Desde carpetilandia 1

Page 1

DESDE CARPETILANDIA ¡ Hola delfinetes ¡ ¿ Sabéis quien soy? Soy Carpetín , y nací hace muuuuchos años, antes de que nacierais vosotros. Fui la mascota de un curso que tenía 105 carpetínes . Lo mismo que ahora sois delfinetes, mis amigos los carpetines, lo pasábamos bomba en Carpetilandia, que era la ciudad mágica y fabulosa donde aprendiamos jugando., muchas cosas que nos enseñaban mis creadores. ¿Queréis saber quienes fueron mis creadores? ¡Si! Bueno, os lo voy a contar. Hace muchos años, ya os lo he dicho al principio, había tres profesores, ¡que digo profesores! ¡MAESTROS!. que estaban muy ilusionados con un grupo de alumnos, como vosotros, a los que querían mucho. Igual que ahora os quiere vuestro maestro . Y pensaron que podrían hacer, para que nuestro trabajo en el “cole” fuera mas entretenido y aprendiesemos más y mejor. Y como lo que más les gusta a los niños es jugar, pues que mejor que enseñar jugando. Bueno no os he dicho todavía quieres fueron esos maestros. Empezaremos diciendo que uno de ellos era una mujer, una maestra, que nos ayudaba y quería mucho, aunque a veces nos exigía más de la cuenta , por nuestro bien nos dcía, pero...- Su nombre doña Pilar Franco Figueroa Otro de mis creadores fue precisamente el que hoy tenéis por maestro, don Fernando Cáceres de la Torre, y ese si que era bueno: nos dejaba comer caramelos y pipas, y mascar chicle en clase... El tercer maestro ya se ha jubilado y era más serio, pero también nos quería mucho y la delfineta Marta lo conoce mucho. Su nombre José Luis López Peláez. ¿Verdad que lo conoces ,Marta? Yo, Carpetín, quiero ser vuestro amigo, si queréis , claro, y prometo contaros todas las cosas que hacíamos en Carpetilandia. Teníamos un periódico, Carpetón, que editábamos cada tres meses y una emisora de radio que se llamaba Radio Carpeta. No quiero cansaros más por hoy, pero repito, prometo contaros muchas de las cosas que hacíamos en Carpetilandia. ¡Ah ¡ se me olvidaba! Al final os propondré una adivinanza para que la aprendáis y se la ensenéis a vustros hermanitos más pequeños. Y como lo prometido es deuda, ahí va la primera:


Amigos delfinetes, ¿cómo estáis? Como lo prometido es deuda, os voy a contar hoy, algunas de las cosas que teníamos en Carpetilandía. En primer lugar os diré que contábamos con una emisora de radio, que se llamaba Radio Carpeta. ¿Queréis saber quiénes hacían los programas? Pues nosotros, naturalmente, los carpetines. Eso sí, nos ayudaban nuestros maestros, porque nos decían de que iba a ir el programa para que buscásemos los datos necesarios para su ejecución, y nosotros preguntábamos, buscábamos la música que se iba a emitir, hacíamos entrevistas, y muchas más cosas. Al principio nos costaba mucho trabajo hacer los programas pero nos esforzábamos bastante y al final todo salía bien. Al menos eso decían nuestros maestros. Nos poníamos muy nerviosos al leer delante de un micrófono para que nos oyeran por la radio, pero con el tiempo, terminamos leyendo fenomenalmente. Nos decían que nos escuchásemos lo que habíamos leído, para que nos diesemos cuanta de los errores que cometíamos al leer. Y de verdad que nos dábamos cuenta. Y tratábamos de mejorar la lectura. Gracias a este método de enseñanza de la lectura, hoy podemos presumir de leer bien y con claridad, al mismo tiempo que comprendemos lo que leemos. Con las entrevistas aprendimos que se podía hablar con una personas mayores, fuesen de la clase que fuesen, lo mismo agricultores , que industriales, que médicos, o incluso con un presiden4te de las Cortes Españolas, a quien tuvimos el honor de entevistar en exclusiva en nuestro pueblo de Almonte. Si, creeroslo, porque es verdad, y si no preguntárselo a don Fernando. Creo que ha está bien por hoy ¿verdad? Hasta otra nueva ocasión¡Se me olvidaba! La adivinanza.


Amigos delfinetes, ¿estáis preparados para aguantarme otro ratito? Bueno, pues entonces os voy a contar hoy, cómo estábamos reunidos los carpetines en Carpetilandia. Ya os dije en otra ocasión que éramos 105 carpetines los que integrábamos y vivíamos en la fantástica ciudad de Carpetilandia. Allí nos reuníamos en cuatro clases con un maestro-tutor, que era quien nos ayudaba y solucionaba los pequeños problemas que nos surgían de vez en cuando.. Con este maestro estábamos por las tardes y nos enseñaba naturaleza, manualidades, talleres y otras muchas cosas. Por las mañanas, que era cuando nos enseñaban lenguaje y matemáticas, nos agrupábamos en cuatro clases diferentes, según el grado de aprendizaje que necesitásemos. Tenía la ventaja este procedimiento, de que el maestro se adaptaba a nuestro tren de aprendizaje y así podíamos interesarnos más por los conocimientos que nos proporcionaba. Y tenía la ventaja de que podíamos pasar de un grupo a otro, según las “ganas” de trabajar que tuviésemos. Los viernes, nos reuníamos todos juntos y hacíamos una puesta en común . Las clases de música, y de educación física y deportes, igualmente las desarrollábamos todos juntos. Los talleres que teníamos eran: del entorno, de educación vial, medio ambiente y algún que otro que nuestros maestros creían interesantes. El próximo día os contare´como hacíamos un periódico , ¿vale?


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.