mi adorado padre se cumplió aquello que proclamó: “... y es como un soplo divino, la tradición se renueva”.

Que nuestro Bendito Nazareno me guarde muchos años la voz para poder CANTAR A MI VIRGEN DE LOS DOLORES.

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Un manto para la Virgen Antonio J. Maíz López

En los primeros años de la década de los sesenta del pasado siglo XX, las Cofradías y Hermandades de nuestro pueblo comenzaban lentamente a resurgir de un periodo de decadencia en el que estuvieron sumidas debido a la triste época de la posguerra. En los sucesos acontecidos durante la Guerra Civil, las Cofradías fueron gravemente perjudicadas en su actividades de culto, pero sobre todo en su patrimonio artístico y documental.

P

oco a poco, con mucho sacrificio y con más corazón que medios, fueron saliendo de esa época de pobreza, en la mayoría de los casos, gracias a familias benefactoras y devotas de Cristo y María. En los años cuarenta surgieron cofradías como la de Ntra. Sra. de la Amargura, la de Ntro. Padre Jesús Preso o la de María Santísima de la Esperanza; se fueron reformando pasos que adquirieron mayores dimensiones y nuestras sagradas imágenes fueron aumentando su ajuar de vestimentas y piezas de orfebrería.

Besamanos del Viernes de Dolores 2016.

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Revista bienal de la Cofradía Servita de Mª, Stma. de los Dolores de Puente Genil con una magnífica corona realizada en Córdoba por el afamado joyero Francisco Díaz Roncero en 1941 y estrenada en la Semana Santa de 1942; y con un corazón pectoral traspasado por siete espadas de plata, siendo ésta la única pieza patrimonial que se salvó del expolio de 1936. El paso de la Virgen para su solemne procesión se realizó entre 1952 y 1954; ampliándose en 1957 los varales del paso a un total de doce piezas siguiendo la traza y el diseño de los 6 originales, también se realizó la candelería de cuarenta piezas y candelabros de cola. El palio es de malla siendo diseño del entonces mayordomo D. Manuel Chacón Melero y bordado por las RR.MM. Adoratrices de la cordobesa plaza de San Pedro.

Aunque los pasos de palio de nuestras dolorosas sean obras que difícilmente se pueden determinar concluidos, ya que siempre están sujetos a mejoras, sustituciones, reformas o restauraciones, podemos afirmar que la Cofradía de Mª. Stma. de los Dolores puso “la guinda” a su genuino paso de palio con el majestuoso manto de cola azul prusia. Fue en una junta extraordinaria celebrada en el Casino Mercantil el 15 de Mayo de

1955, cuando se comienza a fraguar la idea de sustituir el manto existente por otro mejor, de mayores dimensiones y más digno de la Madre de Dios, para la que, según el acta, los hermanos de su Cofradía, siempre quieren y desean “lo mejor”. Comienzan unos años en los que la Hermandad se ve inmersa en un ilusionante y apasionante proyecto, se consultan diseños, se visitan talleres, se estudian presupuestos y poco a poco va tomando forma la idea.

Casi de forma paralela al proyecto, en el año 1960 llegan a Puente Genil la Reverendas Madres Filipenses, implantando un sistema de jóvenes internas a las que fueron enseñando actividades hogareñas propias de la época como bordar, coser, leer, escribir,etc… Fue entonces cuando se llegó a la conclusión de que no habría mejores manos que las de las religiosas de dicho convento y las de las jóvenes féminas de nuestra localidad para realizar tan loable labor de bordar el manto de la Madre de Dios.

Seis años después, en la Semana Santa de 1966, la Santísima Virgen de los Dolores estrenó su impresionante y magnífico manto de terciopelo azul bordado con hilos de oro. Para

su realización fueron precisos más de dos años de trabajo, siendo esta labor realizada bajo la dirección de la Madre Natividad. El diseño presenta gran variedad de motivos vegetales dispuestos simétricamente que parten de una raspa central y en la que aparece, también centrada, el anagrama de María tocado con corona real. Una pieza artística que llegó para enriquecer el patrimonio de esta Hermandad Servita de María Santísima de los Dolores y por consiguiente de nuestra Semana Santa, siendo motivo de gran admiración por parte de todo el pueblo de Puente Genil y su comarca.

Como exponía al comienzo del artículo, muchas de estas grandes obras fueron posible gracias a personas o familias devotas de Cristo y María, personas de gran corazón, inmensa fe y “acrisolada piedad”, como así lo fue D. Joaquín Chacón Yerón, hombre bueno al que conocían como persona generosa, humilde y ejemplar y que recibió el título de Hermano Mayor Honorario en el Viernes de Dolores de 1967 (17 de marzo). Gracias a él y a su queridísima esposa, Dª Carmen de la Mata, la Stma. Virgen de los Dolores luce esplendorosamente cada Viernes Santo su rico manto de cielo y oro.

La Virgen de los Dolores tampoco quedó exenta a los expolios de la barbarie y la sinrazón, siendo gravemente damnificada en sus enseres y patrimonio. Ello supuso un gran esfuerzo para la Cofradía que, durante los años cuarenta y cincuenta, fue reponiendo casi la totalidad de lo destruido. Así, a principios de los años sesenta, llegó a contar con una rica saya de terciopelo grana con bordados en oro quizás procedentes de piezas anteriores a la guerra y un manto de color negro bordado en oro, siendo ambas piezas obra de talleres valencianos y estrenados en 1941; 27

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Membranzas de las cenas de la Cofradía en las Sectas Judaicas 2015 y 2016 José Ángel Chacón de la Torre

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l Viernes de Dolores 2015, 27 de marzo, en la Corporación Bíblica Las Sectas Judaicas y Discípulos de Emaús se inició la cena de hermandad con un recuerdo para Fray Enrique Chacón Cabello, recientemente fallecido.

Tras entonarse el Stabat Mater, Rafa Rivas y Pedro Sillero “cubrieron” de nardos y azucenas a Nuestra Madre. “Servir a María es reinar” introdujo Sergio Velasco rogando a Manuel Reina que, al estar en la que fue casa del Imperio Romano -antaño “pajizos y coloraos”-, contara vivencias de aquella época. Manuel recordó que en aquel granero de Fernando Estrada celebraban su Semana Santa, y cómo

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en la riada del ‘63 la Soledad durmió en los “cristalitos” porque la ermita del Dulce Nombre se había derruido.

Rafael Chacón Chacón inició su ronda de cuarteleras con “Mirarte a los ojos no puedo, ni tampoco al corazón; ay mi Virgen de los Dolores, a la que rezo con devoción”.

Sergio Velasco añadió: “La fe en Cristo y de ahí la alegría: debemos dar la cara por Jesús en las Cofradías”, lo que corroboró D. Joaquín Zurera Ribó OFM, del Convento gaditano de San Francisco, predicador de los cultos: “O pringamos o estamos engañando, hay que mortificarse un poco y la Cuaresma es mortificación. Tenemos un tesoro, pero como no lo reactivemos, mal

vamos. Aquí nos contagiamos unos de otros y si no, nos quedaremos con la nostalgia de lo que fueron nuestras Hermandades”.

Brindis por los hermanos que se fueron y nos dejaron tanta fe: “…Y cuando las puertas de la Eternidad se abran y den paso a mi cadáver tras la losa funeraria, y no pueda verte más hermosa Virgen santa, ni escuchar tu campanita el Viernes Santo de mañana, entonces de las tinieblas del mundo salva mi alma y vuele contigo al cielo como vuela mi plegaria”.

Disfrutamos de las buenas voces de Julio Ortiz, de Ezequiel y otra vez del tío Rafa. Fernando Chacón, Cofrade

Revista bienal de la Cofradía Servita de Mª, Stma. de los Dolores de Puente Genil Mayor - “misión apostólicaa para la que uno nunca está preparado”, afirmaba - emplazó a hablar a Paco Chacón Cabello, quien dio gracias a la Virgen por conservar la Cofradía como está hoy: “Veo en nuestras caras jóvenes las caras de vuestros mayores, y desechando la antipatía y amando es como se hace hermandad”. La saeta “Calvario estás sembrao de lirios y pensamientos” sonó en las voces de Paco Álvarez y Pedro Sillero, y “Por la Calle la Amargura” en las de los hermanos Chacón Almeda. Ese año también un hermano de los Dolores, Juanjo Cabezas, sería Hermano Mayor del Cristo de la Misericordia, otro motivo de alegría. La Cofradía reconoce la labor de Paco Serrano y de Chica López, entregando en esta cena a Paco un bonito presente. Todo estaba preparado para uno de los grandes momentos de la noche, con voz de Pedro Sillero: “(…) solita en tu “soleá”, de tantos dolores cautiva (…), perdonando la maldad de quien te quita a ti la “vía”…”

“Si es verdad que existe Gloria tiene que ser así”, exclamó Javi Torres al hacer entrega de un cuadro al Primero de los Dolores y cuyo Presidente respondió que “nunca podrán devolverle a la Virgen todo lo que Ella les da”. Paco Chacón Parejo, Hermano Mayor, agradece al Imperio su acompañamiento del Viernes Santo que es como reconciliarse con la Madre el ejército que llevó a su Hijo a la muerte. “Es una suerte tener tanta gente detrás, y también a mi padre”.

Ya en la cena del Viernes de Dolores 2016, 18 de marzo, también en Las Sectas, con una mesa abarrotada como nunca comenzamos con la coreada “Viva Jesús Nazareno, la Virgen de los Dolores, las tres Potencias del Alma y también los Siete Dones”.

Seguidamente habló Joaquín López

en representación de la Agrupación de Cofradías, quien con 16 años perteneció a un grupo que portó por primera vez los martirios de los Dolores: “Tenéis una razón para seguir existiendo: Sois la luz del Viernes Santo, la Virgen de los Dolores es la luz del Viernes Santo dentro de ese día de augurios de tormentas y terremotos. Felicitaros por el cumpleaños del manto y que sigáis cuidándola en familia”. Intervine recitando dos sonetos “hermanos” del genial Pérez Carrascosa, uno al Patrón y otro a los Dolores a lo que Julio Ortiz y Jesús Pérez respondieron cantando: “En la calle la Amargura, Madre e Hijo se encontraron…”; y Rafa Chacón: “Qué bonita está la Virgen al salir

“pa” la Diana, es una rosa “encendía” y una azucena temprana, su cara se sonríe al beso de la mañana”; y José Mª Martínez: “En el cielo hay un pilar …”

Arturo Reina, Presidente de Las Sectas, nos ofreció el calor de aquellos muros y brindó por su querido cuñado y nuestro Cofrade eterno, Rafa Chacón Villafranca. Volvimos un año más a disfrutar de las voces de Ezequiel y Rafa Rivas, y de Pedro Sillero, que preparaban así el camino al Hermano Mayor, Julio Ortiz, quien con el corazón en la mano dio colofón a otra comida memorable que tengo el honor de narraros.

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Y brille para ellos la luz perpetua Fructuoso del Val de la Torre

El Año de la Misericordia ha sido para nuestra querida Cofradía un regalo de María Santísima a sus hijos devotos por habernos permitido estar más cerca de Ella, verla lucir su manto hecho de amor y fe en el Besamanos y, sobre todo, por habernos permitido rezar, con Ella y a Ella, por nuestros difuntos por la calles de Puente Genil.

E

l Rosario de la Aurora del 13 de noviembre de 2016, presidido por Nuestra Madre, fue organizado a instancias del Párroco y Director espiritual D. Juan Ropero Pacheco, con el fin de rezar todos juntos como Parroquia por nuestros difuntos. Desde el primer momento esta iniciativa fue recogida con gran júbilo pero también con enorme responsabilidad pues conlleva, como siempre que se rinde culto a María, realizar un acto público de fe.

El día del Rosario, al ver a nuestra Madre en el paso procesional –o altar como me gusta llamarlo-, nos pudimos imaginar como la vieron nuestros antepasados a finales del siglo XlX y principios del XX, lo cual fue posible gracias a la generosidad y hermandad de la Cofradía del Cristo del Calvario y Nuestra Señora del Consuelo, que nos cedieron para la ocasión las parihuelas donde procesionan a su titular para el Vía Matris de traslado a su Casa Hermandad los Viernes de Dolores. Este paso está inspirado en la forma en que se procesionaban a las

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Revista bienal de la Cofradía Servita de Mª, Stma. de los Dolores de Puente Genil Dolorosas a principios del siglo XX, con varales adornados con tulipas y velas en el propio varal, y palio negro con bordados realizados por hermanas de la Cofradía.

Nuestra Madre, con las manos juntas, vistió saya granate de salida bordada en oro por las Madres Adoratrices de Córdoba; fajín de terciopelo bordado que perteneció a nuestro hermano Rafael Crespo Chacón, fallecido recientemente; manto negro como correspondía al tiempo litúrgico y diadema de metal dorado realizada y donada por el orfebre local Jesús María Cosano Cejas, réplica de la desaparecida en los sucesos de 1936 y que podemos ver en el azulejo de la Virgen del pórtico del templo.

Hermanos de la Cofradía, noche del viernes 11 de noviembre.

El paso lució esa mañana especialmente bonito por el saber hacer que siempre aporta Plácido Pérez. Para la Cofradía supuso una gran alegría contar con su buen gusto para adornarlo con un exorno floral clásico y elegante de rosas blancas, que únicamente podía salir de sus manos.

Este Rosario, que se celebrará con carácter anual, estará presidido cada año por una dolorosa de la Parroquia, siendo nuestra titular la primera por ser la Imagen más antigua. Por este motivo se decidió que el recorrido se iniciara con una visita a la ermita de la Veracruz, donde nos esperaban las Cofradías del Jueves Santo para incorporarse posteriormente al cortejo procesional junto a las Cofradías hermanas del Viernes Santo, que ya nos acompañaban desde la salida y que esperaron a Ntra. Madre en el

Hermanos del Calvario y de los Dolores tras el montaje del palio.

Hermanos del Primero de los Dolores al comienzo del Rosario de la Aurora.

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Alondras y Ruiseñores

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pórtico para obsequiarla con un ramo de flores, al igual que hicieron posteriormente las Cofradías del Jueves. Desde allí continuamos un recorrido nuevo, por calles por las que no había pasado la Virgen de los Dolores, y algunas de ellas por las que muy rara vez se ha procesionado una Imagen.

De este insólito recorrido hay tres momentos que merecen ser destacados: la calle Rosario que, como bien dijo nuestro hermano Juan Ortega, fue un verdadero altar para María; el barrio de Santo Domingo, que acogió el desfile procesional con devoción y respeto, dejando constancia de su cariño con el regalo de un precioso broche del escudo servita realizado por el artista local y residente Raúl Cejas; y el paso por el Parque de los Pinos. Esta última parte nos brindó unas estampas inolvidables, de una belleza casi insuperable.

Este día se vio cumplido un sueño anhelado por todos los hermanos: ver a Nuestra Madre portada a hombros. Los primeros que tuvieron ese honor fueron los hermanos del Primero de los Dolores, que no sólo la sacaron, sino que la llevaron gran parte del recorrido turnándose con todo aquél que quiso llevarla; jóvenes y mayores, nuestro párroco, hermanos del Cristo de la Misericordia, y me atrevería a decir que por primera vez por hermanas de la Cofradía y de la Parroquia.

María Santísima también estuvo acompañada por el grupo de acólitos de la Cofradía de la Santa Cruz, lo que vino a engrandecer, sin duda alguna, todo el cortejo procesional.

San Agustín dijo que cantar es rezar dos veces. Y esa mañana sonaron especialmente bien las coplas pontanas del Rosario. Capitaneados por María Eugenia Ortega, como directora del Coro Virgen del Amor, y por Rafael Sánchez, como director de la Schola Cantorum, un grupo de hermanos fueron entonando esas preciosas coplas que ya forman parte de nuestra riqueza cultural.

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La mañana terminó con una convivencia de todos los hermanos de la Parroquia con un desayuno, que no sólo nos alimentó el estómago sino que nos sirvió para estrechar lazos.

Aquí quisiera destacar la gran labor que realiza nuestro párroco D. Juan Ropero: una parroquia viva, llena de actos y en la que todos juntos vamos avanzado con María a Cristo, llenos de fe, guiados por nuestro buen pastor.

Detrás de todo acto siempre hay personas involucradas desinteresadamente por devoción y son muchos los nombres de los que tengo constancia. Imprescindible fue la labor de Paco Chacón y José María Martínez -¡excelente jefe de bastoneros!-, mayordomos perpetuos, siempre dispuestos. De Alberto de la Rosa, que diseñó el cartel y preparó todo el trabajo de impresión. De nuestro

secretario, Jesús Chacón, quien envió cartas, saludas a las cofradías, tramitó con la Agrupación de Cofradías los permisos oportunos, etc. Nuestra hermana Chica López, que nos ayuda a difundir la devoción a la Virgen. Los que ayudaron en todo el montaje, en especial a Ana Chacón, Quique Bolivar y Manuel Angel Rivas. A Juan Ortega por sus siempre sabios consejos. Y a Fernando Chacón, Cofrade Mayor,

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Alondras y Ruiseñores agradecer su absoluta confianza en la pequeña comisión organizadora del Rosario.

Personalmente quisiera dejar constancia de algunas de las vivencias de esos días y que formarán parte de nuestro recuerdo permanente. Los mayordomos de la Cofradía del Calvario nos habían acompañado en el montaje del palio en las noches anteriores al viernes 11 de noviembre. La tarde de ese día, a las 6, comenzamos a vestir a Nuestra Madre. Con todo el cariño y gran devoción, nuestras camareras, verdaderas protagonistas de este proceso, lo iban realizando. Y esa tarde fue única porque coincidieron en esa labor tres generaciones: las veteranas, tan queridas y conocidas en nuestra Cofradía; sus hijas, criadas en el amor a la Virgen de los Dolores, y por primera vez, sus nietas, muy pequeñas, con cinco y diez años, que emocionadas se acercaban. Imposible transmitir lo que sus caritas nos contaban en esos momentos... Al término de la misa, al cerrar el templo, procedimos a subir a María al que por unos días sería su altar; al principio había nervios: todo nuevo, eso coincide, esto no encaja…

Una vez pasado ese pequeño revuelo, estaba encima del paso y no tenía la visión completa del conjunto, pero no la necesitaba para saber que era algo especial, me lo decían las caras de todos lo que participaban en el

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montaje. Emoción y devoción; éstas son las palabras que resumen lo vivido ese día y que los que tuvimos la suerte de compartir esos momentos no olvidaremos nunca.

Y brille para ellos la luz perpetua.

Para mí lo mejor, y con lo que me quedo de este Rosario es que, aunque estaba en la organización y pendiente de algunas cosillas, pude tener también mi rato de oración. Pedí por nuestros difuntos, por todos, pero en especial me acordé de mi padre, que tan devoto era de la Virgen; de mi abuela materna Natalia, que siempre la tuvo en sus oraciones, a la que acompañó muchos Viernes Santos. La estampa que veneraba en su mesita de noche es guardada por mi familia con gran cariño por ser uno de los mejores legados que nos dejó: su fe y amor a María Santísima. Y cómo no, de aquellos que siempre serán un poquito de todos, de Pepe y Paco Chacón, y especialmente de Rafa, siempre Rafa vivo en nuestro recuerdo. Y de todos aquellos que no conocimos pero que nos precedieron en su devoción a la Virgen de los Dolores, y que gracias a ellos hoy estamos compartiendo este número tan especial de Alondras y Ruiseñores.

Una mirada al pasado Javier Villafranca Muñoz

C

uando hemos crecido inmersos en un estado de cosas determinado, tendemos a pensar que ese, y no otro, ha sido su orden “de toda la vida”, que siempre ha sido tal y como nosotros lo conocemos y vivimos. Y eso es algo que nos ocurre con demasiada frecuencia en nuestra peculiar Semana Santa, de la que solemos negarnos a cambiar absolutamente nada porque así es como siempre han sido. Sin embargo, obviamente eso no es así. El estado de las cosas que conocemos, no es sino la evolución o el fruto de una serie de cambios que se han producido con anterioridad, unas veces con más ruido que otras, y simplemente es el punto de partida de sucesivas transformaciones que –por fuerza– irán acaeciendo.

Esta Semana Santa de 2017 se cumplirán noventa años de aquella de 1927, de cuyas procesiones Baldomero Giménez Luque, el bueno, el inolvidable y nunca bien ponderado Don Baldo, fundador de El Aviso, dijera que habían sido las mejores nunca vistas en Puente Genil, no desde hace tanto ni cuanto tiempo, sino las mejores que en Puente Genil habían lucido desde que hay procesiones. En aquel tiempo el alcalde de la villa Juan Delgado Bruzón, convocó en el salón de actos del Ayuntamiento (entonces en El Jardinito, de la calle Godínez) a todos los presidentes, cofrades y hermanos mayores de la cofradías que hacían estación en Semana Santa, para adoptar algunos acuerdos respecto a horarios, itinerarios y orden de las procesiones. Desde tiempo atrás se mantenían unos horarios y recorridos absolutamente desproporcionados, simplemente porque así se habían heredado, olvidando que la configuración del pueblo había cambiando mucho y que, año tras año, el obstinado mantenimiento

Virgen de los Dolores 1928.

de aquellos itinerarios deslucía cada vez más la Semana Santa de Puente Genil. De hecho, el Imperio Romano había dejado de acudir a encierros y a muchos puntos acostumbrados en los que

solía incorporarse, precisamente por los insoportables retrasos en los que las cofradías caían indefectiblemente.

La pretensión de Delgado Bruzón era únicamente instar

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Alondras y Ruiseñores a racionalizar itinerarios y horarios, comprometiéndose como alcalde a hacer respetar las decisiones que las Cofradías adoptasen. Los cambios que se produjeron, el respeto y el cumplimiento de los nuevos recorridos, convirtieron aquella Semana Santa, como decía Don Baldo, en la mejor de cuantas se habían celebrado en Puente Genil.

Aquel año, además salió por vez primera un grupo de capiruchos perteneciente al Primero de la Soledad, llamado La Saeta, acompañando la tarde del Miércoles Santo a la Virgen de los Dolores… ¿¡A la Virgen de los Dolores un Miércoles Santo!? Pues sí, lector hermano, has leído bien…

Entramos así –una vez más– en una de las muchas particularidades y extrañezas de nuestra Semana Santa.

Todos los cortejos procesionales de Puente Genil, excepto la del Viernes Santo por la noche, culminaban con la imagen de la Virgen de los Dolores.

La procesión del Miércoles Santo salía a las siete de la tarde de la ermita del Convento formada por el Lavatorio, el Huerto, el Señor de la Humildad y la Virgen de los Dolores (fue su Hermano Mayor aquel año Emilio Carmona

Marzo 2017 Solís); el Jueves Santo procesionaron desde la ermita de la Veracruz los pasos de la Santa Cruz, Santa Cena, Jesús Preso, Señor de la Columna y Nuestra Señora de los Dolores, al frente su Hermano Mayor Francisco Gallegos Jiménez y; finalmente, a las seis de la mañana del Viernes Santo, tras escuchar la Diana, procesionó la imagen de Jesús Nazareno, la Santa Verónica, la Magdalena, San Juan y Nuestra Señora de los Dolores (su Hermano Mayor, Rafael Chacón Rivas). Como vemos, excepto la de la Soledad, todas las demás vírgenes que figuraban en las procesiones se llamaban de los Dolores, por lo que para referirse a una u otra debían aclarar si hacían referencia a la Virgen de los Dolores del Convento, a la de la Veracruz o a la de Jesús Nazareno.

Por eso aquel mismo año, se acordó cambiar las advocaciones a dos de ellas, dejando como Virgen de los Dolores solamente a que debe ser, esto es, la de Jesús Nazareno. Y aunque no tenían claro qué advocaciones escoger, el cura párroco de Nuestra Señora de la Purificación optaba lógicamente por nombres que encajasen en la Pasión como, por ejemplo, de la Amargura, del Calvario… o similar.

Al año siguiente, en 1928, la Virgen de los Dolores del Miércoles Santo se llamaba la Virgen de la Humildad (su Hermano Mayor, Antonio Pérez Rivas), la del Jueves Santo Virgen de la Cruz (Hermano Mayor, Francisco Reina Villafranca), mientras que en la lluviosa mañana del Viernes Santo (ni siquiera pudo tocarse la Diana) procesionó rauda, únicamente acompañada de Jesús Nazareno, la bellísima imagen de la Virgen de los Dolores, junto a su Hermano Mayor Francisco Yerón Chacón, quien la encerró a las cuatro de aquella triste tarde.

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Sirvan estas líneas a modo de recuerdo o conocimiento de un breve retazo de la Historia de la Semana Santa de Puente Genil, en particular de esta entrañable Cofradía Servita y, al mismo tiempo, como homenaje de admiración y reconocimiento a la valiente actitud de aquellos hombres que, aún sacrificando algo que consideraban suyo –casi sagrado– (horarios, itinerarios… ¡advocaciones!), supieron consensuar los cambios necesarios para el engrandecimiento de nuestra Semana Santa.

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SOLEMNE TRIDUO Y FUNCIÓN QUE EN HONOR Y GLORIA DE

María Santísima de los

DOLORES

que se venera en la Ermita de Jesús Nazareno, consagrará su fervorosa hermandad durante los días 4 al 6 de Abril

Comenzará el Triduo a las 7 de la tarde, lectura del Triduo acompañada de coplas y sermón, terminando con Miserere y Stabat Mater.

El Viernes de Dolores, día 7 de Abril a las 7 de la tarde, Fiesta Principal de Regla y Comunión General a la que deberán concurrir todos los hermanos.

Durante todo el día tendrá lugar piadoso acto de BESAMANOS.

SOLEMNE FUNCIÓN Ocupará la Sagrada Cátedra durante el Triduo y dirá el Panegírico en la Función, el

Rvdo. Padre Don Juan Ropero Pacheco Arcipreste de la Villa y Consiliario de la Cofradía

A. M. D. G.

Puente-Genil y Abril de 2017

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