Viví Cuba

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huir de sus laberínticos y desgastantes caminos. No hay líquido que alcance a hidratarte. Es algo muy intenso. Sentí que vivencié una milésima parte del sufrimiento que tuvieron esos locos que creyeron que se podía liberar un país… y lo lograron. Era lo que había ido a buscar. De todos modos me pregunté por qué no seré como la mayoría de las personas que en sus vacaciones van a descansar a una playa. Una vez en Santo Domingo, me separé de Omar. Terminamos genetaxista me llevé gratis hasta la localidad más cercana llamada Bartolomé de el Parque no hay nada directo. cercano desde donde también salían “guaguas” hasta Bayamo, porque por allí ya no pasarían hasta el día siguiente. El taxista era muy agradable y charlamos bastante pese a mi cansancio. El inconformismo con la Las charlas terminaban siempre en este tipo de temas. No puedo decir que no hacía intentos por generarlos y así conocer más sobre los sentimientos de los cubanos, pero ellos mismos se aventuraban a surcar estos ríos tumultuosos. Además de ser muy sociables, tienen una gran necesidad de exteriorizar sus problemas; el solo hecho que alguien los escuche (¡con que poco!) funciona como una especie de antídoto. Cinco minutos Una vez en Yara, el micro que iba a Bayamo ya estaba completo, por humildes, que cuesta mucho más barato. Por 10 pesos cubanos (menos Las comodidades no son las mejores obviamente. En la caja trasera atraviesan el habitáculo, y pueden entrar hasta tres personas de cada lado algunas paradas. creo que ya no existían. Cada desnivel de la ruta (que no se caracterizan por ser buenas, excepto la carretera central que cruza transversalmente la isla desde La Habana hasta Santiago de Cuba) se podía sentir con claridad en tus nalgas, en tu columna, y en tu cuello, ya que rebotabas alocadamente y si no estabas bien agarrado podías terminar en el piso o 116


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