Revista Ingeniería y Construcción (Marzo,1933)

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2.600.000 toneladas; tres presas de forja y nueve prensas y trenes de laminación, que pueden producir 2.100.000 toneladas de carriles y perfiles laminados. También se han proyectado otras instalaciones, entre ellas una presa de un kilómetro de longitud, y una central de energ-ia de 300.000 kW. de potencia. En la construcción de estas instalaciones ha habido que emplear materiales de construcción rusos siempre que ha sido posible. Otra de las exigencias de las disposiciones rusas ha sido la de obligar en ciertos casos a construir en hormigón armado, cuando en varias ocasiones la construcción metálica hubiera simplificado el proyecto y reducido el tiempo necesario para la terminación de la obra. También se exigió el empleo de perfiles laminados rusos, que, aunque no muy diferentes de los americanos, son mucho más limitados en variedad y tamaño. El proyecto fué redactado en los idiomas ruso e inglés y expresadas las dimensiones en unidades del sistema métrico y en unidades inglesas. Según el contrato establecido entre el Gobierno de los Soviets y la empresa constructora, el proyecto y realización de las instalaciones se hubieron de hacer "de acuerdo con las prácticas de construcción americanas". Las obras comenzaron en junio de 1930. Las instalacio-

Figura 2.» Hornos 1 y 2 de Magnetogorsk, durante su construcción.

nes de machaqueo y concentración de minerales funcionaban plenamente a fines de 1931, y en la misma época se terminaron las dos primeras baterias de cok y los altos hornos números 1 y 2. Durante la estancia de los ingenieros y obreros americanos en Rusia, los Soviets han hecho un esfuerzo sincero para proporcionarles condiciones de vida compatibles a la que en América se disfrutan. A pesar de lo barata que está en Rusia la mano de obra, los rusos tienen una verdadera obsesión por el empleo de maquinaria en las obras. Los ingenieros rusos, que proceden en gran parte de las clases intelectuales, no ocultan cierto resentimiento hacia los ingenieros extranjeros, lo que constituye sin duda un inconveniente para la rápida industrialización de Rusia.—L. López Jamar.

MINERIA Método para reducirlos gastos de agotamiento.(C. W. Alien, Engineering and Mining Journal, rol. CXXXIII, pág. 379.) La mina Mackinaw-Gardner, que explota la Cleveland Cliffs Iron Company, de Gwin, en Michigan, fué desaguada en 1927, después de una suspensión de trabajos que duró varios años. Actualmente explótase una vena de 6 ni. de potencia por tér-

mino medio, con un buzamiento de 45° y un recorrido de 400 metros, según el filón. El mineral es una hematite semidura, y el sistema de laboreo empleado es el de tajos en r'etirada, dejando algunos macizos o llaves protectoras; está servida esta mina por un pozo vertical de tres compartimentos, profundizando en el muro de la vena hasta el nivel 5°, y desde éste hasta los niveles más bajos, por un pozo inclinado, tam.bién de tres compartimentos, dado sobre el mineral. Primitivamente (o sea hace veinticinco años), se hacía la exploración de esta mina por medio de una sonda de diamante desde la superficie; el terreno de aquella región es, en muchas millas a la redonda, pantanoso, con grandes extensiones de arena un poco elevadas sobre el nivel de los pantanos; los sondeos recorrían todos, sin excepción, 30 m. de profundidad de arena saturada de agua y de cantos rodados antes de llegar al terreno estratificado, y al penetrar en éste, que consistía en una formación de pizarras muy inclinadas, los sondeos empezaron a desviarse de la vertical, algunos hasta tal punto, que al penetrar en el mineral, 300 m. más abajo, ya se habían desviado distancias de 200 m. y aún de más, disminuyendo la inclinación primitiva del sondeo hasta 20 ó 25 grados. Para delimitar el manto de mineral y localizar convenientemente un pozo, diéronse más de 50 sondeos; en ellos empleábanse generalmente los tubos hasta llegar a la profundidad requerida, extrayéndolos después para volver a emplearlos en otros sondeos; esto excluía la posibilidad de tabicar los agujeros desde la superficie, aunque se intentaba hacerlo así; pero sólo pudieron descubrirse dos o tres, los cuales fueron taponados parcialmente vertiendo cemento de fraguado rápido en el agujero para que llegase a la estratificación; el extraer los tubos una vez hecho el sondeo era cosa corriente entonces, que se consideraban los sondeos como una explotación ya terminada, sin tener en cuenta el peligro de que más tarde sirviesen aquéllos como una vía de agua al mineral y labores de explotación. Hoy día se ciegan los agujeros de sondeo con cemento por encima del mineral, o bien se deja puesto el entubado para poder más tarde hacer la cementación. En los primeros años de la explotación de la mina a que nos referimos, en los niveles más altos eran cegados los sondeos desde el interior a medida que se le iba encontrando con las labores, por el método sencillo de aplicarles un tapón de madera en el agujero, sosteniendo luego sus extremos inferiores con maderas de la entibación. Según se iba profundizando en la mina y consiguientemente aumentando el nivel de agua en los sondeos, hacíase más difícil hacer un cierre eficaz, y aumentaba el agua, que había que bombear. Intentáronse varios procedimientos, tales como poner tubos en trozos cortos, envolviendo cada trozo en estopa y disponiendo en el último una llave de desagüe; así como también combinaciones de trozos de tubo, estopa y tapones de madera; pero vino otra dificultad más a sumarse a las ya expuestas, pues debido a la acción corrosiva de las aguas era necesario renovar los tubos cada seis meses. Llegado el año 1931, encontráronse dos agujeros de sondeo practicados en el mineral en el nivel 6.°, y el chorro de agua pudo cortarse en parte con el empleo de tubos, estopa y cuñas de madera; pero el agua se abrió paso por otro sondeo inmediato al pozo inclinado, entre el nivel 6.° y el 7.°, inundando el nivel más bajo, y hubo necesidad de aumentar la capacidad de las bombas de desagüe. Empezóse un socavón para cortar el sondeo que producía el agua, y fué menester bajarlo tres veces de nivel, guiándose por el curso del agua, hasta lograr finalmente localizarlo en el muro de cuarzo duro y a 25 m. de distancia de donde el agua había primeramente surgido en el a^tia) del pozo inclinado; la cantidad de agua que salía de dicho agujero era de 900 litros por minuto, y la difíl tarea de taponar el sondeo por los procedimientos corrientes nada resolvía; recurrióse como último recurso a hacer un dique de cemento en el socavón que conducía al agujero; pero la presión de los 400 m. de altura del agua no tardó en hacer que las rocas adyacentes al dique la filtraran con un caudal de más de 200 litros por minuto. Como aún faltaban varios agujeros por encontrar, fué necesario recurrir a otro procedimiento, ya que los gastos que


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