Guatemala, país ocupado por Eduardo Galeano

Page 53

HUELLAS DEL TERROR

51

dia estaba formada por

civiles, propietarios de tierras, autorizados a matar. Montano Novella obtuvo un salvoconducto militar y pudo así arrancar a su amigo del campamento donde estaba detenido. Fue el regreso del infierno: su amigo contó cómo había visto castrar a dos hombres y decapitar a una mujer. Un periodista, Julio Edgar García, fue amenazado de muerte porque informó, dando nombres, en el diario El Gráfico, acerca de cierta manifestación que el ejército organizó en Gualán con miembros de una organización terrorista. Esta es la clase de información que está prohibido divulgar en este país donde, en cambio, la prensa está obligada a destacar con grandes títulos las expresiones "anónimas" de apoyo "popular" a las fuerzas armadas.^ Sin embargo, el propio vicepresidente del país se ocupa de hablar claro. En su respuesta a una declaración de los estudiantes, el fogoso don Marroquín Rojas reconoció que "hay hechos que son ciertos", aunque dijo que no todos los actos terroristas pueden ser atribuidos al ejército. A su juicio, se trata de un caso de legítima defensa: la izquierda empezó, dice, y es lógico, y justo, que la derecha reaccione: "Usan las mismas armas en legítima defensa", opina, y agrega: "El ejército no retrocederá en la lucha que lleva contra el comunismo."

para

tirar

El hermano del jefe guerrillero César Montes, quien vivía al margen de la lucha política, fue encontrado muerto, destrozado

por

las torturas, tres días

ejército. liaref^

La

NOA

después de haber sido detenido por el El asesinato de fami-

se atribuyó la ejecución.

de revolucionarios, sólo culpables de parentesco,

es

ahora

habitual, dicho sea de paso, en Guatemala.

3

"Solé es de las que lloran sangre",

me

advirtió

un amigo

al

presentarme

a una mujer que recién habla salido de la cárcel. Su caso ilustra elocuentemente la libertad de prensa de que gozan países como Guatemala. principios de

A

noviembre de 1966, había sido detenida, junto con su marido: se los acusaba de haber hecho, en su imprenta, una edición del periódico de los estudiantes. Quince hombres armados de ametralladora convirtieron su casa en una ruina de guerra, destruyeron cuanto puJicron y de paso robaron 1,300 quetzales (dólares). Estuvieron presos durar. :e algunos meses, sin que se pudiera probar que la acusación tenía algún fundamento. Los tribunales no intervinieron para nada en la dilucidación del "delito". Los presos eran cambiados de cárcel cada vez que los diarios anunciaban su libertad. -


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.