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Desafíos para el Ministerio en un Mundo Complicado
líderes con sentido de dirección. Desde la Biblia hasta nuestros días vemos gente liderando, poniendo las pautas a seguir. Esto lo vemos en Moisés, dirigiendo al gran pueblo de Israel hacia la toma de la tierra prometida y en Nehemías dirigiendo la reconstrucción de los muros de Jerusalén. En Martín Lutero y la Reforma del siglo XVI, en Martin Luther King dirigiendo su lucha en contra del racismo hacia la comunidad de color que en aquellos días sufría. El liderazgo es temporal y cada época necesita de hombres y mujeres que marquen el paso de sus seguidores hacia fines que respondan a la ética del reino de Dios. Jack Welch, quien fuera presidente de la General Electric, afirma: “un buen líder permanece enfocado..., controlar su rumbo es mejor que ser controlado por éste”.5 Cualquier institución educativa o eclesiástica necesita tener claro que su líder sabe lo que quiere y hacia dónde se dirige. Perder el rumbo de nuestro liderazgo es como perder la brújula en un naufragio y no tener como seguir la marcha. El que tiene seguidores Latinoamérica se ha caracterizado por épocas de opresión bajo el dominio de ciertos régimenes. Los líderes que siempre han gobernado se hacen de seguidores por la opresión, la dictadura, la demagogia y otras artes de gobernar al estilo maquiavélico6. 5 John C. Maxwell. Las 21 Leyes Irrefutables del Liderazgo. Thomas Nelson Publisher, 1998. Pág. 41. 6 Nicolas Maquiavelo (1469-1527), en su obra El Príncipe, propone a un gobernante que sólo parece preocuparse de su propia fortuna, de su poder, de su gloria y destino personales. Los ciudadanos sobre los que gobierna se conciben sólo como posesiones o instrumentos para aumentar su influencia (Cruz, Pág. 95).